viernes, 14 de junio de 2024

Banco de México. Reporte de Estabilidad Financiera Junio 2024.

 Resumen ejecutivo.

 El sistema financiero mexicano mantiene una posición sólida y de resiliencia. Esto, en un entorno en el que, si bien las condiciones financieras globales se mantuvieron relativamente estables en promedio durante el periodo, fueron más restrictivas en abril. Además, en las principales economías desarrolladas y algunos países emergentes, la inflación continúa mostrando cierta persistencia y se mantiene por encima de los objetivos de sus respectivos bancos centrales. Asimismo, los mercados financieros internacionales han exhibido periodos de volatilidad debido a una mayor aversión al riesgo ante la intensificación de los conflictos geopolíticos en Medio Oriente. Lo anterior ha contribuido de forma desfavorable en el desempeño de algunos activos financieros de economías emergentes. En su estimación más reciente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó ligeramente al alza sus previsiones de crecimiento económico global para 2024 y mantuvo sin cambios las correspondientes a 2025. En cuanto a la actividad económica nacional, la información disponible indica que, en el primer trimestre de 2024, el PIB de México continuó con la desaceleración mostrada desde el último trimestre de 2023. En cuanto al seguimiento del sistema financiero nacional que se lleva a cabo en este Reporte, se destacan los hallazgos sobre la evolución de los principales riesgos para su estabilidad y cuya materialización podría afectar su buen funcionamiento. Los riesgos analizados se dividen en dos grandes categorías. La primera consiste en identificar posibles riesgos macrofinancieros, esto es, riesgos que podrían generarse a partir del deterioro en las variables financieras y macroeconómicas, tanto a nivel nacional como internacional. La segunda categoría aborda los riesgos a los que están expuestos los principales sectores que participan y forman parte del sistema financiero: hogares, empresas, sector público, sector bancario y sector financiero no bancario. Esta categoría también incluye las disrupciones y riesgos que pudieran presentarse en los mercados financieros y los sistemas de pagos. En cuanto a la categoría de los riesgos macrofinancieros, se identifican cuatro principales como fuentes que, de materializarse, pudieran afectar la estabilidad del sistema financiero mexicano: i) condiciones financieras más restrictivas por un periodo mayor al previamente anticipado; ii) presiones a la baja para la actividad económica y un entorno de mayor volatilidad en los mercados por un agudizamiento en las tensiones geopolíticas y/o de los conflictos comerciales; iii) ocurrencia de un evento sistémico que afecte al sistema financiero global, y iv) ajustes no anticipados en las calificaciones crediticias para el soberano o Pemex. El análisis de los riesgos pertenecientes a la segunda categoría se fundamenta en una serie de indicadores cuantitativos y cualitativos. A partir del análisis de los indicadores agregados de riesgo,se encuentra que las condiciones financieras en México, medidas a través del Índice de Condiciones Financieras (ICF), se volvieron menos restrictivas desde el último Reporte, si bien se mantienen en la zona de restricción. Además, el Índice de Estrés de los Mercados Financieros (IEMF) disminuyó entre diciembre de 2023 y finales de mayo de este año, aunque registró cierto repunte en abril asociado con el agudizamiento de los conflictos geopolíticos. A principios de junio, este indicador repuntó nuevamente debido al comportamiento de los mercados cambiarios, de deuda y accionarios nacionales, tras lo cual terminó por encima del nivel registrado en el último Reporte. Por su parte, el riesgo agregado del sistema financiero, ilustrado a través de un mapa térmico, se mantuvo en un nivel similar al observado en el Reporte anterior. En su conjunto, estos indicadores sugieren que la acumulación de riesgos en el sistema financiero mexicano, bajo la trayectoria esperada y ante la ausencia de choques, se mantienen acotados. No obstante, el Banco de México continúa vigilante a su evolución. El financiamiento total a la economía mexicana aumentó en términos reales anuales durante el primer trimestre de 2024 y, como proporción del PIB, se mantiene en niveles similares a los de 2015. Sin embargo, la brecha de financiamiento hila doce trimestres con valores negativos.

En el análisis de la posición financiera de los hogares, se identifica que, con datos al cierre marzo 2024, esta presenta un incremento con respecto al nivel mostrado en el Reporte anterior. Si bien el apalancamiento de los hogares, medido como la proporción de su ingreso mensual que destinan al pago de su deuda, en general se mantuvo en niveles similares a los prevalecientes un año previo, se observa que este tiende a ser mayor para los acreditados de menores ingresos que para aquellos de ingresos más altos. El crédito al consumo otorgado por la banca y sus sofomes subsidiarias continuó aumentando. Adicionalmente, la morosidad de la cartera de consumo otorgada por la banca mostró un cambio de tendencia a la baja a partir del 2024, en prácticamente todos los segmentos de esta cartera, a excepción del crédito automotriz. Además de lo anterior, los riesgos asociados con esta cartera se mantienen acotados ya que los nuevos créditos otorgados, en la mayoría de los distintos tipos de crédito, registran una probabilidad de incumplimiento regulatoria relativamente estable. Por su parte, el financiamiento total a la vivienda presenta un crecimiento en términos reales anuales ligeramente mayor con respecto al registrado en el Reporte anterior, destacando que la cartera de vivienda del Infonavit registró un crecimiento positivo por primera vez en dos años, y que la morosidad de la cartera bancaria en este rubro se ubica en niveles bajos históricos. En cuanto a las empresas privadas no financieras, destaca que el financiamiento total que recibieron disminuyó ligeramente en términos reales anuales, si bien a un menor ritmo con respecto al Reporte previo. Respecto del financiamiento interno, el crédito otorgado por la banca a este sector sigue siendo la fuente más relevante y, además, mostró un crecimiento positivo. En contraste, el financiamiento externo a este sector muestra catorce trimestres consecutivos de contracción, tanto por un menor crédito de la banca del exterior, como por la menor emisión de deuda internacional de las empresas. Los niveles de morosidad de la cartera otorgada por la banca múltiple a empresas empezaron a disminuir a partir de noviembre de 2023, explicado por el descenso de dicho índice para las empresas grandes. Adicionalmente, el índice de morosidad de la cartera otorgada por intermediarios financieros no bancarios, tanto en el sector regulado como en el no regulado, disminuyó con respecto al último Reporte. El Índice de Vulnerabilidades de Empresas Listadas (IVEL), que mide las vulnerabilidades para dichas empresas en su conjunto y que descompone por sector económico, presentó un incremento con respecto al Reporte anterior. No obstante, el IVEL se mantuvo en la zona de baja vulnerabilidad, al tiempo que la exposición de la banca del país a empresas privadas no financieras listadas en bolsa con alguna vulnerabilidad permanece baja relativa a su capital regulatorio. En cuanto a la posición financiera del sector público, al cierre de 2023, el balance público federal presentó un déficit menor al que se había proyectado en el Paquete Económico para ese año. No obstante, los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) fueron de 4.3% del PIB. De enero a marzo de 2024, el balance del sector público tuvo un déficit mayor al anticipado y, para el cierre de 2024, se anticipa que los RFSP sean equivalentes al 5.9% del PIB, con lo que su saldo histórico alcanzaría el 50.2% de dicho agregado. Por su parte, los niveles de deuda de los gobiernos estatales y municipales, según los indicadores considerados en el sistema de alerta de la SHCP, se mantienen en condiciones sostenibles. Con respecto al análisis del sector externo, se observa que la balanza de pagos exhibió, en el primer trimestre de 2024, una fuerte entrada de flujos de capital. Destaca que los flujos de portafolio de no residentes continuaron consolidando la recuperación exhibida desde el último Reporte, debido a las fuertes entradas que se registraron en diciembre de 2023 y marzo de 2024. No obstante, estimaciones propias sugieren que aún existe un amplio margen para que dichos flujos sigan recuperándose. En cuanto al análisis del sector bancario, este es el sector más relevante en términos de su participación en los activos del sistema financiero y mantiene holgados niveles de liquidez y capital con respecto a los mínimos regulatorios. Esto permite que tenga la capacidad para absorber choques o eventos inesperados que pudieran materializarse en el corto y mediano plazos. Además, con respecto al análisis de sus vulnerabilidades, se identifica que estas se mantienen acotadas. En cuanto al análisis de su riesgo de crédito, se concluye que este se mantuvo en niveles relativamente estables durante el periodo que cubre este Reporte. Hacia delante, se prevé que su evolución continúe determinada por el desempeño de la actividad económica en el país. En cuanto al riesgo de mercado, se observa una ligera disminución con respecto al último Reporte, explicada por ajustes en las posiciones de los portafolios, particularmente en instrumentos que son sensibles a movimientos de las tasas de interés. La banca múltiple en su conjunto se muestra resiliente con base en los resultados de las pruebas de estrés de solvencia y liquidez, para las que se suponen escenarios adversos pero plausibles que las instituciones pudieran enfrentar. Los objetivos principales de estos análisis son: i) identificar y analizar vulnerabilidades del sistema bancario en su conjunto, ii) evaluar la resiliencia y capacidad de absorción de pérdidas de las instituciones bancarias mexicanas ante los escenarios diseñados; y iii) evaluar la posición de liquidez de la banca múltiple para enfrentar episodios de estrés experimentados en el pasado, así como estimar la salida de flujos de efectivo que podría darse bajo determinados escenarios severos. Los resultados de las pruebas de estrés de crédito muestran que el índice de capitalización de las instituciones bancarias en México le permitiría al sistema, a nivel agregado y en los escenarios considerados, concluir el horizonte de simulación de tres años con niveles que exceden con holgura al mínimo regulatorio, incluyendo los suplementos de capital. Sin embargo, a nivel individual existen ciertas instituciones bancarias, que representan un porcentaje bajo del total de activos del sistema, que podrían registrar mayores afectaciones en sus niveles de capitalización en algunos de los escenarios simulados. En las pruebas de estrés de liquidez, los resultados muestran que los bancos, en general, podrían afrontar episodios de estrés superiores a los experimentados en el pasado y que la banca en su conjunto mantendría un superávit de liquidez. Por su parte, la banca de desarrollo y las instituciones de fomento, en general, continúan presentando solidez financiera, tanto en sus niveles de capitalización como en su liquidez. A pesar de un menor saldo de financiamiento y una disminución anual real en la constitución de reservas preventivas, este conjunto de entidades refleja una evolución favorable, tanto en los principales rubros del balance general, como en el estado de resultados. Por otro lado, en el sector de intermediarios financieros no bancarios regulados y no regulados (OIFNB), se observó una ligera recuperación en su fondeo y en sus condiciones de financiamiento de mercado a fines de 2023 e inicios de 2024. Estas entidades son vulnerables a disminuciones en la actividad económica por el segmento de la población y empresas que atienden, por lo que una desaceleración abrupta podría conducir a un deterioro significativo en la morosidad y ello a ocasionar problemas en su calidad crediticia y generación de ingresos por margen financiero. Dichas instituciones no representan un riesgo para la estabilidad financiera al ser pequeñas y estar poco interconectadas con la banca del país. Aunado a los riesgos ya señalados, se da seguimiento al riesgo de la continuidad operativa de las instituciones financieras, así como al desempeño de las infraestructuras de mercados financieros y los sistemas de pagos administrados y operados por el Banco de México. Lo anterior, debido a la importancia sistémica que estos representan. Al cierre de abril 2024, el Índice de disponibilidad de infraestructuras de mercados financieros y sistemas de pagos se mantuvo en niveles altos y los sistemas de pagos no presentaron interrupción alguna en sus servicios derivado de algún incidente. Los riesgos cibernéticos continúan siendo de los más relevantes para el sistema financiero a nivel global. En particular, destacan los riesgos cibernéticos asociados con el crecimiento en el uso y sofisticación de la Inteligencia Artificial (IA) para la estabilidad del sistema financiero, tema que recientemente ha sido ampliamente discutido en foros internacionales. Al margen de lo anterior, los indicadores desarrollados por Banco de México para medir los niveles de ciberseguridad del sistema financiero mexicano indican que esta es adecuada. Además, Banco de México da seguimiento al riesgo climático a través de analizar la exposición de la cartera de crédito empresarial, vivienda y de consumo de la banca múltiple ante pérdidas potenciales que pudiera presentar por materialización de fenómenos hidrometeorológicos.

El objetivo es promover que los participantes del sistema financiero internalicen el impacto económico y financiero asociado con riesgos físicos por cambio climático; ya que podría representar un riesgo para la estabilidad del sistema en su conjunto. En este análisis se identifica que los bancos cuya cartera de crédito no está bien diversificada por encontrarse expuesta simultáneamente a problemas de clima por ondas cálidas, problemas de sequía y ciclones tropicales son los que presentan también una mayor vulnerabilidad ante un choque de riesgo por liquidez. Adicionalmente, en esta edición del Reporte también se presentan los resultados de pruebas de estrés por riesgos físicos asociados con el cambio climático. Este es un ejercicio de simulación para evaluar la resiliencia del sistema bancario ante la ocurrencia simultánea de eventos hidrometeorológicos extremos, en particular la materialización de huracanes similares a los peores observados en años recientes para identificar la magnitud del impacto en el índice de capitalización. Los resultados muestran, que si bien estos impactos no son insignificantes no representan un riesgo para su solvencia. Este ejercicio identifica las pérdidas adicionales que podrían generarse en caso de que ocurran choques macrofinancieros y climáticos simultáneamente. En cuanto al seguimiento sobre la evolución de los activos financieros sostenibles, en los primeros tres meses de 2024, la colocación de bonos temáticos por parte de emisores nacionales privados y públicos registró un monto superior al observado en el mismo periodo de 2023.Finalmente, como parte de su labor para contribuir al proceso de mejora continua del marco regulatorio, con el fin de mantenerlo robusto y actualizado, así como de procurar la adopción de mejores prácticas y estándares internacionales, durante el periodo de análisis de este Reporte, el Banco de México implementó medidas relacionadas con operaciones de reporto, operaciones derivadas, tasas de referencia, provisión de liquidez a instituciones de banca múltiple, activos financieros sostenibles y facilidades para acreditados afectados por el huracán Otis. Hacia delante, se mantendrá atento a la evolución de los riesgos y vulnerabilidades que pudieran impactar negativamente a la estabilidad financiera, con el fin de implementar acciones para mitigarlas y preservar tanto la estabilidad del sistema financiero como el adecuado funcionamiento de los sistemas de pago. Lo anterior, en ejercicio de sus facultades, con estricto apego al marco legal, y en coordinación con otras autoridades financieras.  

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