Los resultados de la
elección presidencial en Estados Unidos siguen sin dar un claro
ganador y podríamos tener que esperar unos días más antes de ver
una resolución. La jornada electoral ha sido atípica y los
resultados conocidos muestran márgenes muy cerrados entre los
contendientes en algunos estados clave. De momento, se ha confirmado
que Biden cuenta con 248 votos del Colegio Electoral, mientras que
Trump ostenta 214. Basta con que alguno de los candidatos alcance los
270 votos del Colegio Electoral para poder declararse ganador. El
último resultado confirmado ha sido el del estado de Wisconsin, en
el que Joe Biden ha sido proyectado como ganador por un margen
inferior a 1%.
Pero aún quedan en
disputa Michigan, Pensilvania, Nevada, Georgia y Carolina del Norte.
En Michigan, el equipo de campaña de Trump ya ha solicitado
legalmente que se detenga el conteo de votos, para asegurar que el
proceso ha sido limpio.
De los estados aún
pendientes, quedan disponibles 73 votos (16 en Georgia y otros 16 en
Michigan, 15 en Carolina del Norte, 20 en Pensilvania y 6 en Nevada),
por lo que las posibilidades de que Trump gane aún permanecen
abiertas. Los resultados más recientes muestran ventajas de Trump en
Pensilvania (53.3% vs 45.5%), en Carolina del Norte (50.1% vs 48.7%)
y Georgia (50.2% vs 48.5%); mientras que Biden adelanta en Nevada
(49.2% vs 48.6%) y Michigan (49.6% vs 48.9%). De quedar así los
resultados, el ganador s ería Biden por 270-265. El margen es tan
ajustado, que la batalla en todos estos estados será crucial.
Dado que los votos
emitidos por correo han tendido a favorecer a Biden, al Presidente le
preocupa que, en algunos estados donde todavía mantiene una
ventaja, los votos emitidos por correo sean los últimos en
integrarse a los resultados (por ejemplo, Pensilvania), por lo que la
ventaja inicial podría desaparecer. El fenómeno fue algo común en
esta elección. Muchos estados reflejaron durante buena parte de la
jornada ventajas de un candidato sobre otro, para que después ésta
fuera revertida en favor del contrincante. Esto es porque cada
estado, según su ley o prácticas, decide si incorpora los
resultados de las boletas por correo (o los votos anticipados) al
principio o al final de los conteos.
Esto generó
“espejismos” de ventajas de un candidato sobre otro, que
desaparecieron cuando el conteo total de votos concluyó (o cuando la
tendencia de votación era clara e irreversible). Por ello, es muy
difícil en esta ocasión adelantarse a proyectar un ganador claro:
los votos presenciales no necesariamente reflejan la tendencia de los
votos anticipados o por correo.
Es muy probable que
esta sea la lógica detrás de la demanda del Presidente para que se
vuelvan a contar los votos en Michigan, y es parte esencial de la
estrategia de impugnación de resultados. La intención es invalidar
los votos por correo y evitar que las ventajas otorgadas por el voto
presencial desaparezcan. La Suprema Corte emitió un fallo previo a
la elección que permitía a Pensilvania y Carolina del Norte recibir
boletas por correo incluso días después de la elección, algo que
seguramente será cuestionado por el equipo legal de Trump en su
momento. En última instancia, cualquier victoria sorpresiva de Biden
en los estados con ventaja republicana (Pensilvania, Carolina del
Norte o Georgia) acercarían de manera casi decisiva al candidato
demócrata a la victoria; la campaña de Trump buscará evitar esto a
toda costa, en especial si los márgenes de victoria de Biden son
pequeños. Fechas clave
Es posible que
tengamos que esperar hasta el viernes para ver resultados más claros
en Pensilvania, que se considera un estado decisivo por su peso en el
Colegio Electoral. Mientras tanto, es probable que veamos al Pres
idente Trump denunciar junto a su equipo legal los resultados que no
le favorezcan. Para el 8 de diciembre, los conteos oficiales ya
deberán estar libres de toda disputa, de maner a que se permita la
votación en el Colegio Electoral el 14 de diciembre. Pero si se
mantienen las demandas legales, el conflicto podría escalar a la
Suprema Corte.
Disputa en la
Suprema Corte
Luego que comenzara
a desvanecerse la ventaja de Trump en algunos estados durante la
jornada de ayer, el presidente afirmó en la madrugada que acudirá a
la Suprema Corte. Si bien de momento generó temores sobre posibles
disturbios, se han ido diluyendo en el transcurso del día, derivado
de que no se sabe si existirán suficientes argumentos legales para
acudir a dicha instancia. Hay que recordar que el proceso en caso de
una disputa es acudir primero a la Suprema Corte estatal, ya que cada
uno de los estados tiene sus propias reglas electorales, y en caso de
que no se logre un acuerdo se turnará a la Suprema Corte Federal. La
última instancia es el Colegio Electoral entrante, quien tendrá que
definir la elección antes del 20 de enero, que es cuando entra el
nuevo presidente. En este escenario, se teme que la reciente
designación de Amy Coney Barrett, nuevo miembro de la Suprema Corte
nominada por Trump, termine por inclinar la balanza en favor del
Presidente. Además, este escenario podría traer semanas de
incertidumbre y volatilidad.
Reacción en los
mercados
Pese que a la fecha
no existe certeza sobre el desenlace de la elección en Estados
Unidos, los mercados parecieran adelantarse a declarar el triunfo de
Joe Biden.
Las bolsas de
valores en Estados Unidos suben en promedio el 3% y el Nasdaq más
del 4%, continuando con las ganancias obtenidas en días previos a la
elección. El rally obedece a la preferencia del mercado por tener
contrapesos ya que difícilmente se podrán radicalizar las posturas.
Pareciera que el mercado está convencido de un triunfo en la
presidencia por parte del partido demócrata, pero sin una victoria
en el Senado, que aún no se encuentra definido, pero que se perfila
para mantener la mayoría republicana. A ello hay que sumarle que de
entrada se antoja difícil la aprobación de un aumento importante en
el gasto público, sobre todo al sector salud y a mayores impuestos
corporativos lo que le beneficiaría a las empresas. Tradicionalmente
los mercados de renta variable se han desempeño mejor en gobiernos
demócratas con un Senado republicano.
De momento no se
contempla la posibilidad de ver un escalamiento hasta la Suprema
Corte de Estados Unidos con respecto a las diferencias electorales.
Aunque a la fecha no
se ha aprobado un nuevo paquete de estímulo fiscal y de momento
pudiera encontrarse frenado, es muy probable que se concrete algo a
inicios del siguiente año, a pesar de las divisiones entre
republicanos y demócratas. Las negociaciones probablemente seguirán
siendo complicadas, ya que el próximo presidente tendrá que
negociar con un Congreso dividido, ya sea con la Cámara de
Representantes o con el Senado. Pero ambos partidos reconocen la
necesidad imperiosa de seguir apuntalando a la economía, derivado de
que la recuperación ha perdido cierto impulso.
En cuanto al peso,
ha tenido una volatilidad limitada, aunque observamos que alcanzó un
nivel de 21.97 pesos por dólar durante la noche, cuando las
encuestas de salida señalaban un margen bastante cerrado en la
elección. Es posible que, una vez alcanzado dicho nivel, se hayan
cerrado las posiciones largas a favor del dólar. Al momento se sitúa
en 20.99 por abajo del cierre del día de ayer. Es posible
esperar que la
debilidad del dólar se mantenga, tanto por la eventual aprobación
de un nuevo paquete fiscal como de una mayor laxitud en la política
monetaria.
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