miércoles, 2 de octubre de 2019

Soy ilegal, pero sigo siendo un niño




Dejar mi casa fue la decisión más difícil que he tomado, pero sabía que sí tenía otro encuentro con los pandilleros y volvía a negarme, ya no tendría la misma suerte.” -Erik, adolescente proveniente de Honduras.

México por su posición geográfica se convierte en un país de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes. Tapachula, al compartir frontera con Guatemala, es la ciudad en la que miles de personas migrantes esperan varados en albergues por un permiso para transitar en territorio mexicano.

De acuerdo a la COMAR, de diciembre de 2018 a mayo de 2019, se registraron más de 24 mil solicitudes, una cifra tres veces superior a la que se realizaron en el mismo periodo del año anterior. Además, a finales de 2018, fuentes oficiales calcularon que a México llegaron 7,000 migrantes centroamericanos.

A Tijuana arribaron cerca de 3,500 migrantes en su camino hacia Estados Unidos, algunos buscaban solicitar asilo y realizar los trámites pertinentes, otros más cruzaron la línea divisoria para entregarse a la patrulla fronteriza, pero no contaban con que los regresarían a México, donde han tenido que esperar la resolución de su trámite.

¿Pero qué sucede con los niños y niñas que migran para reencontrase con sus padres o con los adolescentes que huyen del crimen organizado? De acuerdo al Instituto Nacional de Migración, en el primer semestre de 2019, cerca de 33,122 niños y adolescentes han sido presentados ante las autoridades, de los cuales 8,525 no viajaban acompañados.

Año con año, miles de niños y adolescentes salen de sus países para huir de la violencia y los abusos ejercidos por las pandillas, también para buscar mejores oportunidades o para volver a ver a sus familiares.

Al viajar solos, ellos se enfrentan a diversos riesgos, como ser reclutados por el crimen organizado, caer víctimas de trata, ser explotados o violentados. Es así como estos niños, niñas y adolescentes están expuestos a una doble vulnerabilidad; por su condición de migrantes no documentados y por ser menores de edad.
Miles de niños en situación de movilidad crecen sin el cuidado de una familia, aunado a que un gran porcentaje, no disfruta de derechos básicos como el derecho a la alimentación, salud, educación, entre otros.
Por si fuera poco, cuando detienen a un niño o adolescente migrante, éste es trasladado a una estación migratoria o a un albergue improvisado, donde las condiciones no son óptimas para su recuperación física, mental y emocional.
En México no existen suficientes centros de cuidados alternativos, por ello, es importante que el Estado fortalezca estos espacios para evitar que los niños y adolescentes migrantes sufran las consecuencias. 
No importa el origen de un niño o adolescente sus derechos deben ser respetados y para ayudar a que esto suceda, Aldeas Infantiles SOS México decidió expandir sus servicios de cuidado infantil para apoyar a niños, adolescentes y familias migrantes a través de sus Aldeas ubicadas en el sur y norte del país, Comitán y Tijuana respectivamente.
La Aldea Infantil SOS Comitán ha establecido una estrecha relación con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), con el objetivo de acoger a adolescentes y jóvenes no acompañados de países como Guatemala, El Salvador y Honduras, brindándoles un espacio libre violencia y herramientas que contribuyan a su desarrollo.
Mientras que, en Tijuana se estableció, con apoyo de UNICEF, un pabellón de servicios especializados para la infancia y adolescencia en diversos albergues que alojan a niños y adolescentes en situación de movilidad; la intervención se ha centrado en garantizar espacios seguros donde los participantes puedan realizar actividades que promuevan su recuperación emocional, mental y física a través del arte, la música y el deporte.
Cabe señalar que también se han habilitado casas para acoger a familias en situación de movilidad, para que temporalmente vivan en un espacio seguro donde se les garanticen sus derechos y cuenten con el asesoramiento jurídico que apoye a resolver su situación legal.
Aldeas Infantiles SOS México seguirá protegiendo los derechos de los niños, adolescentes y jóvenes en situación de movilidad, brindándoles un trato respetuoso, incluyente, resiliente y libre de xenofobia.

Sobre Aldeas Infantiles SOS

Aldeas Infantiles SOS es una organización sin fines de lucro, no gubernamental e independiente, que trabaja por el derecho de los niños a vivir en familia. Desarrolla su labor en el mundo desde 1949 y actualmente lleva adelante sus programas en 136 países y territorios, dentro del marco de la Convención sobre los Derechos del Niño de las Nacionales Unidas (CDN). La organización brinda atención directa e individualizada a cada niño según sus características y situación particular; y busca fortalecer a las familias que están en riesgo de separarse de sus hijos y puedan así brindarles entornos seguros.

Aldeas Infantiles SOS está comprometida en crear y mantener entornos familiares de cuidado y protección para todos los niños; ya sea en su familia biológica, en un entorno de acogimiento alternativo o en la comunidad donde viven y crecen. Día tras día, la organización une fuerzas para combatir todas aquellas causas que afectan a los niños y que ocasionan la pérdida del cuidado familiar.

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