Por Rafael Caballero, Global Business Consulting para
México y Colombia de FICO
En los últimos años,
las Fintechs han remodelado profundamente a la industria financiera
global, aportándole un enfoque sumamente innovador a partir de metodologías
ágiles, propuestas de valor centradas en el cliente y modelos de negocio
colaborativos basados en equipos.
No es de extrañar
que este mercado siga mostrando crecimientos de dos dígitos. De acuerdo con Technavio[1], el valor de estas
instituciones aumentó 20.12% en 2023, comparado con el año previo, y la noticia
principal es que la tendencia se mantendrá: según la firma de investigación, el
ritmo anual de crecimiento compuesto (CAGR) 2022-2027 para este sector se
estima en 20.5%.
Por supuesto que
aún hay mucho más espacio para crecer. McKinsey & Company[2] señala que sólo el 5% de
los $6.5 billones de dólares que generó la industria bancaria en su conjunto en
2022 vino de las Fintechs (alrededor de $200,000 millones), y vislumbra
que para 2028 su aportación será de $400,000 millones. Su estimación es más
conservadora que la de Technavio, pues pronostica un CAGR 2022-2028 de 15%, pero
de cualquier manera el rango es tres veces mayor que el ritmo de crecimiento de
la industria en general para el mismo periodo. Algo interesante a considerar es
que, según el análisis de McKinsey & Company, los mercados emergentes
(Latinoamérica entre ellos) tendrán un rol significativo y, entre 2022 y 2028, pasarán
de representar 15% a 29% de dicho crecimiento.
El notorio
desarrollo de las Fintechs obedece a la demanda de servicios más
inmediatos (sobre todo desde la pandemia, cuando la necesidad de que todas las
transacciones fueran virtuales representó un impulso importante), aunado a la
baja bancarización, el rápido crecimiento de la digitalización y los cambios en
el comportamiento de los consumidores, estimulados por las generaciones más
jóvenes.
Lo que viene
para las Fintechs en la región
El Banco
Interamericano de Desarrollo indica que actualmente hay más de 3,100 fintechs
en Latinoamérica. Si algo las diferencia de los servicios financieros
tradicionales, es una mayor agilidad, personalización y accesibilidad. Ofertas
como las plataformas de préstamos peer-to-peer (P2P) democratizan el acceso al
crédito al conectar directamente a prestatarios y prestamistas, y otras, como las
transferencias en tiempo real, la contratación de productos financieros de
manera remota, los pagos sin contacto y las carteras digitales, sin duda
aceleran el movimiento hacia sociedades más digitales. Mientras impulsan a los
bancos tradicionales a mejorar sus servicios e innovar, las Fintechs representan
la oportunidad de que la población no bancarizada tenga acceso a estos
servicios. Todo esto le viene muy bien a la región.
Entre las
tendencias que se vislumbran para este segmento, destacan las siguientes:
a)
Los servicios financieros como servicio (as a service)
y las finanzas embebidas continuarán consolidándose y expandiéndose con fuerza,
lo que impulsará el crédito como servicio, la inversión como servicio, el
seguro como servicio, entre otros.
b)
La IA, la IA Generativa y el machine learning representan
oportunidades para automatizar, aumentar la productividad y acelerar los ciclos
de innovación. Permiten personalizar los servicios financieros y llevar la
gestión de riesgos a otro nivel, siempre que las aplicaciones sean éticas,
transparentes, responsables y auditables.
c)
Con base en la búsqueda de clientes potencialmente más
rentables, los servicios se inclinarán más hacia el segmento B2B (Business to
Business) que al B2C (Business to Consumers), dinámica que también se observa a
nivel global, con 76% versus 24%, respectivamente, de acuerdo con CBInsights[3].
d)
Incluso si el escenario de altas tasas de interés
persiste por más tiempo, el sector bancario confía en reanudar el crecimiento
del crédito a partir del segundo semestre de este año, lo que representará una
oportunidad para las Fintechs que operan en este segmento.
Hay que decir
también que, para el desarrollo adecuado de estas empresas de cara a futuro y
para que dichas tendencias prosperen en Latinoamérica, será necesario sortear una
serie de complejos desafíos, como son:
·
Poner mayor foco en la seguridad. Invertir en
seguridad y protección contra ataques cibernéticos ha sido una necesidad desde
las primeras etapas de las fintechs, pero las vulnerabilidades, estafas
y fraudes, nunca habían sido tantos como ahora. En el entorno actual de
liquidez restringida, esto es un reto mayor que aumenta la necesidad de capital
para estas organizaciones.
·
Incrementar la inclusión financiera. En
Latinoamérica ésta es aún una oportunidad y un reto, con barreras como la falta
de identidad digital en una parte importante de la población, y una mejorable confianza
en las instituciones bancarias. Según Baker Institute[4], en el caso de México, la
dimensión que más contribuye a una inclusión financiera limitada es la calidad
de los productos y servicios.
·
Mejorar la experiencia del cliente, con seguridad. Es preciso
lograr el balance entre incorporar clientes de manera ágil y fácil, y, a la
par, evitar las estafas y fraudes financieros. En ello, la tecnología y
analítica adecuada juega un rol importante.
·
Impulsar la agenda regulatoria. México es punta de
lanza en la región con la puesta en marcha de la Ley Fintech; con todo, sigue
haciendo falta mayor regulación financiera para reducir la incertidumbre,
habilitar la inversión y facilitar una mayor oferta de servicios. Es preciso
que la ley continúe avanzando en los diferentes países de la región para sentar
un precedente como marco regulatorio eficaz.
En el corto plazo vienen más tiempos
de cambio. En el mapa está, por ejemplo, la consolidación del Open Finance y
Open Banking, que revolucionarán de nueva cuenta el comercio y la manera en
que, como usuarios, entendemos los servicios bancarios. Estos esquemas representan
también una gran oportunidad para todos los servicios que usan el modelo como facilitador
(Super Apps, servicios de gestión y asesoramiento financiero, etc.), sobre todo
los que estén impulsados por herramientas de IA, que ya forman parte del mundo
de las fintechs. Para todo ello, será crucial que tanto la población
como las instituciones estemos preparados, y éste es el momento de hacerlo.
[1] “Fintech market by application,
end-user, and geography – Forecast and analysis 2023-2027”, Technavio.
[2] “Fintechs: a new paradigm of growth”, McKinsey & Company.
[4] “How Mexico is tackling financial
inclusion”,
Baker Institute.
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