La agencia calificadora Fitch reafirmó la calificación del soberano en 'BBB-' y mantuvo la perspectiva estable. Dentro del comunicado, Fitch considera que el marco de política macroeconómica es prudente, con unas finanzas externas robustas y estables, así como una deuda a PIB que se mantendrá debajo de la mediana de países con calificación 'BBB'. Adicionalmente, comenta que la calificación está limitada por una débil gobernanza, un historial de crecimiento de largo plazo moderado y riesgos fiscales por los pasivos contingentes de PEMEX y las crecientes rigideces en el presupuesto. Con respecto a los déficits del gobierno general la calificadora estima que se ubiquen en 5.4% como porcentaje del PIB en 2024 y en 4.0% en 2025, por encima del 3.6% observado en 2023 y del promedio de 2.0% entre 2015 y 2019, además, el presupuesto del 2024 incluía un déficit del sector público no financiero por encima del 5.0% del PIB, el mayor en tres décadas. Hacia adelante, Fitch considera que la administración entrante heredará un déficit significativo que vendrá de un gasto social creciente y un mayor servicio de la deuda. Los estimados de Fitch para la deuda bruta del gobierno general son que se incrementará a 49% del PIB en 2024, desde un 46% en 2023, de tal manera que se ubicará debajo del 55% de referencia de países con calificación 'BBB'. Hacia el 2026 la deuda se podría ubicar en 52.8%. Respecto a este tema, la calificadora resaltó que es incierto cómo y qué tan rápido podrá el nuevo gobierno mantenerla en una trayectoria estable. La calificadora no espera ningún cambio en la voluntad del gobierno de seguir apoyando financieramente a PEMEX. Esto significa que seguramente se necesitarán más transferencias a la petrolera, a menos que haya una mejora significativa en la eficiencia operativa de la empresa o una reducción en su carga de la deuda. Fitch estimó que durante la administración actual los apoyos a PEMEX fueron cercanos al 4.0% del PIB entre 2019 y 2023. Para el crecimiento económico, Fitch estima que el producto interno bruto real se desacelerará de 3.2% en 2023 a 2.0% en 2024, para posteriormente crecer 1.8% en 2025. La calificadora considera que la actividad económica repuntará durante la segunda mitad del año, después de observarse debilidad en la primera mitad, además para el próximo año la combinación de un menor crecimiento en EE.UU., una postura fiscal más más apretada con la entrada de un nuevo gobierno y la postura monetaria restrictiva terminarán reflejándose en una ligera desaceleración el próximo año. Por otro lado, Fitch considera que el nearshoring le dará a México la oportunidad de mejorar su posición en las cadenas globales de valor y diversificar su capacidad manufacturara, aunque el proceso de relocalización es gradual. Respecto a los riesgos, el principal vendrá de la elección con EE.UU. en forma de incertidumbre. El expresidente Trump busca imponer un arancel del 10% global, dejando a México vulnerable ya que cerca del 80% de sus exportaciones están destinadas a dicho país. La migración será el principal punto de fricción entre ambos países y podría afectar los flujos de remesas que recibe México (cerca de 3.5% en 2023). En nuestra opinión, dado el escenario de desaceleración económica, sumado a la vulnerabilidad de las finanzas públicas con un ingreso tributario acotado, gastos rígidos y crecientes, y una posible fricción comercial y migratoria con EE.UU. no descartamos que la calificadora pueda revisar de “estable” a “negativa” la perspectiva para la calificación crediticia del soberano en los siguientes 12 meses.
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