Por
Nicolás Eguiarte Corona, director de desarrollo de negocio de Banco
BASE.
México
se ha vuelto uno de los principales productores y exportadores de
berries en el mundo, especialmente de fresas, frambuesas y arándanos.
Estas pequeñas frutas han experimentado un auge en la demanda global
en los últimos años debido a sus distintos beneficios y la
relevancia que han alcanzado en la dieta de sus consumidores.
Detrás
del éxito de la exportación de berries de connacionales se esconde
una realidad compleja y desafiante, la exposición a temas cambiarios
y las repercusiones en el precio del fruto que amenaza los márgenes
y la rentabilidad de los comerciantes y empresas.
La fluctuación del dólar frente al peso mexicano es una
preocupación constante para los exportadores locales, dado que la
mayoría de las transacciones internacionales se realizan en dólares,
cualquier cambio en el valor de la divisa mexicana, como el de
semanas recientes, puede tener un efecto significativo en los
ingresos y márgenes de ganancia.
Por otro lado, la rentabilidad de la producción de berries está
influenciada por dos factores cruciales: el precio de la fruta y el
tipo de cambio. El primero, el precio de la fruta fluctúa
semanalmente y depende de la calidad percibida por el
comercializador, lo que significa que los productores no siempre
tienen control sobre esta variable.
Dado
que muchos de los gastos de los productores se realizan en pesos
mexicanos, el tipo de cambio al que venden sus dólares impacta
directamente en la rentabilidad en pesos de sus cultivos.
Para
hacer frente a este reto, esta industria y sus exportadores podrían
considerar proactivamente el uso de coberturas cambiarias que brinden
flexibilidad a su operación y mitiguen los efectos de los
movimientos cambiarios mientras se limitan las pérdidas potenciales.
Asimismo
se vuelve sugerente para estas empresas establecer una estrategia de
cobertura continua en la que fijan tasas de cambio para un porcentaje
de sus ingresos en moneda extranjera de manera regular. Esto les
permitiría suavizar las fluctuaciones a lo largo del tiempo y
reducir la exposición a movimientos bruscos del mercado.
Debido
a que las temporadas de producción pueden rondar hasta 4 meses,
tener una cobertura para el plazo donde se cobrarán las facturas
facilita la implementación de una estrategia hasta por 18 meses.
Mientras
eso sucede estamos viendo que los exportadores de berries mexicanos
han adoptado medidas, una de ellas es la diversificación de mercados
para ampliar su base de clientes a nivel internacional, con ello han
reducido su dependencia de un solo mercado.
Durante
el primer bimestre de 2023 las berries fueron el producto que más se
vendió a países como Estados Unidos, Arabia Saudita, Reino Unido,
Canadá, Kuwait, China, Guatemala, Japón, Panamá y Qatar, logrando
un valor acumulado en ventas al exterior por 777 millones de dólares,
de acuerdo con la balanza comercial de los agroalimentos en México.
También
han optado por agregar valor a sus productos, como la producción de
mermeladas, jugos y productos con valor agregado. Esto les permite
establecer precios más altos y reducir la exposición a las
fluctuaciones cambiarias, ya que pueden fijar precios en función de
los costos de producción en pesos mexicanos.
En
este contexto no hay duda que las berries en México han alcanzado
relevancia y convertirse en uno de los cultivos más rentables para
sus productores, ya que genera retorno de ganancias desde el segundo
año.
Con
ello, desde hace tiempo dejaron de ser pequeñas adiciones a la
canasta de frutas, y poco a poco han logrado convertirse en
protagonistas, enriqueciendo la dieta, las carteras y los campos a lo
largo del país.