- Desde el siglo XIX hubo esfuerzos por formar a los obreros, pero no fue sino hasta el siglo XX cuando trabajadoras impulsaron escuelas organizadas desde su propia visión, expone Angelica Noemi Juárez Pérez
- En 1915 la Casa del Obrero creó su propia escuela racionalista con la que se buscaba reducir las brechas educativas por género y clase. Paula Osorio, Reynalda González y Genoveva Hidalgo organizaron las actividades
La subsecretaria de Educación Básica, Angélica Noemí Juárez Pérez, reconoció el papel histórico de las mujeres trabajadoras en la lucha por el derecho a la educación. Afirmó que instituciones como la Universidad Rosario Castellanos existen gracias a esas luchas. Señaló que ser mujer y obrera representa una doble desigualdad, por lo que la organización colectiva ha sido clave para resistir “son las redes de solidaridad las que nos permiten resistir con dignidad”, afirmó.
Durante la sección “Mujeres en la historia” de la conferencia de prensa “La Mañanera del Pueblo” que encabeza la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, explicó que desde el siglo XIX hubo esfuerzos por formar a los obreros, pero no fue sino hasta el siglo XX cuando trabajadoras impulsaron escuelas organizadas desde su propia visión. Recordó la creación de una escuela racionalista por parte de obreras de la Casa del Obrero Mundial con un modelo basado en la libertad, la ciencia y la autonomía.
A través de un video se informó que el 22 de septiembre de 1912, un grupo de costureras, canteros, sastres, carboneros y carpinteros, entre otros, realizaron un mitin en la calle de Matamoros, en la Ciudad de México, para fundar la Casa del Obrero Mundial, hecho en el que participaron 32 mujeres. La organización se convirtió en la más importante del periodo revolucionario.
La Casa del Obrero adoptó el anarquismo y el sindicalismo; impulsaba la formación política y luchaba por derechos como la jornada laboral reducida y el salario mínimo. Para 1910 las mujeres representaban el 35 % de la fuerza laboral en la capital, pero tenían empleos más precarios, inestables y mal pagados, lo que dificultaba su organización colectiva.
En 1914, las costureras del Palacio de Hierro iniciaron una huelga por las condiciones de explotación que vivían y debían pagar por insumos como los carretes de hilo. A la huelga se sumaron trabajadores de distintos talleres; el sindicato de sastres de la Casa del Obrero apoyó la movilización, sin embargo, la autoridad falló en favor de la empresa.
Como respuesta, en 1915 la Casa del Obrero creó su propia escuela racionalista con la que se buscaba reducir las brechas educativas por género y clase. Las profesoras Paula Osorio, Reynalda González y Genoveva Hidalgo organizaron las actividades y ese mismo año, la organización también brindó refugio ante la crisis económica. “Las mujeres participaron en tareas educativas, de salud y en la lucha armada formando los Batallones rojos integrados por obreras y obreros.
Para 1916 se convocó una huelga general en la capital; aunque fue reprimida dejó huella en la historia obrera del país. Mujeres como Esther Torres fueron detenidas por su activismo. La Casa del Obrero fue disuelta poco después, pero sus acciones sembraron una memoria de lucha encabezada por mujeres trabajadoras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario