miércoles, 27 de agosto de 2025

Cada día roban 166 autos asegurados en México


 

Los asaltos con violencia impactan de manera directa a propietarios de camionetas Hilux, así como a conductores de Mazda 3 y Kia Rio.

 

 

En México, arrancar el motor y salir a la calle implica más que enfrentar el tráfico o buscar estacionamiento: significa también evadir un riesgo latente que, aunque en descenso, sigue afectando a miles de automovilistas cada año. El robo de vehículos, un delito que combina la rapidez de la acción con la complejidad de su rastreo, ha mostrado una ligera disminución en los últimos meses, pero continúa concentrándose en zonas específicas y afectando de manera particular a ciertos modelos y sectores del transporte.

 

De acuerdo con el más reciente Reporte de robo de autos y acciones por la seguridad vial, elaborado por la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), entre julio de 2024 y junio de 2025 se registraron 60.625 robos de vehículos asegurados en México. La cifra representa una reducción del 2.2% en comparación con el periodo anterior, cuando se contabilizaron 62 mil 9 unidades sustraídas. En promedio, 166 automóviles asegurados fueron robados cada día en el último año, lo que supone tres casos menos que el promedio registrado entre 2023 y 2024.

 

La tendencia descendente no es nueva, ya que desde el año 2020, los reportes de robo de automóviles han mostrado una caída progresiva. Sin embargo, el delito sigue concentrándose en un puñado de entidades. El Estado de México se mantiene como el epicentro del problema, con 15.209 unidades sustraídas en el último año. Muy por detrás, pero con números igualmente relevantes, aparece Jalisco, con 7.139 casos, seguido de la Ciudad de México, con 5.550. Puebla y Sinaloa completan la lista de las entidades con mayor incidencia, con 4.367 y 3.757 robos, respectivamente.

 

Las autoridades atribuyen parte de esta disminución a estrategias coordinadas entre corporaciones de seguridad y la colaboración de la industria aseguradora. Norma Alicia Rosas, directora general de la AMIS, señaló que la información que proveen las aseguradoras resulta clave para alimentar la inteligencia de prevención y persecución del delito, permitiendo ubicar patrones y zonas de mayor riesgo.

 

No obstante, mientras el número de robos disminuye, también ha caído el porcentaje de recuperación de vehículos. En 2020 se logró recuperar el 46% de los autos robados; hoy la cifra es de apenas 42%, lo que equivale a 70 unidades recuperadas cada día, el punto más bajo en los últimos cinco años. Esta situación implica pérdidas significativas para los dueños y un reto adicional para las autoridades, ya que muchos vehículos robados terminan desmantelados o vendidos ilegalmente en otras regiones.

 

En cuanto a los modelos más atractivos para los delincuentes, el Nissan Versa se mantiene como el vehículo más robado en México, con 2.362 casos reportados en los últimos 12 meses. Le siguen el camión Kenworth (2.104), la Nissan NP300 (1.875), la motocicleta Bajaj 111-250 (1.498) y el Chevrolet Aveo (1.367). Estos modelos son apreciados tanto por su valor en el mercado como por la facilidad de comercializar sus piezas.

 

Si se consideran los robos cometidos con violencia, el panorama cambia. La Toyota Hilux Pick Up lidera la lista, seguida por el Mazda 3, los camiones Ford de las series F350, F450 y F550, así como el semirremolque tipo caja seca y el Kia Rio. Este tipo de atracos, que implican amenazas o agresiones directas a los conductores, representan un riesgo adicional para la seguridad ciudadana y demandan operativos más específicos de contención.

 

El robo de vehículos pesados también es un fenómeno relevante. En el último año se registraron 9.473 robos de este tipo de unidades aseguradas, lo que equivale a 26 incidentes diarios. Estas cifras reflejan el interés del crimen organizado en este segmento, debido a su alto valor y a la posibilidad de usar los camiones para otros delitos.

 

El impacto económico del robo de vehículos se refleja tanto en la industria aseguradora como en los consumidores y hasta la industria financiera por la solicitud de préstamos para cubrir dicha necesidad.. Para las aseguradoras, cada robo implica el pago de indemnizaciones, lo que aumenta sus costos operativos y presiona su rentabilidad. Para mitigar estas pérdidas, las compañías invierten en tecnologías de rastreo vehicular con GPS, herramientas de inteligencia artificial y programas de seguridad para conductores. También fortalecen su colaboración con autoridades para generar alertas tempranas y agilizar la localización de unidades.

 

Para los propietarios, el delito repercute directamente en el costo de las primas de seguro. Los modelos más robados suelen tener pólizas más caras, incluso si su valor comercial no es alto, mientras que un vehículo de mayor valor pero con bajo índice de robo puede tener una prima más baja. En zonas con alta incidencia, las aseguradoras pueden exigir deducibles más altos, lo que obliga al cliente a cubrir una mayor parte del costo en caso de siniestro.

 

Pese a que solo el 30% del parque vehicular en México cuenta con seguro, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la AMIS ha insistido en la importancia de contratar pólizas con aseguradoras autorizadas. Esto, debido a que se han detectado empresas que venden pólizas falsas, dejando a los automovilistas sin protección real en caso de robo o accidente.

 

Lo cierto es que mantener la tendencia a la baja requerirá reforzar las estrategias de prevención, aumentar la eficiencia en la recuperación de vehículos, combatir el mercado negro de autopartes y fomentar la cultura de aseguramiento. Solo mediante un enfoque integral, en el que participen autoridades, industria y ciudadanía, será posible disminuir el impacto de este delito en el país.

 

 

Robo de autopartes: un delito en alza

 

Si bien el robo de automóviles suele acaparar los titulares, el hurto de autopartes se ha convertido en una amenaza creciente para los conductores mexicanos. A diferencia del robo total, este delito se ejecuta en minutos y en cualquier sitio, dejando al propietario con una reparación inesperada y, muchas veces, sin transporte hasta que se repone la pieza.

 

En lo que va de 2025 se contabilizaron 4,816 casos de robo de autopartes, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. La problemática se concentra en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, urbes donde la alta densidad vehicular y las limitaciones de vigilancia favorecen la actuación de bandas especializadas.

 

Los objetos más buscados por los delincuentes son espejos laterales, faros LED, fascias y computadoras automotrices, piezas de alto valor en el mercado informal y, además, relativamente rápidas de desmontar. Según aseguradoras, modelos como el Nissan Versa, la camioneta NP300, el Chevrolet Aveo y los tractocamiones Kenworth figuran entre los más afectados.

 

A esta realidad delictiva se suma un factor económico internacional que agrava el impacto; y es que Estados Unidos impuso aranceles de hasta 25% a autopartes e insumos procedentes de Asia, lo que repercute en México por la compleja interdependencia de las cadenas productivas. La Industria Nacional de Autopartes advierte que las piezas pueden cruzar la frontera hasta ocho veces antes de llegar al consumidor final, de modo que cualquier incremento arancelario se multiplica a lo largo de la cadena.

 

El reemplazo de una pieza robada, más allá de ser más caro por la subida de precios, puede tardar más debido a demoras en la importación. Esto aumenta la factura para los conductores y alarga el periodo en que un vehículo permanece inservible, con consecuencias económicas y operativas para hogares y empresas.

 

Frente a este escenario, las autoridades reforzaron los operativos para desmantelar puntos de venta y bodegas de autopartes robadas. Entre enero y marzo de 2025 la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México realizó 32 cateos en varias alcaldías —principalmente Gustavo A. Madero, Iztapalapa y el Centro Histórico—, con el aseguramiento de más de 80 toneladas de piezas y la detención de alrededor de 30 personas. Un operativo relevante ocurrió el pasado 15 de marzo en Gustavo A. Madero, donde se recuperaron cinco toneladas de autopartes.

 

Expertos y aseguradoras recomiendan medidas prácticas para reducir riesgos, como estacionar en espacios con vigilancia, evitar dejar el vehículo en zonas oscuras o poco concurridas y contratar pólizas que incluyan cobertura para componentes como faros, espejos o rines. Igualmente, aconsejan no comprar refacciones en el mercado informal, ya que alimenta la cadena delictiva y expone a sanciones.

 

La prevención, física y financiera, aparece como la mejor defensa ante un delito que combina rapidez de ejecución y alto costo de reposición. Aunque los decomisos recientes muestran avances, el robo de autopartes continúa creciendo y plantea un desafío persistente para las principales ciudades del país. Los conductores exigen soluciones integrales y seguimiento político, con medidas urgentes.

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