AL PUEBLO DE MÉXICO
A LA COMUNIDAD CIENTÍFICA Y
TECNOLÓGICA MEXICANA
AL PRESIDENTE DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS
A LAS AUTORIDADES, FUNCIONARIOS
Y TRABAJADORES DE PETROLEOS MEXICANOS
A LAS AUTORIDADES, FUNCIONARIOS
Y TRABAJADORES DEL INSTITUTO
MEXICANO DEL PETRÓLEO
A LOS CANDIDATOS A LA PRESIDENCIA
DE LA REPÚBLICA MEXICANA
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
PRESENTES
Siendo el petróleo, querámoslo o no,
uno de los más importantes recursos naturales de nuestro país, resulta
lamentable que a ocho décadas de la expropiación petrolera y cinco de la
creación del Instituto Mexicano del Petróleo, sigamos careciendo de una
política dirigida a potenciar nuestro hidrocarburo para beneficio y desarrollo
de la población mexicana.
Por el contrario, impulsado por
pequeños pero poderosos grupos, desde el propio gobierno federal, se han
impuesto todo tipo de leyes y políticas destinadas a seguir enriqueciéndolos y
peor aún, a mantener en la dependencia económica a nuestro país.
Esa dependencia económica tiene
muchas caras: bajos salarios, ausencia de democracia sindical y la exigua
producción científica y tecnológica nacional, entre otras. Ésta última, en
particular, nos condena a ser importadores de ciencia y tecnología desarrollada
por otros países, para resolver sus propios problemas y necesidades y que, por
lo tanto, la mayoría de las veces no sirven para solucionar los nuestros y sólo
profundizan nuestra ya desmedida dependencia económica.
Nuestro rezago científico y tecnológico
sólo puede entenderse y explicarse como un acto deliberado de las esferas del
poder para beneficiar intereses particulares, nacionales y extranjeros, por
encima del interés colectivo de la sociedad mexicana.
Tres características resaltan en éste
tema: la insuficiente inversión pública y privada en ciencia y tecnología; la
inexistencia de una cultura científica sensible a y comprometida con los
problemas y necesidades de las mexicanas y los mexicanos y; el deliberado
olvido presupuestal y actual desmantelamiento
de las pocas instituciones públicas dedicadas a la investigación científica y
tecnológica, entre ellas el propio Instituto Mexicano del Petroleo.
En el caso concreto del petróleo
mexicano, resulta absurdo que el gobierno mexicano, administrador del
hidrocarburo nacional a través de Pemex, no utilice al Instituto Mexicano del
Petróleo y saque provecho de toda su experiencia y capacidad para, por poner un
sólo ejemplo, desarrollar tecnología para incrementar el factor de recuperación
de hidrocarburos o desarrollar investigación para caracterizar el petróleo
pesado y mejorar su rendimiento en el procesamiento de éste.
Nuestro país requiere aprovechar
sostenida y sustentablemente los recursos con los que cuenta, considerando para
ello el desarrollo de fuentes alternas de energía, por lo que, concretamente,
urge construir una Política Energética y una Política de Desarrollo Científico
y Tecnológico nacionales.
Dicha tarea, por sus dimensiones
sociales, sólo puede implementarse con la participación de todos los sectores
involucrados de la sociedad mexicana, buscando el beneficio colectivo nacional.
ATENTAMENTE
C. FRANCISCO DE JESÚS ARROYO CARRILLO
SECRETARIO GENERAL
DESPEDIDO INJUSTIFICADAMENTE EL DIA 16 DE JUNIO 2016
Y EN RESISTENCIA DESDE DICHA FECHA
No hay comentarios:
Publicar un comentario