El 2020 fue un año
de profunda recesión económica causado por la pandemia del Covid-19
a nivel mundial. Se originó la crisis que fue llamada por el FMI
como la del Gran Confinamiento, luego que la propagación del virus
obligó a los países a cerrar su economía. La expectativa para la
contracción económica mundial de este año es de aproximadamente
4.4%, con una reducción en la actividad económica de las economías
avanzadas de 5.8%, y de las emergentes en 3.8%. Para México, de
acuerdo con el organismo, se estima una contracción del 9% y nuestro
pronóstico es de -8.9%.
En las últimas
semanas se han acelerado de manera muy importante el número de
nuevos casos de Covid-19 a nivel mundial, con más de 600 mil casos
diarios. Estados Unidos y Europa han sido las regiones más
afectadas. Dado que se han implementado en Europa nuevos cierres-
aunque parciales -en los países de la región, nuevamente se espera
una contracción en la economía de la zona de aproximadamente el 1%
al 4T20. En el caso de Estados Unidos los principales indicadores
adelantados sugieren que dicha economía seguirá avanzando a paso
firme.
Para México estamos
esperando una recuperación en la actividad económica para el 2021,
pero moderada, considerando la profundidad de la caída que se
registrará en el 2020. El crecimiento provendrá principalmente de
la demanda externa. Tomando en cuenta que en Estados Unidos se han
puesto en marcha estímulos monetarios y fiscales sin precedentes, en
México la falta de estímulos fiscales y medidas contra cíclicas
originarán una limitada recuperación del mercado interno.
Consumo privado
Esperamos una
recuperación en el consumo privado de 3.6%, principalmente apoyado
por remesas. Las remesas en México han crecido a una tasa sorpresiva
a pesar de la elevada tasa de desempleo en Estados Unidos, lo que
sugiere que los apoyos fiscales han llegado a la población hispana.
Se espera que en el 2020 las remesas tengan un crecimiento del 11.74%
con 40,720 millones de dólares, lo que pudiera indicar que la
trayectoria de alza esperada en el 2021 continuará basada en una
recuperación de la economía de Estados Unidos, y una menor tasa de
desempleo en dicho país. Adicionalmente, el consumo estará
impulsado por la creación de 520 mil empleos. La tasa de desempleo
en México deberá de caer hacia el 4.7% y la tasa de desempleo
amplio del 20% registrado en septiembre al 13% para finales del 2021.
Hay que recordar que el consumo privado es el factor dominante de
contribución al PIB.
El consumo del
gobierno deberá de crecer moderadamente, recordando que existe un
enorme compromiso en el gobierno por mantener la disciplina fiscal.
Ello junto con un programa austero del gobierno serán cuestiones
primordiales para no ver un aumento considerable en el consumo
público. Luego de que estimamos un crecimiento del 3.2% en el
consumo público al cierre del 2020, vendrá un ligero crecimiento
del 1.5% 27.1
La inversión ha
sido uno de los componentes más afectados por la pandemia. Sin
embargo, se han ligado varios años consecutivos en terreno de
contracción previos al Covid-19. De representar el 20% de la
economía en años anteriores, al cierre del 2020 será tan solo el
12.5%. La caída tan dramática que estimamos al cierre del 2020 es
de 19.4%; producto de la combinación de políticas públicas
disruptivas y una demanda agregada en contracción. Es imperiosa la
necesidad de detonar un nuevo ciclo de inversión, que apoye el
crecimiento económico. Para el 2021 esperamos un crecimiento del
3.2%, principalmente por la inversión privada. Si bien es cierto que
aún hay incertidumbre en el panorama, esperamos una recuperación
derivado del reemplazo de depreciación y maquinaria que no se ha
realizado en muchos años. Las mayores inversiones provendrán de las
grandes empresas listadas en la Bolsa Mexicana de Valores. Además,
hay que recordar que los Planes de Infraestructura anunciados
recientemente entre el gobierno y la iniciativa privada, representan
el 2.3% del PIB. En su mayoría son proyectos de energía (51%),
comunicaciones y transportes (48%) y agua (1%), pero que difícilmente
ayudarán a propiciar mejores condiciones para detonar una mayor
inversión. En cuanto a la inversión pública estimamos un ligero
crecimiento, luego de una estimación de una contracción cercana al
10% al cierre del 2020. Los principales proyectos listados en la ley
de egresos son los prioritarios de la actual administración, por lo
que tampoco esperamos que la inversión pública sea el detonante de
un mayor crecimiento económico.
Esperamos un
crecimiento del 10.2% para la Inversión Extrajera Directa en el
2021, luego que se espera una caída del 20.2% al cierre del 2020. La
mayor IED será producto de las reinversiones en utilidades que
representan el 53%, tan solo el 2% serán nuevas inversiones.
Esperamos que las
exportaciones se recuperen a una tasa de 10.2% en 2021, después de
una contracción fuerte en 2020 por el impacto negativo de la
pandemia en la demanda externa. La recuperación de la economía en
EE.UU. será el factor determinante de la recuperación en las
exportaciones mexicanas, al ser su principal mercado de destino. En
este sentido, esperamos ver una recuperación de 3.5% en la economía
estadounidense durante 2021, respaldada por un paquete de estímulo
fiscal adicional que ayude a mantener la recuperación firme durante
el 1T21, que a su vez impulse a las exportaciones mexicanas. No
obstante, esperamos que el volumen total de exportaciones alcance
niveles previos a la pandemia hasta 2022. En cuanto a las
importaciones, éstas podrían acelerar su ritmo de recuperación, a
medida que se recobra fuerza en la demanda del mercado interno y
mejora el mercado laboral. Esperamos ver a las importaciones crecer
alrededor de 9.5% en 2021, aunque esto no será suficiente para
eliminar el superávit de la balanza comercial, que esperamos se
mantenga cerca de 0.6% del PIB en 2021. La veloz propagación del
virus a nivel global se mantiene como el principal factor de riesgo a
esta recuperación. Si la segunda ola del virus tiene un impacto
sensible en la actividad económica, la recuperación de las
exportaciones e importaciones podría desacelerarse en el 1T21.
En la última
reunión de política monetaria, Banxico decidió mantener la tasa de
referencia en 4.25% en una decisión tomada por mayoría. Con la
pausa anunciada por Banxico, queda claro que su objetivo primordial
es controlar la inflación, y ésta se ha mostrado particularmente
volátil en las últimas lecturas. Sin embargo, es importante
mencionar que de acuerdo con las últimas minutas éste no es el
final del ciclo de recortes. Pareciera que el organismo tiene
suficiente margen de maniobra para continuar recortando en al menos
50 puntos base la tasa de referencia. Se espera que, dadas las bajas
bases comparativas, la inflación nuevamente aumente hasta el cuatro
por ciento en el mes de abril. Una vez superado el segundo trimestre
del 2021, la institución podría nuevamente actuar. Sin embargo,
habrá que considerar que recortes muy agresivos pudieran originar un
choque financiero y una salida de capitales, lo que a la postre
afectará el tipo de cambio, situación que el organismo a todas
luces quisiera evitar.
Tipo de cambio
Al tipo de cambio
esperamos verlo cerrar 2021 en niveles cercanos a 20.50 – 21 pesos
por dólar. La reciente fortaleza de la moneda mexicana responde
sobre todo a la gran debilidad del dólar a nivel global. Si bien se
espera que se mantengan importantes programas de liquidez en dólares
por parte de la FED y estímulos fiscales en EE.UU. para 2021
(factores que mantendrán deprimida la cotización del dólar),
algunas dinámicas locales podrían ayudar a ver un peso
estabilizarse en niveles ligeramente superiores a los vistos en estos
últimos meses de 2020.
Esperamos que
Banxico retome el ciclo de recortes a las tasas de interés en 2021,
un factor que podría restar fortaleza a la moneda mexicana al
reducir el atractivo de activos mexicanos. Además, la recuperación
de México será una de las más lentas en América Latina y los
riesgos de recortes a las calificaciones crediticias en el mediano
plazo podrían poner un límite a la fortaleza del peso. A mediados
de 2021 tendremos elecciones intermedias en el país, que podrían
despertar episodios de volatilidad en caso de generar incertidumbre.
Adicionalmente, serán importantes otros riesgos globales, como un
impacto económico más severo del esperado por la segunda ola del
virus o posibles retrasos en la distribución de vacunas que
provoquen ajustes en los precios y valuaciones de activos financieros
a nivel global. Este entorno nos lleva a pensar que es más probable
ver una estabilización del peso en niveles ligeramente superiores a
los actuales.
Nueva política
económica en Estados Unidos
En el 2021 Estados
Unidos tendrá un nuevo presidente con una política económica
distinta a la de Trump. En ese sentido esperamos una política más
proteccionista para México. El partido demócrata generalmente ha
contado con el apoyo de los sindicatos, y en ese tenor hay
implicaciones a considerar en la parte comercial. Es posible que
Biden haya pactado con la extrema izquierda incluir posturas más
radicales. Por lo que no es descartable una mayor rigidez en la
aplicación de las normas del T-MEC, sobre todo en cuestiones
laborales. Es factible también que sean más exigentes en el
contenido regional, y en ninguna de esas dos cuestiones México tiene
gran ventaja. Adicionalmente, Biden se ha pronunciado a favor de
impulsar las energías limpias. Su proyecto en ese sentido contempla
la inversión de más de 2 billones de dólares. Las implicaciones
para México son relevantes porque seguimos invirtiendo en el uso de
hidrocarburos, lo que a la postre pudiera generar tensiones
adicionales.
En la parte
económica, el planteamiento inicial de Joe Biden es aumentar el
gasto público, particularmente en el sector de infraestructura y,
dada la capacidad ociosa de dicha economía y los elevados niveles de
desempleo, pudiera estimular un mayor crecimiento económico. De
acuerdo con la historia, los demócratas han probado ser más
tolerantes con respecto del déficit fiscal y en ese sentido pudiera
ampliarse aún más de lo estimado para el cierre del 2021, ello no
haría más que seguir debilitando al dólar. Adicionalmente, pudiera
detonar un mayor crecimiento de dicha economía ayudando, a la postre
al crecimiento de las exportaciones.
Elecciones
intermedias
En junio del 2021 se
llevarán a cabo las elecciones intermedias que serán las más
relevantes en la historia de México. Se elegirán 15 gubernaturas y
se renovará la cámara de diputados. Aún es muy pronto para tratar
de dibujar un escenario porque no se conocen las coaliciones posibles
entre los diferentes partidos. En el escenario central, es de esperar
que, en la mayoría de las gubernaturas, el ganador sea el partido de
Morena; aunque es relevante mencionar que la capacidad de movilidad
de otros partidos sigue siendo relevante. No obstante, la posible
victoria de Morena será el reflejo de la gran aceptación del
presidente López Obrador en México.
En cuanto a los
diputados, a la fecha, Morena tiene la mayoría calificada a través
de diversas coaliciones de partidos más pequeños- la mayoría de
izquierda. Tradicionalmente en las elecciones intermedias el partido
que está en el poder pierde la mayoría, por lo que en esta ocasión
pudiera no ser la excepción. Es posible que Morena no mantenga la
mayoría calificada, pero si la mayoría simple. En ese supuesto es
posible esperar nuevas reformas, particularmente una reforma fiscal,
mas no cambios constitucionales.
Desarrollo de la
pandemia
Los mercados y los
inversionistas seguirán atentos al desarrollo de la pandemia. Si
bien es cierto que recientemente se han desligado del comportamiento
del virus, en el que se han acelerado significativamente los nuevos
casos diarios, hay una gran expectativa por las noticias en torno a
las vacunas. Se espera que se comience a distribuir en las siguientes
dos semanas, y que haya un gran despliegue de vacunación en la
primera mitad del año, de tal manera que se logre conseguir la
inmunidad de rebaño -60% o 70% de la población- a finales del 2021.
Afectaciones en la cadena de distribución, nuevos brotes
descontrolados, son riesgos importantes a considerar en el panorama y
pudieran modificar la trayectoria de recuperación- aunque
diferenciada- a nivel mundial.
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