Puentes y catedrales son construcciones que ha inventado el ser humano para poder unir lo inalcanzable. Lo físico en el caso de los primeros, y lo espiritual cuando se trata de templos.
Los puentes operan en horizontal, salvando los escollos geográficos, enlazando personas y sociedades. Los segundos pertenecen a la escala vertical, desafiando las leyes de la gravedad y la distancia entre el cielo y la tierra, la fe y la duda.
Ambos se construyeron con piedras durante años, sino décadas, ambos perdieron a mucha gente que trató de construirlos y ambos, una vez terminados, sobreviven a lo largo de los siglos.
Son puertas que nos conectan no solo en el espacio sino también en el tiempo, donde lo más importante no es quien las hizo sino quién decidirá transitarlas.
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