Por Marien Garza, Miembro del Consejo Consultor de Nutriólogos de Herbalife
En un mundo cada vez más urbanizado y acelerado, el contacto con la naturaleza ha pasado a segundo plano. Aún así, la ciencia ha demostrado que reconectar con entornos naturales es una estrategia efectiva para el bienestar. Esta práctica, a la que se le conoce como terapia de naturaleza, baños de bosque o eco-terapia, tiene la capacidad de mejorar la salud física y mental, reducir el estrés y promover el bienestar integral. Por ello, se está integrando cada vez más en programas de salud pública y estrategias de bienestar laboral y personal.
Numerosas investigaciones han demostrado que pasar tiempo en espacios verdes como parques, bosques, playas o jardines, tiene efectos positivos en la presión arterial, el sistema inmunológico, y la salud cardiovascular y cognitiva. Un metaanálisis reciente de la Universidad de Exeter, que incluyó a más de 290 millones de personas, concluyó que, quienes viven cerca de estos espacios, tienen un menor riesgo de mortalidad prematura y enfermedades crónicas.
La exposición regular a la naturaleza se ha asociado con niveles normales de cortisol (la hormona del estrés), un mejor estado de ánimo y una mayor sensación de vitalidad.
Además de los beneficios fisiológicos, los espacios verdes fomentan conductas sociales saludables al promover la actividad física, el juego en niños y adolescentes, la interacción social y la cohesión comunitaria.
En el contexto de la salud mental, pasar tiempo en la naturaleza se ha relacionado con menores niveles de ansiedad, depresión y síntomas del trastorno por déficit de atención (TDAH). En Japón, la práctica del shinrin-yoku o "baño de bosque" ha demostrado que puede reducir la actividad del sistema nervioso simpático, lo que promueve estados de calma y atención plena.
En contextos urbanos, donde el acceso a entornos naturales es limitado, pequeñas dosis de contacto con la naturaleza pueden ser muy beneficiosas. Prácticas tan sencillas como mirar por la ventana a un parque, caminar por una calle arbolada o tener plantas en casa pueden tener efectos positivos en el estado de ánimo y mejorar el enfoque mental.
Reconectar con nuestro entorno natural no debe ser visto como una moda, sino como una necesidad biológica y emocional real que la ciencia respalda con evidencia contundente. En un mundo dominado por la tecnología, las pantallas, el ruido y la prisa, volver a la naturaleza es una poderosa forma de sanar y florecer.
Le quiero dejar un pequeño recordatorio: una planta en casa es un motivo de alegría y felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario