• El panorama económico ha mejorado con
respecto al inicio del año por los menores riesgos asociados al futuro del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el buen desempeño del
sector servicios.
• La inflación tenderá gradualmente a la
baja desde septiembre para cerrar el año alrededor del 6%. En 2018 se espera
una disminución relevante.
• El
saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público como
proporción del Producto Interno Bruto (PIB) ha bajado a 45.0% al primer
semestre de 2017 vs. 50.1% al cierre de 2016. Este será el primer año en una
década en que la deuda como porcentaje del PIB baje.
BBVA
Bancomer, a través de su servicio de Estudios Económicos, señala en el Informe
Situación México correspondiente al tercer trimestre del 2017, que el panorama
económico para el país luce significativamente menos adverso con respecto al
inicio del año, en buena medida por los menores riesgos asociados a la
renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). A
nivel global, después del repunte del primer trimestre liderado por las
economías avanzadas y China, la expansión económica se ha consolidado.
Estas
condiciones favorables a nivel global y las mejores perspectivas sobre una
renegociación exitosa del TLCAN hacen prever que, con alta probabilidad, la
mayoría de las variables macroeconómicas continuarán con su proceso de
corrección a niveles más consistentes con los fundamentales económicos. El caso
más evidente ha sido el tipo de cambio. Después de alcanzar mínimos históricos
a principios de año, actualmente el peso mexicano registra una apreciación de
17% en lo que va de 2017, luego de que la postura de EE.UU. frente a la
renegociación del TLCAN se moderara. Inclusive los niveles por debajo de 18
pesos en los que cotiza hoy el dólar son todavía más apreciados a lo observado
antes de la elección presidencial en EE.UU.
La
apreciación del peso de los últimos meses favorecerá el comportamiento de la
inflación con mayor claridad hacia el final del año. El crecimiento de los
precios al consumidor se encuentra muy cerca de su nivel más alto del 2017
apoyado por señales de estabilización en la inflación subyacente. BBVA Bancomer
prevé que la inflación empezará a descender en el cuarto trimestre ante la
moderación en el traspaso de la depreciación cambiaria a precios y que
finalizará el año alrededor del 6%.
Las
expectativas de un mejor comportamiento de la inflación en los próximos meses
llevaron al Banco de México (Banxico) a señalar claramente que el ciclo de
tensionamiento monetario llegó a su fin con una tasa de referencia en un nivel
de 7.0%, tal como el servicio de Estudios Económicos de BBVA Bancomer lo había
anticipado desde hace varios meses. Aun cuando la reducción de la inflación
será más clara durante los primeros meses del próximo año, se espera que ésta
se mantenga por encima de 4.0% hasta el primer trimestre de 2018, razón por la
cual se estima que Banxico no se apresurará en iniciar con un ciclo de
reducciones en la tasa de referencia. Para BBVA Bancomer en el escenario base,
se espera que Banxico recorte la tasa de referencia en 50 puntos base hasta
después de la mitad del año.
Los
movimientos en las variables macroeconómicas anteriormente mencionadas, aunque
transitorios, afectarán el desempeño de los motores de la demanda interna
durante el segundo semestre del año. El incremento en la inflación traerá
consigo una reducción del poder de compra de los hogares, mientras que el poder
adquisitivo de las remesas en pesos se verá afectado, debido a la apreciación
del peso, sobre todo hacia el cuarto trimestre del año, por lo cual ya no serán
el apoyo para el consumo que constituyeron años atrás. A estos elementos hay
que añadir la debilidad de la inversión que se prevé se mantendrá el resto del
año, debido principalmente a los recortes al gasto en la inversión pública.
No
obstante, y considerando la moderación del crecimiento del mercado interno
prevista para la segunda mitad del año, estimamos que los datos por encima de
lo esperado del primer semestre y el impulso de la demanda externa, observado
al momento, son suficientes para revisar al alza la previsión de crecimiento de
BBVA Bancomer de este año a 2.2%. Para 2018 se anticipa un crecimiento del PIB
de 2.0%, apoyado en una renegociación favorable del TLCAN. Hay que señalar, sin
embargo, que los riesgos al respecto no se han disipado del todo, ya que aún
existe cierta probabilidad de que la renegociación se posponga hasta 2019 o
que, en un escenario poco probable, se rompa el acuerdo.
Después
de un repunte del crecimiento mundial en el 1T17, la expansión económica se ha
estabilizado. Como resultado, se prevé que el crecimiento mundial se mantenga
en 3.3% para 2017 y 3.4% para 2018, con base en una revisión al alza tanto para
China (en ambos años) como para Europa (en 2017) y una modesta revisión a la
baja en los EE.UU. En Latinoamérica, el deterioro de los precios de los
productos básicos y la mayor incertidumbre en varios países han retrasado la
salida de la recesión. No obstante, las previsiones indican que en los próximos
trimestres las economías emergentes deberían recuperar el terreno perdido
frente a los países avanzados y a China, los cuales han liderado el reciente
repunte.
Los
factores que apoyan el reciente repunte se mantendrán, aunque con ligeras
variaciones: la política monetaria acomodaticia disminuirá de manera gradual,
mientras que los precios del petróleo continuarán su trayectoria ascendente,
aunque con mayor volatilidad. El cúmulo de eventos geopolíticos podría afectar
la confianza económica y a los mercados, aunque esperamos que estos vientos en
contra se moderen durante todo el año.
En
este entorno, el tono en los mercados financieros ha sido optimista, con la
volatilidad en mínimos históricos a pesar de la persistente incertidumbre
económica, política y geopolítica, así como la moderación de las expectativas
de estímulo fiscal en los EE.UU. Como resultado, las tasas de interés de largo
plazo se han mantenido bajas, mientras que las presiones sobre el dólar se han
moderado, en cierta medida. Este clima financiero de baja volatilidad y bajos
tipos de interés, combinados con un dólar más débil y mejores condiciones
económicas, ha impulsado los mercados accionarios, en especial los de mercados
emergentes.
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