Importantes desafíos sugieren mayor volatilidad en los mercados
El segundo semestre del año traerá consigo retos en el ámbito económico y financiero ante una serie de factores geopolíticos que podrían resultar en cambios de las políticas públicas, especialmente por todos los procesos electorales del 2024. En Europa, la derecha ha ganado terreno, sugiriendo un movimiento pendular hacia posturas anti migratorias y mayores restricciones al comercio internacional. A ello hay que añadir una mayor polarización entre los gobiernos de Washington y Pekín, y como consecuencia, una guerra comercial y arancelaria entre Occidente y China. Además, el proceso electoral en EE. UU. ha complicado aún más el panorama mundial, especialmente por la probabilidad cada vez mayor de una victoria de Donald Trump.
Estos cambios podrían significar crecientes vientos en contra para la economía global, aunque de manera heterogénea entre países. Los mayores desafíos probablemente se observarán en Europa y partes de Asia. EE. UU. podría mantenerse resiliente, con una economía en pleno empleo aún soportada por la demanda interna. Estas diferencias también se verán reflejadas en la política monetaria. Si bien la mayoría de los bancos centrales han comenzado o están próximos a iniciar el recorte de tasas, el ritmo y tiempo que tomen en ajustar sus posturas será desigual. Ello ocasionaría efectos en muchas variables, entre ellas las divisas. Dentro del G-10, posiblemente el Banco de la Reserva Federal sea el último en reducir las tasas, con una visión muy gradual ante una dinámica inflacionaria que todavía no asegura alcanzar el objetivo de 2% en su horizonte de planeación.
En México anticipamos un menor dinamismo económico en la segunda mitad del año por un efecto estacional (i.e. ajuste del gasto de gobierno después de las elecciones, el cual se ha visto claramente en varios periodos en la historia moderna de México) y un menor ritmo de crecimiento de la economía global. Como resultado, hemos realizado ligeras revisiones a la baja en nuestros pronósticos del PIB, tanto en EE. UU. como en México. Aun así, todavía podríamos ver algunos factores positivos para la economía local, especialmente el impulso proveniente de la primera fase del nearshoring (principalmente en el centro y norte del país).
También será importante analizar el proceso de transición después de las elecciones del 2 de junio, con el foco de atención durante el tercer trimestre en: (1) Los nombramientos faltantes del gabinete de la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum; (2) los mensajes que provean, lo que a su vez será una guía sobre las políticas públicas (entre ellas la fiscal); y (3) el inicio del periodo ordinario de sesiones del nuevo Congreso y la agenda de reformas a discutir y aprobar. En la política monetaria, Banxico ha mantenido un sentido de prudencia. Sin embargo, las condiciones actuales y los mensajes enviados por los miembros de la Junta de Gobierno sugieren la posibilidad de dos recortes más en la tasa de referencia (en agosto y diciembre), para finalizar el año en un nivel de 10.50%.
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