lunes, 20 de octubre de 2025

Casa Boga: el arte de custodiar la esencia del vino



Hablar de Casa Boga es contar una historia de transformación. Lo que comenzó como un despacho jurídico fundado por Iván Bonilla pronto se convirtió en un proyecto empresarial con un alcance inesperado. La búsqueda de nuevos caminos llevó a que la unión de los apellidos Bonilla y Gallardo (apellidos de él, su esposa y sus hijas), que dan nombre al grupo, se convirtiera en el símbolo de un estilo de hacer empresa con propósito y paciencia. De ahí nació Grupo Boga, una casa que hoy abarca desde el derecho corporativo hasta la gastronomía, pasando por el café, el diseño gráfico y, sobre todo, el vino.

El vino apareció como una casualidad convertida en destino. Un amigo español presentó a Iván los productos de Bodegas Pinord y, en esa diversidad de uvas y denominaciones reunidas bajo una sola marca, encontró un concepto que en México aún no existía. Fue un hallazgo revelador, poder ofrecer experiencias diferentes sin necesidad de multiplicar etiquetas. Así comenzó una aventura que se materializó en Xalapa con apenas 15 vinos y que hoy ha crecido hasta conformar una selección de 40, entre 35 españoles y 5 mexicanos, cada uno elegido bajo el criterio fundamental de la relación precio-calidad.

Ese equilibrio es el sello de Boga. Busca ofrecer un rango honesto, transparente y justo, que responda a los gustos de distintos paladares. Cada mercado, sea en Puebla o en Veracruz, tiene matices que se toman en cuenta para decidir qué llega al consumidor. De ahí que el portafolio esté integrado por vinos orgánicos, biodinámicos, veganos y con certificaciones que avalan trazabilidad y sostenibilidad. Se trata de poner en manos de cada cliente un traje a la medida.

Parte de su valor radica en la manera en que llegan al público. No se encuentran en supermercados ni en cadenas de autoservicio, lo cual les da exclusividad y personalidad. Su presencia está pensada para restaurantes, hoteles y clientes que buscan algo diferente y no estandarizado. Ese control en la importación y distribución permite asegurar que cada botella mantenga coherencia con la filosofía de la empresa.


El camino no ha sido sencillo. Hace ocho años el mercado mexicano se movía alrededor de marcas comerciales y reconocidas; abrir espacio a un vino nuevo era un reto. Pero el crecimiento de la cultura del vino en México ha abierto puertas. Restaurantes y hoteles apuestan ahora por propuestas gastronómicas distintas y más arriesgadas, donde un vino de autor y exclusivo puede encontrar el maridaje perfecto. En ese contexto, Boga ha logrado posicionarse como una opción fresca, seria y apasionada.

La filosofía del grupo va más allá de vender vino. Se trata de mostrar que se puede comer y beber bien, con calidad y responsabilidad, sin caer en excesos ni en lo masivo. La trazabilidad es esencial, que el consumidor sepa de dónde proviene lo que está en su copa y lo valore como parte de una experiencia completa. Esta visión se refleja también en Mesón de Guadalupe, el restaurante que forma parte del grupo, donde el vino convive con una gastronomía de autor y española que realza su carácter y lo integra en cada platillo.

El proyecto tiene metas claras pero con pasos firmes. Hoy su presencia se concentra en Xalapa, Puebla y Veracruz, con la mirada puesta en Ciudad de México como próximo destino. No se trata de crecer de manera acelerada, sino de hacerlo de forma orgánica, evitando la canibalización de mercados y manteniendo la esencia que ha permitido que el grupo gane confianza y prestigio.

El vino se convirtió en un pilar inesperado pero noble. Durante la pandemia, mientras otros sectores se frenaban, este negocio fue un respiro y una fuente de resiliencia. Desde entonces, Iván Bonilla y su socio español han confirmado que el vino no solo es un producto de consumo, sino un arte que merece cuidado, paciencia y respeto. Para ellos, el futuro de Boga es también el de una nueva cultura del vino en México: consciente, trazable y auténtica, lista para acompañar a las nuevas generaciones en experiencias que van mucho más allá de una simple copa.

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