En el pintoresco Valle de Guadalupe, conocido por sus suelos ricos y su clima ideal para la viticultura, se erige Hilo Negro como un ícono de excelencia y pasión por el vino. Fundado hace más de una década por un grupo de amigos visionarios, este viñedo ha trascendido las expectativas convencionales para convertirse en un destino imprescindible en la escena vinícola de México.
Con una dedicación inquebrantable a la calidad y la innovación, Hilo Negro ha sido moldeado por la visión y la experiencia del enólogo Daniel Lonnberg, quien lidera con más de 25 años de maestría en la creación de vinos que capturan la esencia del Valle de Guadalupe. Desde blancos frescos y vivaces hasta tintos robustos y complejos, cada botella de Hilo Negro es el resultado de cuidados meticulosos en el viñedo y un profundo respeto por las tradiciones vinícolas.
El reconocimiento internacional ha sido un testimonio del compromiso de Hilo Negro con la excelencia. Ha sido galardonado en prestigiosos concursos como el Concurso Mundial de Bruselas y el Concurso Internacional de Vinos Bacchus, además de recibir elogios en la Guía Peñín y la Guía de Catadores del vino mexicano de Rodolfo Gerschman. Su participación destacada en eventos emblemáticos del mundo del vino, como Nación de Vinos y la Feria Nacional del Queso y el Vino, lo que subraya su posición como un líder indiscutible en la escena vinícola global.
Pero más allá de sus logros enológicos, Hilo Negro ofrece una experiencia integral para todos los sentidos. La sala de degustación "Algaravino" invita a los visitantes a explorar la riqueza y la complejidad de sus etiquetas, cada una bautizada con nombres que evocan la artesanía y el detalle que caracterizan a la marca. Aquí, los conocedores del vino y los aficionados por igual pueden descubrir nuevas dimensiones de placer en cada sorbo, guiados por expertos que comparten su pasión por el arte de la vinificación.
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