La economía digital ha reconfigurado las estructuras de poder en el mundo. Las grandes plataformas tecnológicas no sólo dominan la interacción social y el acceso a la información, sino que también controlan, de manera creciente, los flujos económicos más relevantes del entorno digital: la publicidad. Entre todos estos jugadores, Google ha construido un ecosistema cerrado y ha ejercido prácticas anticompetitivas que han levantado alertas regulatorias en diversos países. México no puede permanecer ajeno.
El punto de acuerdo recientemente presentado por el Senador Ignacio Mier del Grupo Parlamentario de Morena en el Senado de la República es un llamado oportuno y urgente para que la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) emita una resolución sobre la investigación iniciada en 2020 contra Google por posibles prácticas monopólicas relativas en el mercado de la publicidad digital.
En un contexto donde los ingresos por publicidad digital en México superan ya los $6 mil millones de dólares anuales, es menester frenar la consolidación de un modelo cerrado y dominante que tiene implicaciones directas en la competencia, asegurar la supervivencia de startups tecnológicas y medios de comunicación independientes, y, finalmente, mantener la pluralidad y diversidad de contenidos en internet.
El Caso en EUA. El impulso para actuar no sólo nace de la presión local, sino también de los recientes avances en el caso que enfrenta Google en EUA.
A finales de abril de 2025, el Departamento de Justicia (DOJ por sus siglas en inglés) concluyó la fase probatoria en el juicio que sostiene contra la empresa por abuso de poder en el ecosistema publicitario. La acusación no es menor ya que se ha identificado que Google ha manipulado las reglas del juego para favorecer sus propias plataformas —como Google Ads, Ad Manager y AdX— excluyendo a competidores e impidiendo que anunciantes y editores puedan negociar en igualdad de condiciones.
Este juicio ha expuesto documentos internos, acuerdos contractuales y decisiones empresariales que revelan una estrategia deliberada de control total del ciclo de la publicidad digital. El DOJ sostiene que Google ha diseñado intencionalmente un entorno en el que compite en múltiples niveles de la cadena (compra, subasta y distribución de anuncios), y en el que siempre resulta ganando.
Otras Lecciones Internacionales. El caso de EUA no es el único que ha enfrentado Google. Autoridades regulatorias de países como Francia, Reino Unido y la Unión Europea ya han emprendido acciones legales y administrativas contra Google por prácticas similares, de acuerdo con lo señalado por el Punto de Acuerdo.
Francia impuso sanciones millonarias por abuso de posición dominante, mientras que la Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido (CMA) abrió investigaciones formales para vigilar la forma en que Google gestiona sus servicios publicitarios.
Mientras que en la Unión Europea, por su parte, Google ha recibido varias multas por prácticas anticompetitivas, al favorecer sus propios servicios en el mercado publicitario, los resultados de búsqueda y restringir la competencia en su tienda de aplicaciones.
Estas acciones internacionales revelan una tendencia clara: el mundo está reequilibrando el poder en los mercados digitales.
¿Y México? El punto de acuerdo del Senado no busca anticipar un veredicto ni condenar a una empresa antes de tiempo. Lo que exige es que la autoridad responsable cumpla con su mandato y defina si, efectivamente, Google incurrió en prácticas anticompetitivas. De confirmarse, la COFECE tendría que establecer medidas correctivas, considerando estructurales, que garanticen un mercado más transparente y equitativo.
Resolver este caso sentaría un precedente clave para el futuro de la economía digital mexicana, a favor de un ecosistema en el que todos puedan participar en condiciones equilibradas.
México está en un punto de inflexión para la competencia económica en los mercados digitales |
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