Por
Francisco Marambio, Chief Commercial Officer de CLAI PAYMENTS
Modernizar una institución financiera
en términos de tecnología de pagos no es tan sencillo como bajar la persiana,
reunirnos e implementar un plan. Es como cambiar un motor de avión en pleno
vuelo, tenemos una única oportunidad y no podemos detenernos, porque al final
del día, lo que está en juego no es solo tecnología: es la confianza de los
consumidores.
Cada vez que
hacemos un pago con un código QR, una billetera digital o una tarjeta, damos
por sentado que todo funcionará bien. Sin embargo, muchos hemos experimentado
lo contrario: un doble cobro, una transacción que no pasa, una devolución que
nunca llega. En esos momentos nos enfrentamos cara a cara con una realidad
incómoda: lo que para el usuario es simple, detrás oculta un sistema complejo,
muchas veces anclado en tecnologías antiguas.
Hoy, aunque los
pagos son cada vez más digitales, las plataformas que los soportan no siempre
lo son. Muchos sistemas bancarios aún operan con procesos batch nocturnos,
infraestructuras legadas que nadie se atreve a tocar e integraciones que se han
acumulado como capas de cebolla durante años. Hay un dicho popular que resume
bien la premisa de muchas instituciones financieras: “lo que funciona no se
toca”, y bajo esta visión hemos postergado la modernización año tras año.
Pero las reglas
del juego han cambiado. Según el Global
Payments Report 2025, impulsado por Worldpay, en América Latina el uso de
efectivo ha caído al 36 % de las transacciones en punto de venta con proyección continua la
baja para 2030. Mientras tanto, los pagos de cuenta a cuenta (A2A) crecen a
paso firme: se estima que representarán el 24 % de las transacciones totales en 2030 y el 36 %
del e-commerce en la región. Casos como Pix en Brasil o las billeteras de Mercado Pago
ilustran este avance, pero detrás de cada experiencia intuitiva hay un reto
monumental para las instituciones: conciliación, trazabilidad,
interoperabilidad, seguridad.
El problema, entonces, no es si deben
transformarse, sino cómo hacerlo.
Modernizar una
plataforma de pagos no es bajar la cortina, hacer un plan y desplegarlo. Es
cambiarle el motor al avión en pleno vuelo. Las áreas de negocio exigen rapidez
para superar a la competencia y mejorar la experiencia del cliente, mientras
que tecnología responde con un “no se puede” o, en el mejor de los casos, un
“tal vez en la próxima ventana de mantenimiento”.
Según el informe
Modernizing
Payments, publicado por KPMG en enero de 2025, el 57 % de
las instituciones financieras identifica la integración de múltiples sistemas como su principal desafío, seguido por los costos de implementación y la dificultad de
actualizar sin interrumpir operaciones. Y no se trata de implementar tecnología por implementarla: se
trata de simplificar, agilizar y centrar las plataformas en lo más importante, el usuario.
En CLAI PAYMENTS
creemos que el camino parte de tres principios fundamentales. Primero, contar
con arquitecturas más simples, que dejen atrás los laberintos de integraciones
que terminan generando más dependencias que soluciones. Segundo, apostar por la
modularidad, de modo que incorporar o remover funcionalidades sea como añadir
piezas de lego, no como reconstruir todo el edificio. Y tercero, cultivar una
visión compartida entre las áreas de negocio y tecnología, donde ambos hablen
el mismo idioma, alineen prioridades y trabajen hacia objetivos comunes.
La buena noticia
es que transformar este escenario es posible. En CLAI PAYMENTS lo hemos visto
de primera mano. Las arquitecturas híbridas y modulares, apoyadas en APIs,
permiten reducir en un 40 % el tiempo necesario para habilitar nuevos canales. La emisión digital y la tokenización impulsan hasta un 35 % más de activación de tarjetas. La adopción de criptografía como servicio reduce los
costos operativos hasta en un 50 %, liberando recursos para
innovar. El testing automatizado disminuye riesgos y acelera despliegues,
mientras que el uso inteligente de datos operativos facilita tomar decisiones
más rápidas y precisas.
La
transformación digital de los pagos no es solo un proyecto tecnológico: es una
transformación cultural. Requiere empatía, pensando en usuarios como el adulto
mayor que paga su medicación en la farmacia o el emprendedor que vende online, y
exige una infraestructura capaz de acompañar ese cambio. Porque, al final, no
se trata solo de modernizar: se trata de seguir volando, más alto, más rápido y
más seguro.
Acerca de CLAI PAYMENTS
Fundada en 1991,
CLAI PAYMENTS es una empresa líder en tecnología transaccional, especializada
en soluciones para los sectores financiero y retail. Su portafolio integral
abarca todo el ciclo de vida de los pagos: procesamiento de transacciones,
orquestación multicanal, emisión de medios de pago (core de tarjetas),
encriptación, testing automatizado de plataformas y modernización de
infraestructura. Con operaciones en siete países de América Latina, CLAI cuenta
con oficinas regionales y una red de aliados estratégicos que respaldan su
presencia y compromiso en la región.
Obtén más
información en: https://clai.com/
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