Por: Mauricio Kenji Takashima, Country Manager Mexico de Furukawa Solutions
El sector eléctrico es uno de los pilares del desarrollo económico e indispensable para impulsar la competitividad de cualquier país. Todas las industrias están camino a la transformación digital y sector eléctrico no es la excepción, por ende, la cuarta revolución energética pasa por cambios tecnológicos tales como inversiones en digitalización de redes y flujos, sistemas de energía descentralizados, entre otros.
En los últimos años, México ha experimentado un crecimiento significativo en la generación y distribución de energía eléctrica. Este avance ha impulsado la necesidad de mejorar y modernizar la infraestructura de comunicación para redes de energía en todo el país.
La industria de energía eléctrica enfrenta un gran desafío, puesto que los consumidores finales, industrias y el comercio deben estar en la capacidad de producir su propio suministro a través de energías renovables, lo que supone que el operador del sistema debe considerar una inyección de potencia eléctrica en una red que antes estaba solo dispuesta para el consumo.
Adicionalmente, con la aparición y adopción de medios de transporte más amigables con el medio ambiente, las redes de distribución inteligentes y los consumidores están más exigentes, lo cual es necesario garantizar que la red sea segura, fiable, de alta disponibilidad y calidad a través de redes inteligentes “Smart grid” para combatir pérdidas, medidores de consumo inteligente, almacenamiento de energía y microrredes para sistemas aislados y movilidad (cargadores para vehículos eléctricos).
Con un panorama como este, y teniendo en cuenta la complejidad del tejido de las redes eléctricas, las soluciones de fibra óptica se convierten en un aliado ideal, capaz de soportar ambientes de misión crítica.
Soluciones de comunicación para redes de energía
Uno de los mayores desafíos en la infraestructura de comunicación para redes de energía en México es la conectividad de grandes ciudades y poblados. Muchas de estas áreas se encuentran alejadas y carecen de una infraestructura adecuada, lo que dificulta la transmisión de datos esenciales para la gestión y monitoreo de la red eléctrica. Aquí es donde la fibra óptica desempeña un papel fundamental al proporcionar una solución eficiente y confiable para conectar estos puntos remotos.
Frente a esta realidad, es esencial contar con una infraestructura de fibra óptica capaz de soportar las duras exigencias y solventar el crítico nivel de conectividad. Dicho material aporta ventajas operacionales, tales como la resistencia a la acción de la intemperie, rayos UV, polvo, humedad, interferencias electromagnéticas, vibraciones, acción de agentes químicos - como aceite e hidrocarburos - altas temperaturas e incluso fuego (no propaga la llama en situaciones de incendio).
Además de los beneficios tecnológicos, la fibra óptica tiene un impacto positivo a nivel ambiental al contribuir, por ejemplo, en la reducción de emisión de dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera. Por su parte, este sistema de cableado no necesita un espacio amplio para su instalación, lo que reserva recursos a las empresas como salas técnicas, racks para acomodación de los cables y pérdidas de materiales durante la instalación.
Adicional a esto, permite el ahorro de energía eléctrica, dado que funciona con elementos pasivos sin necesidad de equipos intermedios. Su vida útil es otro tema para destacar: las soluciones son a prueba de futuro, ya que la fibra tiene una capacidad virtualmente infinita para el transporte de datos y la larga duración por encima de cualquier otro medio físico.
Conectividad inteligente y sustentable, desafíos clave para los sistemas de energía
Actualmente, la infraestructura, aplicaciones y nuevas tecnologías asociadas a la transformación digital, añaden un plus de exigencia a las redes eléctricas que, al ser un engranaje vital para el funcionamiento del ecosistema, deben ser seguras, confiables y estar disponibles en todo momento.
El enorme tráfico de datos que circula entre las unidades generadoras y el centro de control, requiere plantas eléctricas inteligentes y digitales, por lo que la inversión en infraestructura de red es clave para evitar pérdidas en la compañía ante la interrupción de servicios que dependen del procesamiento de datos, voz o imagen, entre otras contingencias.
El camino recorrido por el sector de telecomunicaciones en el uso de fibra óptica ha sido relevante para permitir grandes alcances a nivel tecnológico. Una adecuada infraestructura de red, en la subestación de energía, permite sumar todos los servicios de datos con el fin de proporcionar una resolución rápida de fallas, monitoreo remoto y automatización de equipos, mantenimiento preventivo, reducción de riesgos y accidentes y agilidad en la toma de decisiones.
En conclusión, las perspectivas para la infraestructura de comunicación para redes de energía en México son alentadoras y la fibra óptica se posiciona como un componente clave para garantizar una transmisión de datos confiable y eficiente.
Su capacidad para conectar grandes ciudades y poblados, junto con su papel en toda la cadena de generación hasta la distribución, la convierten en una herramienta fundamental para el desarrollo y la mejora de la red eléctrica en el país. A medida que México continúe expandiendo y modernizando su infraestructura energética, es imprescindible invertir en la implementación de la fibra óptica y aprovechar su potencial para impulsar un sistema eléctrico más inteligente, seguro y resiliente.
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