“Dejar
mi casa fue la decisión más difícil que he tomado, pero sabía que
sí tenía otro encuentro con los pandilleros y volvía a negarme, ya
no tendría la misma suerte.” -Erik, adolescente proveniente de
Honduras.
México
por su posición geográfica se convierte en un país de origen,
tránsito, destino y retorno de migrantes. Tapachula, al compartir
frontera con Guatemala, es la ciudad en la que miles de personas
migrantes esperan varados en albergues por un permiso para transitar
en territorio mexicano.
De
acuerdo a la COMAR, de diciembre de 2018 a mayo de 2019, se
registraron más de 24 mil solicitudes, una cifra tres veces superior
a la que se realizaron en el mismo periodo del año anterior. Además,
a finales de 2018, fuentes oficiales calcularon que a México
llegaron 7,000 migrantes centroamericanos.
A
Tijuana arribaron cerca de 3,500 migrantes en su camino hacia Estados
Unidos, algunos buscaban solicitar asilo y realizar los trámites
pertinentes, otros más cruzaron la línea divisoria para entregarse
a la patrulla fronteriza, pero no contaban con que los regresarían a
México, donde han tenido que esperar la resolución de su trámite.
¿Pero
qué sucede con los niños y niñas que migran para reencontrase con
sus padres o con los adolescentes que huyen del crimen organizado?
De
acuerdo al Instituto Nacional de Migración, en el primer semestre de
2019, cerca de 33,122 niños y adolescentes han sido presentados ante
las autoridades, de los cuales 8,525 no viajaban acompañados.
Año
con año, miles de niños y adolescentes salen de sus países para
huir de la violencia y los abusos ejercidos por las pandillas,
también para buscar mejores oportunidades o para volver a ver a sus
familiares.
Al
viajar solos, ellos se enfrentan a diversos riesgos, como ser
reclutados por el crimen organizado, caer víctimas de trata, ser
explotados o violentados. Es así como estos niños, niñas y
adolescentes están expuestos a una doble vulnerabilidad; por su
condición de migrantes no documentados y por ser menores de
edad.
Miles
de niños en situación de movilidad crecen sin el cuidado de una
familia, aunado a que un gran porcentaje, no disfruta de derechos
básicos como el derecho a la alimentación, salud, educación, entre
otros.
Por
si fuera poco, cuando detienen a un niño o adolescente migrante,
éste es trasladado a una estación migratoria o a un albergue
improvisado, donde las condiciones no son óptimas para su
recuperación física, mental y emocional.
En
México no existen suficientes centros de cuidados alternativos, por
ello, es importante que el Estado fortalezca estos espacios para
evitar que los niños y adolescentes migrantes sufran las
consecuencias.
No
importa el origen de un niño o adolescente sus derechos deben ser
respetados y para ayudar a que esto suceda,
Aldeas Infantiles SOS México decidió expandir sus servicios de
cuidado infantil para apoyar a niños, adolescentes y familias
migrantes a través de sus Aldeas ubicadas en el sur y norte del
país, Comitán y Tijuana respectivamente.
La
Aldea Infantil SOS Comitán ha establecido una estrecha relación con
la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), con el objetivo de
acoger a adolescentes y jóvenes no acompañados de países como
Guatemala, El Salvador y Honduras, brindándoles un espacio libre
violencia y herramientas que contribuyan a su desarrollo.
Mientras
que, en Tijuana se estableció, con apoyo de UNICEF, un pabellón de
servicios especializados para la infancia y adolescencia en diversos
albergues que alojan a niños y adolescentes en situación de
movilidad; la intervención se ha centrado en garantizar espacios
seguros donde los participantes puedan realizar actividades que
promuevan su recuperación emocional, mental y física a través del
arte, la música y el deporte.
Cabe
señalar que también se han habilitado casas para acoger a familias
en situación de movilidad, para que temporalmente vivan en un
espacio seguro donde se les garanticen sus derechos y cuenten con el
asesoramiento jurídico que apoye a resolver su situación legal.
Aldeas
Infantiles SOS México seguirá protegiendo los derechos de los
niños, adolescentes y jóvenes en situación de movilidad,
brindándoles un trato respetuoso, incluyente, resiliente y libre de
xenofobia.
Sobre
Aldeas Infantiles SOS
Aldeas
Infantiles SOS es una organización sin fines de lucro, no
gubernamental e independiente, que trabaja por el derecho de los
niños a vivir en familia. Desarrolla su labor en el mundo desde 1949
y actualmente lleva adelante sus programas en 136 países y
territorios, dentro del marco de la Convención sobre los Derechos
del Niño de las Nacionales Unidas (CDN). La organización brinda
atención directa e individualizada a cada niño según sus
características y situación particular; y busca fortalecer a las
familias que están en riesgo de separarse de sus hijos y puedan así
brindarles entornos seguros.
Aldeas
Infantiles SOS está comprometida en crear y mantener entornos
familiares de cuidado y protección para todos los niños; ya sea en
su familia biológica, en un entorno de acogimiento alternativo o en
la comunidad donde viven y crecen. Día tras día, la organización
une fuerzas para combatir todas aquellas causas que afectan a los
niños y que ocasionan la pérdida del cuidado familiar.
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