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Los consumidores interactúan con más
de 23.1 mil millones de productos inteligentes.
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La falta de manuales de uso en
español afecta la experiencia del usuario y puede derivar en fallas por mal
uso.
Ciudad de
México, a 19 de marzo de 2025. –
En la actualidad, los consumidores en el mundo interactúan con más de 23.1 mil
millones de productos inteligentes, superando a la población mundial en una
proporción de tres a uno. Desde relojes y televisores inteligentes hasta
asistentes de voz y automóviles conectados, estos dispositivos buscan facilitar
la vida cotidiana. Sin embargo, su uso adecuado y seguro depende de información
clara y accesible para los compradores.
Además, el crecimiento del comercio electrónico
ha cambiado la manera en que los consumidores adquieren estos productos. Según
Statista, en México, el 98% de los compradores en línea usa smartphones, el 76%
laptops, el 56% computadoras de escritorio y el 47% tablets. Sin embargo, la
compra digital elimina el contacto directo con asesores que puedan resolver
dudas, lo que deja a los consumidores sin acceso inmediato a información clave
sobre el producto.
Los principales problemas reportados por los
consumidores incluyen fallas en el funcionamiento, incumplimiento de garantías,
defectos de fábrica, retrasos en la entrega y dificultades para cambios o
devoluciones. No obstante, muchas de estas situaciones podrían prevenirse si
los productos incluyeran manuales de uso claros y en español.
“Si no tienes cuidado en la compra, tu dinero
podría acabar en la basura. Un aspecto fundamental que muchas veces se pasa por
alto es la disponibilidad de manuales y guías de uso en el idioma del
consumidor”, advirtió Carlos Pérez, director general de NYCE.
Según la Procuraduría Federal del Consumidor
(Profeco), el manual de uso es un derecho del consumidor. Su ausencia no solo
limita el aprovechamiento adecuado del producto, sino que puede generar fallas
por mal uso, accidentes domésticos o la invalidez de la garantía. Además,
representa una barrera significativa para adultos mayores o personas con
conocimientos técnicos limitados.
En el marco del Día Mundial del Consumidor, es
vital reflexionar sobre la importancia de exigir productos con manuales y
garantías claras. La información accesible y en nuestro idioma no debe ser un
privilegio, sino un requisito básico que garantice la seguridad, eficiencia y
durabilidad de los productos.
Más allá de la tecnología y la conectividad, lo
esencial es que cada consumidor tenga la certeza de que está adquiriendo un
producto seguro y respaldado por información clara. Porque un consumidor
informado es un consumidor con poder.
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