De
acuerdo con el reporte: Labor
2030: The Collision of Demographics, Automation and Inequality
realizado por Bain & Company, demuestra que la demografía, la
automatización y la desigualdad social, económica y cultural podrán
desencadenar una interrupción económica mucho mayor a la que se ha
venido experimentando los últimos 60 años. El principal objetivo
del reporte es detallar los nuevos riesgos y las oportunidades
comerciales que se obtendrán en los siguientes años.
En
la próxima década es de vital importancia que las empresas y los
inversionistas se planteen desafíos y combinen esfuerzos para crear
un clima económico que esté en constante mejora durante estos años
hasta llegar a un auge en inversiones para la próxima década.
De
acuerdo con el estudio, una de las mayores inversiones que se
realizará en los Estados Unidos será en la automatización, la cual
podría promover hasta ocho billones de dólares en inversiones y
elevar abruptamente las tasas de interés. Para
fines de la década de 2020, las nuevas tecnologías podrían
eliminar entre el 20% y el 25% de los empleos actuales, lo que
afectará directamente a los trabajadores de ingresos medios a bajos.
A medida que las inversiones alcancen su punto máximo en 2030, es
muy probable que el poco crecimiento de la demanda restrinja la
expansión económica y las tasas de interés globales bajen a
niveles inéditos.
Otro
de los posibles frentes que la sociedad tendrá que sortear debido a
la desigualdad y al desequilibrio de los mercados, es que el gobierno
tome un mayor control sobre los temas relacionados al mercado. El
análisis y las ideas comerciales del reporte pueden ayudar a los
líderes a poner los posibles cambios en contexto y considerar los
efectos que tendrán en sus empresas, industrias y la economía
global.
A
continuación, algunos puntos relevantes sobre el estudio:
La
volatilidad del mercado aumentará: Las
macroeconomías no se encontrarán estables, solo serán fuertes en
algunos momentos. Se recomienda analizar muy bien las futuras
operaciones y no dejarse llevar por las aparentes buenas rachas,
asumiendo que todo está estable.
Las
tendencias que han funcionado hasta ahora podrán revertirse mucho
más rápido que en las últimas décadas. Las
empresas pueden blindarse ante estos posibles cambios haciendo de la
resiliencia una alta prioridad estratégica, gestionando y
supervisando los macro riesgos en las compañías.
Es
probable que los mercados de clase media pierdan fuerza. Muchas
empresas orientadas al consumidor diseñan y comercializan bienes
basados en un modelo de tres niveles, siendo la clase media
quien acapara la mayor parte del público meta. La
presión sobre este segmento puede favorecer una nueva estructura de
dos niveles: hogares con ingresos altos que representarán solo el
20% del total de los consumidores y los hogares de ingresos bajos que
serán el 80% restante, lo que provocaría un cambio dramático en la
forma en que las empresas segmentarán los mercados de bienes y
servicios.
Las
tasas de interés aumentarán más rápido: Es
probable que las tasas de interés aumenten en la próxima década
antes de caer nuevamente a mínimos históricos, lo que hace que la
administración de capital para las empresas y la preservación de
este para los inversionistas sea más desafiante. Desde
la década de 1950, las tasas de interés han aumentado o disminuido
gradualmente con patrones en una dirección u otra.
La
automatización podría impulsar un auge de 10 a 15 años, seguido de
una caída. La
próxima ola de inversión en automatización creará muchas
oportunidades, pero se volverá cada vez más peligrosa a medida que
vaya ganando impulso. Las
empresas pueden sentir una presión competitiva para invertir en
tecnologías de automatización, similar a la forma en que se
sintieron obligadas a crear cadenas de suministro globales en los
años 90´s y 2000. Para
evitar quedar atrapados en el lado equivocado del ciclo de inversión,
las empresas y los inversores deberán prestar mayor atención al
monitoreo de su exposición al riesgo a medida que avanza el ciclo de
inversión.
La
mano de obra altamente calificada y de altos ingresos será cada vez
más escasa. El
ritmo al que los trabajadores buscan nuevas oportunidades, se
capacitan y migran hacia trabajos más calificados probablemente será
demasiado lento para aliviar la escasez. El
desafío para las empresas será atraer, hacer crecer y retener
talentos altamente calificados.
El
crecimiento del gasto de los baby
boomers
alcanzará su punto máximo en la década de 2020. En
comparación con las generaciones anteriores, los baby
boomers
extenderán el período de ingresos y gastos en aproximadamente 10
años. Al
ser una generación tan numerosa, existen
considerables oportunidades de mercado para la mayoría de los bienes
y servicios, incluidos los artículos de gran valor como la vivienda
y el transporte, sin embargo, el crecimiento basado en este cambio
demográfico se concentrará solo en el 20% de los hogares.
Es
probable que el gobierno tenga mayor participación en el
mercado. Ante
el aumento de la desigualdad, es probable que los gobiernos se
vuelvan más intervencionistas, utilizando mayores impuestos y
regulaciones para gestionar los desequilibrios. Los
gobiernos pueden expandir su papel en el mercado, similar a lo que se
vio en Occidente entre el final de la Segunda Guerra Mundial y
principios de la década de 1980, al cambiar los recursos y
convertirse en un comprador directo de bienes y servicios.
Los
conflictos intergeneracionales aumentarán, lo que atraerá nuevas
empresas. A
medida que los jubilados y la población en edad de trabajar luchan
por los recursos, las empresas pueden involucrarse y obtener ventaja
de la situación sumándose a la conversación y abriendo
oportunidades ante la escasez de trabajadores altamente calificados.
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