jueves, 7 de septiembre de 2023

INTERCAM BANCO. OPINIÓN ANÁLISIS. Perspectiva del petróleo y metales


Agosto fue un mes de divergencia económica. Por una parte, la Reserva Federal
a través de sus minutas y los comentarios del presidente del instituto central,
Jerome Powell, en el simposio de bancos centrales en Jackson Hole, sostuvo la
perspectiva de una estancia restrictiva ante una economía que no se está
“enfriando” como se esperaba; aún más, las actas de la Fed informaron que se ha
descartado el escenario de recesión para finales de año. De manera contrastante,
las cifras publicadas en China durante el mes confirmaron el debilitamiento de la
economía asiática, detonando acciones en el frente monetario e incidiendo en
revisiones a la baja para el crecimiento esperado en la región.
En este contexto, el mercado energético observó un impulso por los esfuerzos de
China por reactivar la demanda, así como los de Rusia y Arabia Saudita para
mantener la oferta del crudo restringido, siendo el efecto neto un aumento en el
precio. Por su parte, el gas natural pudiera experimentar un shock en la oferta del
10% de la producción global, impactando al precio del energético.
En lo que respecta a los metales, la mayoría de ellos experimentó un rendimiento
desfavorable. Los precios de los metales preciosos sufrieron caídas debido a
diversas presiones a la baja, entre las que se incluyen la perspectiva de tasas de
interés elevadas durante un período prolongado, el fortalecimiento del dólar y el
aumento en los rendimientos de los bonos del tesoro. En paralelo, los metales
industriales enfrentaron preocupaciones relacionadas con la recuperación
económica de China, lo que impactó negativamente en su desempeño.

En agosto continuamos siendo testigos de las dinámicas contrapuestas entre la
oferta y la demanda, siendo China, Rusia y Arabia Saudita los actores más
relevantes. En el agregado, el precio del crudo subió como resultado de políticas
fiscales chinas que prometen impulsar la economía y con ello el consumo de crudo.
China, como segundo mayor consumidor global de petróleo, ha sido un factor
determinante del precio. Por su parte, Rusia y Arabia Saudita continúan
restringiendo la oferta para mantener un precio atractivo.
Por el lado de la demanda, durante el año hemos apreciado un cambio en el patrón
de consumo de China, donde a finales de agosto se hizo notorio un decremento
del -31% m/m de las importaciones provenientes de Arabia Saudita. Esta
disminución en su mayoría es atribuida a que Arabia Saudita ha subido el precio
de venta a países asiáticos de su crudo más demandado “Arab Light”; llegando al
nivel máximo en los últimos 6 meses. Lo anterior ha abierto paso a otros
participantes, como Brasil (quien vio un incremento del +167% a/a en
exportaciones de crudo a China) o Angola (quien registró un crecimiento de +27%
m/m).
Desde el lado de la oferta, los protagonistas han sido Arabia Saudita y Rusia,
quienes anunciaron su plan de extender sus recortes de oferta por lo que resta del
año, lo que imprime mayor presión inflacionaria en los precios de los energéticos.
No obstante, dado que este recorte se revisará de manera mensual, nos
mantenemos escépticos sobre que se mantengan hasta finales del 2023.
De manera puntual, Rusia ha logrado su cometido de mantener los precios altos a
pesar de las restricciones que el occidente impuso por la intervención bélica en
Ucrania. Lo anterior ha sido gracias al consumo de China (de quien es ahora el
mayor proveedor) e India, dado que ha logrado reducir la brecha contra la
referencia del Brent de $8.5 USD en marzo a $5-$6 en julio. Incluso pareciera que
les han beneficiado los bajos niveles en sus precios, logrando fidelizar a China,
dándole menor dependencia de Arabia Saudita. Esto claramente ha sido un alivio
para Rusia, que a pesar de haber perdido participación en el mercado occidental,
encontró a un buen aliado y cliente para financiar su guerra.

También, la oferta pudiera experimentar una interesante dinámica política, donde
el bloque de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) ha decidido incluir
a países como: Argentina, Egipto, Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes
Unidos. Se destaca el hecho de que ahora los países más influyentes de la OPEP
forman parte de este bloque, por lo que pudiéramos comenzar a ver como los
intereses y la agenda de la OPEP se impulsa en los BRICS, aumentando el poder
del cartel.
La oferta también tuvo una amenaza climática por el fenómeno del Huracán Idalia
en el Golfo de México. Este brindó un impulso al precio del petróleo a finales de
agosto por temor a sufrir interrupciones en las cadenas de suministro de barcos
que transportan crudo y las plataformas ubicadas en la región. Idalia marca el inicio
de la temporada de huracanes, y el mercado estará atento a estos eventos y sus
afectaciones en el suministro del energético.
Parece que este mes predominó la oferta restringida, llevando el precio de nuevo
al alza, donde se inició en niveles de $80 dpb para alcanzar los $86 dpb. Si bien,
consideramos que la volatilidad sobre el precio del energético continuará y que por
lo tanto comenzaremos a apreciar rangos de precios más altos, consideramos que
dichos rangos no son sostenibles en el mediano plazo a menos que a) la Fed tome
una postura menos restrictiva y/o b) se observe una fuerte y marcada recuperación
en la economía de China.

El precio del gas natural se incrementó durante agosto ante la incertidumbre sobre
una posible ruptura en la oferta que pudiera impactar al menos el 10% de la oferta
global. Dicha ruptura sería ocasionada por una probable huelga de los
trabajadores en las plantas de Chevron y Woodside Energy Group en Australia.
La disputa fue iniciada por los trabajadores de las plataformas de gas de Woodside
Energy Group, quienes exigen un aumento salarial y mejores condiciones
laborales; esto generó que sus colegas de Chevron se unieran al movimiento.
Ambas plantas surten gas para alimentar al sistema eléctrico de Europa y Asia; es
importante mencionar que estamos a punto de iniciar la temporada de
temperaturas frías, donde la demanda aumentará. A la fecha Woodside ya logró
resolver la disputa, mientras que Chevron continúa en el proceso.
Si bien, el continente europeo se encuentra en condiciones para soportar este
shock en la oferta por sus altos niveles de inventarios, este no es el caso de Asia.
Se estima que Japón y Corea del Sur comenzarán a aumentar sus niveles de
inventarios en vísperas de las temporadas frías.

Por su parte, en Norteamérica el precio continúa al alza, pero por la demanda de
la electricidad por las altas y persistentes oleadas de calor. Este verano la
demanda eléctrica de Texas alcanzó la mayor de todos los tiempos; esto aconteció
el 10 de agosto. La situación ha llegado al grado de que el Consejo de
Confiabilidad Eléctrica de Texas (ERCOT por sus siglas en inglés) pidiera a la
ciudadanía el usar la energía lo más conservadoramente posible.
Metales
Fuente: Reuters.
Ver información importante al final de este documento.
En agosto los metales se vieron presionados a la baja en varios aspectos. En
primera instancia, los metales preciosos experimentaron una notable caída en su
precio ocasionada por la perspectiva de tasas de interés elevadas por más tiempo;
rendimientos elevados en los bonos del tesoro y la fortaleza del dólar. En este
contexto, el oro registró una disminución del -1.28% respecto al mes anterior,
mientras que el precio de la plata se redujo en un -1.29% en el mismo periodo.
De manera similar, los metales industriales también vieron un descenso en sus
precios. La preocupación central giró en torno a las señales que indicaban que la
economía china no logra recuperarse completamente de los prolongados bloqueos
impuestos por la pandemia de Covid-19. Esta situación generó inquietudes acerca
de la suficiencia del respaldo económico gubernamental para impulsar de manera
significativa el sector industrial. Concretamente, el cobre experimentó una caída
del -4.82% m/m, el acero disminuyó en un -4.06% m/m, el níquel bajó un -7.51%,
el aluminio se redujo en un -3.65%, mientras que el zinc experimentó una
disminución de -5.79% m/m. En contraste con esta tendencia a la baja, el plomo
fue la excepción, registrando un aumento positivo del +2.34% m/m.

Durante el transcurso del mes, el oro tuvo un precio promedio cercano a los $1,917
dólares por onza (dpo), nivel que coincidió con sus mínimos de hace dos meses;
y llegó a tocar el 19 del mes $,1889 dpo, su mínimo de hace cinco meses. Esta
depreciación en el valor del oro se produjo en un contexto de fortalecimiento del
dólar y un aumento en los rendimientos de los bonos del Tesoro. Este último factor
afectó negativamente la demanda de activos que no generan intereses. Los
incrementos en los rendimientos estuvieron impulsados por las expectativas de
que la Reserva Federal mantendría una política monetaria restrictiva en el futuro
previsible. Los fondos cotizados respaldados por oro experimentaron su tercer
mes consecutivo de salidas de capital; el fondo GLD tuvo salidas por un total de
$1,598 millones de dólares.

Sin embargo, los últimos días del mes, el oro logró revertir su tendencia a la baja,
cotizando alrededor de $1,940 dpo. Esta recuperación estuvo respaldada por
datos económicos estadounidenses que resultaron más débiles de lo esperado.
Estos datos llevaron a aumentar las especulaciones sobre una postura menos
agresiva por parte de la Fed en cuanto a su política monetaria. Además, la
disminución en el valor del dólar y en los rendimientos de los bonos del Tesoro
estadounidense contribuyó a mantener al oro en niveles máximos de un mes.
La perspectiva para el oro empeoro mes a mes, se espera que el precio promedio
para el tercer trimestre de 2023 sea de $1,939 dpo, y de 1,941 dpo para el cuarto
trimestre. Anualmente, se espera que el precio promedio sea de 1,930 dpo en
2023 y de 2,033 dpo en 2024. La curva forward a un año se sitúa en 2,043 dpo.
Fuente: Reuters.
Plata
La plata siguió de cerca el comportamiento del oro en este período, perdiendo por
completo el impulso que había demostrado el mes anterior, cotizando alrededor
de $23.0 dpo. La perspectiva de una política monetaria restrictiva durante un
período prolongado, combinada con el fortalecimiento del dólar y los mejores
rendimientos en los bonos del Tesoro, ejercieron presión sobre el precio de este
metal.
En sintonía con el oro, el precio de la plata se situó alrededor de los $25.0 dpo los
últimos días de agosto, alcanzando su nivel más alto desde hace cuatro semanas.
De manera similar al oro, el repunte se produjo mientras los inversionistas
asimilaban datos económicos estadounidenses que resultaron más débiles de lo
esperado. Además, los inversionistas recibieron con agrado las medidas de apoyo
implementadas por el gobierno chino, lo que contribuyó a sostener el precio de la
plata en estos niveles elevados.
En este contexto, la perspectiva para la plata empeoro, con una cotización forward
a un año de $25.91 dpo. Se espera que el precio promedio sea de $24.62 dpo
para el tercer trimestre y $24.64 dpo en el cuarto trimestre de 2023. A nivel anual,
se prevé que el precio promedio sea de $23.82 dpo en 2023 y de $26 dpo en 2024.
Luego de alcanzar un máximo de casi tres meses, llegando a los $4.00 dólares el
31 de julio, el precio del cobre experimentó un retroceso del 4.82% durante el mes
de agosto. La baja demanda de China combinado con las preocupaciones sobre
su recuperación económica han sido los principales factores a tomar en cuenta.
Los indicadores PMI en China de julio continuaron señalando tendencias
contractivas en el sector manufacturero y una desaceleración de la construcción,
llevando al índice compuesto a su menor lectura del año, lo que reforzó la
percepción de que la economía china no se está recuperando de manera efectiva
después de las prolongadas restricciones a la actividad el año pasado. Estas
circunstancias generaron preocupaciones de que el apoyo económico del gobierno
no será suficiente para agregar una tracción significativa al sector industrial. Las
cifras de importaciones y exportaciones chinas mostraron una contracción mayor
a la esperada en julio, mientras que las importaciones de cobre han tenido una
disminución del 10.7% en lo que va del año, lo que refleja una fuerte caída en la
demanda de insumos industriales. Sin embargo, cabe señalar que los PMIs de
agosto, publicados al cierre del mes, son relativamente “alentadoras” para el
crecimiento del 3T’23 con un repunte en el índice compuesto ante una menor
contracción del sector manufacturero, lo que denota cierto efecto positivo de las
medidas implementadas recientemente por las autoridades.
Adicionalmente, las señales de inestabilidad financiera entre los promotores
inmobiliarios en China acentuaron las aprensiones acerca de la recuperación
económica en el país asiático, reduciendo aún más las perspectivas de demanda
para los metales. Por otro lado, el aumento en los préstamos en yuanes durante
julio fue de 346 mil millones de yuanes, menos de la mitad de lo esperado por el
mercado, lo que sugiere la menor demanda de crédito en China desde 2009. Este
hecho exacerbó las preocupaciones de los inversionistas.
A pesar de estas condiciones desfavorables, el descenso en el precio del cobre se
vio contenido por la evidencia que apunta hacia una menor oferta, que pueda
coincidir con una mayor demanda debido a proyectos de infraestructura sostenible
que requieren un uso intensivo de cobre, lo que podría conducir a una importante
escasez en los próximos años. Además, la producción de Codelco en Chile
experimentó una disminución del 14% en el primer semestre del año, y los datos
más recientes indican que los inventarios globales han disminuido 26% en lo que
va del año.
Tras alcanzar un mínimo de más de dos meses, situándose en $3.6362 dpo el 16
de agosto, algunas medidas políticas implementadas en China para respaldar la
recuperación económica fortalecieron el valor del metal. La autorización por parte
de Beijing para que 12 provincias y regiones emitan 1.5 mil millones de yuanes en
bonos de financiación especial está diseñada para mejorar la financiación de
proyectos de construcción e infraestructura. Además, las reducciones en las tasas
de interés implementadas por el Banco Popular de China, también proporcionaron
cierto nivel de apoyo. En línea con lo comentado anteriormente, los PMIs de agosto
señalaron una mejor perspectiva sobre la recuperación de China, apoyando el
repunte del metal.
Dado las señales mixtas durante agosto, la perspectiva del cobre se degradó
ligeramente. Se estima un precio promedio de $4.19 dpo para el tercer trimestre
de 2023, y suba a $4.22 para el 4T23. Para el año 2023, se espera un precio
promedio de $4.28 dpo, y de $4.25 dpo en 2024. Así, la curva forward indica un
precio de $3.8 dólares por libra para dentro de un año.

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