Por César Jacintos, director de impuestos de TIP México Entre las opciones disponibles para optimizar una deducción fiscal se encuentra el leasing, una herramienta que permite a las empresas deducir ciertos gastos asociados con activos utilizados en su operación, ofreciendo así un beneficio adicional en materia fiscal. Sin importar el esquema financiero en el que se adquiera un auto, esta inversión se considera un activo fijo y puedes deducirla de tu ISR. La deducción se realiza a través de la depreciación, que en este caso es del 25% anual. En un esquema de arrendamiento puro, por ejemplo, es posible deducir hasta el 100% del valor de la unidad con algunas limitaciones. Según la Ley de Impuestos Sobre la Renta (LISR), al arrendar un vehículo es posible deducir $200 pesos mexicanos diarios si es un vehículo a gasolina o diésel, mientras que un auto eléctrico, híbrido o de hidrógeno, deduce hasta 285 pesos mexicanos diarios. Te compartimos un ejemplo práctico: Considerando un SEDAN COMPACTO 2024 con un costo de $375,900, en un esquema de crédito o contado, su monto máximo deducible es de $175,000, de acuerdo con la ley del ISR, sin importar si es de gama alta o media, siempre que se trate de un vehículo de motor a combustible. Por lo tanto, una persona que adquiera la propiedad del bien solo puede deducir $43,750 anual durante un plazo de 48 meses. En el caso del leasing, la deducción es distinta, pues además es posible entregar los servicios adicionales que acompañan el uso de la unidad y que serían totalmente deducibles (como el seguro, rastreo satelital, entre otros). En el siguiente ejemplo, la renta y servicios adicionales son deducibles de manera mensual hasta alcanzar los $113,582 anualmente. Si esto lo llevamos a un plazo de 48 meses, tenemos una deducción total de hasta $454,329. |
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