Ciudad
de México, 16 de octubre de 2017.
Pregunta:
¿Cómo la fortaleza institucional que tenemos nos puede asegurar que esta
circunstancia va a ser afrontada de una manera adecuada?
Secretario
José Antonio Meade Kuribreña: Para que se vea que hay buena cooperación entre
el sector hacendario y los bienes que hacen análisis, decía un economista muy
talentoso que había dos formas de pintar una casa: una era dejar la brocha fija
y que se moviera la casa y la otra era dejar la casa fija y que se moviera la
brocha.
Eso
es lo que está atrás de una política de tipo de cambio flexible. Si nosotros
dejáramos fijo el tipo de cambio, como vimos en el pasado, cuando viéramos
perturbaciones como lo que estamos viendo, lo que se ajustaba era la casa, y
tenía un impacto real cuando no se ajustaba el tipo de cambio.
Hoy
lo que tenemos con el tipo de cambio flexible es que lo que se ajusta es el
tipo de cambio y eso permite que la casa vaya, desde el punto de vista real,
teniendo una gestión mucho menos ruidosa que si se estuviera moviendo.
Hoy
el tipo de cambio refleja diferentes tipos de incertidumbres, muchas de las
cuales no podemos controlar. Refleja, por un lado, la incertidumbre de qué tan
rápido se va a organizar la política monetaria de Estados Unidos.
Hace
apenas un mes los mercados estimaban que la probabilidad de que se incrementara
la tasa del FED a finales de este año era de 30 por ciento. Después de los
últimos datos que se dieron en la economía en declaraciones de sus miembros, la
prioridad de que la tasa se incrementara pasó al 70 por ciento. Una política de
normalización más rápida en Estados Unidos presiona a nuestro tipo de cambio y
al tipo de cambio de los emergentes.
Parte
del movimiento que hemos visto en los últimos días no es México específico,
sino que es compatible con los emergentes.
Hay
algunos otros elementos que sí son de México específicos: la preocupación
alrededor del Tratado de Libre Comercio, eso impacta en expectativa a nuestro
tipo de cambio, en donde lo que los mercados consideran es que, en la ausencia
del Tratado, tendría que haber un ajuste real en el tipo de cambio y en
consecuencia se nos ha venido presionando el tipo.
Frente
a esos dos elementos que nos vienen de fuera, lo que podemos hacer nosotros es
tratar de controlar lo que tenemos dentro. Y lo que tenemos dentro básicamente
es la capacidad de fijar nuestra política fiscal.
Si
nosotros abonáramos a la incertidumbre de la normalización y a la incertidumbre
del Tratado, incertidumbre de finanzas públicas, eso implicaría un elemento
adicional para que el tipo de cambio sea ajustara. De los elementos que
determinan el tipo de cambio, el que hoy ayuda a anclarlo es que haya confianza
en las finanzas públicas y en la responsabilidad de su conducción, y es una
responsabilidad que compartimos Ejecutivo y Legislativo.
La
aprobación que se dé de la Ley de Ingresos, y en los términos que se dé esa
aprobación, será importante para dar señales de que, frente a la incertidumbre,
en México habrá una buena conducción bien coordinada de la política fiscal y de
la política monetaria.
Con
un segundo elemento: si México fuera solamente un actor, o una plataforma de
exportación, el ruido del Tratado sería mucho mayor. Hoy México tiene la
posibilidad de ver esta discusión con la tranquilidad de que ha venido
cambiando sus instituciones y que hoy en
México se habla de exportaciones, pero se habla
de energía, se habla de
exportaciones pero se habla de telecomunicaciones, se habla de exportaciones
pero se habla de mercado interno.
Nuestro
mejor Plan B es hacer bien nuestra tarea, en materia de finanzas públicas y
ahora hacer bien nuestra tarea en términos de darle a la economía las mejores
instituciones y los mejores elementos de flexibilidad y fortaleza.
Si
se los quitamos, si los ponemos en riesgo, si nos movemos hacia atrás, en términos
de donde hoy abrimos, cerremos, eso va a
generar un entorno de mucha menor fortaleza y habrá de tener también impacto en
nuestras variables.
Pregunta:
En los pasillos, hace un momento, uno de los temas recurrentes es lo que
comentaba el secretario, la posibilidad de que no tenga un desenlace feliz esta
renegociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica.
¿Hasta
qué punto este Plan B que señalaba tiene capacidad para asimilar el impacto que
ese hecho, todavía probable, no es algo seguro pero ya está en el horizonte de
probabilidad, pudiera afectar a las finanzas de las mexicanas?
Secretario
José Antonio Meade Kuribreña: Primero, el escenario central es que tengamos una
buena negociación del Tratado de Libre Comercio.
Desde
muchas perspectivas es natural que conforme avance un proceso de negociación
vayamos teniendo más espacios de tensión que vayan aflorando y se vayan
cristalizando las diferencias.
Decía
otro político que: “Mientras haya tiempo, todo está muy complicado. Es cosa de
que acabe para que nos pongamos de acuerdo”. Eso es cierto en cualquier proceso
de negociación, los momentos más amplios de la negociación se dan cuando
tenemos tiempo.
Estamos
en la Cuarta Ronda, es natural que afloren diferencias, que esas diferencias
generen tensiones y que esas tensiones generen especulación respecto de cómo
habrá de terminar. Pero, primero, para nosotros es importante, participamos en
esta negociación de buena fe y pensamos que el mejor resultado es que tengamos
al final del día un Tratado de Libre Comercio modernizado que recoja las
preocupaciones de los tres países y que nos
dé un mejor marco de integración.
Habiendo
dicho eso el Tratado de Libre Comercio podríamos evaluarlo en tres dimensiones:
qué nos compra en lo arancelario, qué nos compra en resolución de disputas y
qué nos compra en protección de inversiones y en facilidad comercial.
Y
podemos ir viendo cuál es el impacto en cada una de ellas. De entrada, en
términos de fortaleza institucional, primero México comercia con muchas regiones
del mundo, sobre todo importa de muchas regiones del mundo.
De
entrada, más o menos la mitad de nuestras importaciones no son Estados Unidos,
eso quiere decir que desde el punto de vista de cadenas de valor y desde el
punto de vista de proveernos de insumos, hoy dependemos mucho menos de los
Estados Unidos de lo que hace algunos años. Nuestras exportaciones, sí muy
concentradas, pero también nos hemos diversificado en los últimos años.
Segundo,
en este ejercicio de regresarnos hace 20 o 30 años, el Tratado entra en vigor
en el 1994, pero se negocia algunos años antes, se negocia a principios de los
90, y dos fenómenos sucedieron: primero, hay muchos temas que hoy están
vigentes que en 1990 no estaban vigentes; y hay muchos temas que no estaban en
el Tratado por restricciones constitucionales en México.
En
México en 1994 nuestro sistema financiero estaba cerrado, no es sino hasta 1999
que abrimos nuestro sistema financiero a otros países, solamente estaba
CitiBank actuando en México. Nuestro sector energético, nuestras
telecomunicaciones también no estaban y el comercio electrónico todavía no
existía.
Aquí
está Juana, mi esposa, en el escenario, y digitalmente hablando, cuando
estábamos estudiando fuera yo me case un año después de haberme ido al
doctorado, Juana me mandaba faxes, no había coreos electrónicos. Y no somos tan
grandes ni Juana ni yo.
Pero
el punto es: buena parte de lo que hoy hacemos no está contemplado en el
Tratado porque no existía en los 90´s.
Entonces,
si vemos, no sólo nuestra relación es más diversificada, sino en todos los
sectores que están fuera del Tratado y las fracciones arancelarias que también
lo estaban.
Si
vemos cómo se ha acercado la OMC al Tratado de Libre Comercio en términos de
que hay muchas tarifas que hoy son iguales bajo ambos esquemas. Si vemos,
además, la diferencia entre OMC y Tratado, en muchos casos, el impacto
arancelario sería menor.
El
impacto en términos de resolución de controversias, prácticamente todas las
controversias Estado a Estado se hacen por fuera al Tratado, y dentro del
Tratado se hacen país a Estado pero tenemos pocas, menos de 12 en la última
década.
Todas
las facilidades administrativas que hoy tiene (inaudible) rebasan a las que
teníamos en el Tratado, y mucha de la inversión que hemos visto se ha venido
dando al margen del Tratado.
Por
todo ello, el Tratado es central, el Tratado es importante, pero México, como
han dicho el Canciller y el secretario de Economía, es mucho más que el
Tratado.
Y
si nosotros pudiéramos escoger en la alineación a quiénes tener al frente de la
negociación, hoy tenemos a alguien que participó en la negociación del Tratado
y que de entonces para acá, y solamente en los últimos años, ha negociado en
Asia, ha negociado en el Medio Oriente, ha negociado en América Latina y hoy lo
hace en Norteamérica. No podía estar la negociación en mejores manos que en las
de Ildefonso.
Pregunta:
Aun pensando que tiene un final feliz la negociación del Tratado, una
preocupación, secretario, que también se ha hecho presente en las últimas
semanas, el posible impacto que tendría sobre México la reforma fiscal de los
Estados Unidos, esta propuesta fiscal que baja impuestos corporativos y la tasa
máxima a personas físicas. ¿Cuál sería el impacto que considera usted podría
tener?
Secretario
José Antonio Meade Kuribreña: Para analizar el impacto de la reforma fiscal
nosotros tenemos que revisar tasa y base. De hecho la tasa en Estados Unidos es
mayor que la tasa en México. Sin embargo la recaudación que hoy tenemos en
México del Impuesto sobre la Renta corporativo, en términos del PIB, es mayor
que la recaudación que tiene Estados Unidos en su Impuesto sobre la Renta en
términos del PIB.
Eso
quiere decir que nuestra tasa probablemente afecte una base más amplia, que la
tasa que tienen allá afectando a una base más acotada.
Para
nosotros es importante saber cuál es la forma definitiva que toma la reforma,
para poder ponderar cómo se compensó la tasa y la base, si es que hubiese
alguna compensación.
En
ese análisis partimos sobre la base de que el costo de la inversión del capital
no es solamente el Impuesto sobre la Renta corporativo. Para poder comparar a
México con Estados Unidos tendríamos que ver el corporativo federal, el
corporativo local y la carga y la contribución
sobre seguridad social.
En
México, nuestro Impuesto sobre la Renta recauda un poco más que el de ellos a
nivel federal. No tenemos un Impuesto sobre la Renta local, y las
contribuciones de la seguridad social en México son la tercera parte de lo que
son allá, la carga de capital en Estados Unidos, en una mucho menor parte, de
hecho es casi la tercera parte del Impuesto sobre la Renta federal, de lo que
es la contribución a la seguridad social, en México son casi equivalentes, es
un poquito mayor el Impuesto sobre la Renta federal.
Eso
quiere decir que aún si desapareciera le Impuesto sobre la Renta corporativo
allá, la carga sobre el capital seguirá siendo mayor allá que acá.
Entonces,
para poder tener una evaluación del impacto no sólo en México, sino en todos
los países, porque somos todos los que estamos pendientes del resultado último
de esa negociación, tendríamos que conocer los dos elementos, y en el caso
específico de México lo hacemos sobre la base de que el costo de capital sobre
costo de capital, México sigue siendo hoy bastante competitivo.
Pregunta:
Secretario, hay una serie de preguntas que acordamos con las oficina de los
participantes en este foro, de hacerlas igual para todos los participantes en
ella, en el foro. Quisiera tener sus respuestas a estas preguntas.
La
primera ¿cómo es su visión del futuro de México para la próxima década?
Secretario
José Antonio Meade Kuribreña: Si nosotros recordamos la última lámina de la
presentación, y cómo pensamos que debiéramos termina la administración,
decíamos en ese orden: preservar nuestras finanzas públicas y tener coherencia
en nuestra política fiscal y monetaria, seguir implementado la reformas y
seguir abonando en favor del Estado de Derecho.
Yo
creo que para las siguientes décadas lo que hemos hecho en esta administración,
prepara el terreno para que lo hagamos al revés, para que empecemos
consolidando el Estado de Derecho, sigamos implementando y profundizando las
reformas estructurales y no descuidemos la salud de las finanzas públicas.
Pregunta:
¿Cómo puede el Estado Mexicano apoyar a sus jóvenes en el entorno cambiante en
el que vivimos?
Secretario
José Antonio Meade Kuribreña: El apoyo que tenemos que dar a los jóvenes
empieza, yo creo, y es un tema del que seguramente Aurelio va a abundar,
abriéndoles, primero, espacios de educación y luego de inclusión.
¿A
qué me refiero? En México el que no tiene estudios gana cinco veces menos del
que termina la preparatoria. En México, el que termina la preparatoria vive
cuatro años más que le que no la termina. De ese tamaño es la importancia del
acceso a la educación.
Pero
el acceso a la educación no se puede entender por sí mismo, tenemos que revisar
las demás variables en materia de inclusión para estar seguros que les estamos
dando a los jóvenes nuestros mejores elementos de oportunidad.
Si
no logramos generar condiciones en las que la alimentación no sea un tema que
nos angustie, si el joven tiene resuelto en su casa el tema de la alimentación
y la familia sabe, cuando se despierte, que tendrá acceso a ese mínimo satisfactor,
su rendimiento escolar será mejor.
Si
nos aseguramos que ese joven tenga acceso a medicinas, salud y doctor, ese
joven tendrá un mejor desempeño y mayor probabilidad de terminar su proceso
educativo. Si en México nos ocupamos de que la vivienda tenga características
dignas y de que le lleguen servicios, ese joven no va a tener que salir a
buscar leña o a ir a recoger agua a un pozo para poder resolver la situación de
servicios básicos en su vivienda.
Lo
que tenemos que hacer con los jóvenes, en consecuencia, es asegurarles que
vivan en un México en donde la vivienda sea digna y tengan acceso a servicios,
en donde tengan acceso a educación y puedan concluir sus diferentes grados, en
donde tengan acceso a salud, a medicina y a doctor, y en donde no se levanten
con la angustia de si tendrán capacidad de alimentarse.
Pregunta:
¿Qué papel debiera tener México en el mundo complejo que nos ha tocado vivir?
Secretario
José Antonio Meade Kuribreña: México es el país del mundo, probablemente, que
más pertenencias tiene y nuestro reto es convertir pertenencias en
oportunidades. Claramente por geografía y por integración somos
norteamericanos, y eso quiere decir que con Estados Unidos y con Canadá tenemos
la posibilidad de construir una mecánica de integración relevante.
Depende
en parte del Tratado, pero más allá del Tratado, con Norteamérica prácticamente
cualquier tema se beneficia de (inaudible) y podemos hablar, en consecuencia de
mercados energéticos regionales, podemos hablar de cómo combatir juntos el
cambio climático, seguridad y migración, mejora si tenemos un entorno de visión
norteamericano.
Pero
al mismo tiempo somos un país caribeño y eso nos da acceso al recurso turístico
probablemente más importante del mundo que es el del Mar Caribe.
Somos
también un país centroamericano, lo somos por cultura y por afinidad, desde el
maíz hasta el cacao encuentra origen, y compartimos, México y Centroamérica. En
Centroamérica viven 35 millones de personas, hay más centroamericanos que
canadienses y Centroamérica lleva creciendo a doble dígito la última década.
Si
nosotros logramos cambiar la matriz energética de nuestro sur-sureste e
integrar esa transformación a Centroamérica, Centroamérica y nuestro
sur-sureste ofrecen un polo de desarrollo importante.
Somos
también latinoamericanos. Si nos piden que nos definamos, los mexicanos
tendemos a definirnos como de Latinoamérica. La oportunidad que ofrece la
Alianza del Pacífico y la forma como hacia ella, o hacia esos principios,
migran hoy Brasil y Argentina hacen de Latinoamérica y de México en
Latinoamérica una gran oportunidad.
Somos
parte de la Cuenca del Asia-Pacífico y eso nos permite voltear a ver una de las
regiones más dinámicas del mundo.
Y
nuestras preferencias no se agotan en la geografía, tenemos también
pertenencias económicas. Somos uno de los países más importantes del G20, con
algunos tenemos relaciones muy desarrolladas, y con otros podemos apalancar esa
pertenencia y terminar de construir en oportunidades.
En
síntesis, México en el mundo tiene un lugar, tiene un papel y tiene posibilidad
de abrir un espacio de oportunidades casi inimaginable.
Pregunta:
¿Quién es el personaje de la historia mexicana con quien usted se siente más
identificado y por qué?
Secretario
José Antonio Meade Kuribreña: No me siento identificado pero reconozco a tres,
y los traigo a cuento por el tema que hoy nos convoca que es el fortalecimiento
de instituciones.
Yo
creo que hay tres mexicanos que hicieron mucho por construir consensos y a los
que hoy debemos las instituciones que tenemos: el primero sería Morelos, nos da
primera semblanza institucional y de derechos en la Constitución de Apatzingán.
En los Sentimientos de la Nación empieza a esbozar cómo debiera ser el México
que queremos.
El
segundo, sin duda, es Juárez. Y aquí es interesante, entre 1957 y 1917 México
sufrió múltiples invasiones, una revolución y profundas transformación. Y hoy
que nuestra Constitución cumple 100 años, encontramos que se alimenta en buena
medida, casi letra con letra, de la Constitución de 1957.
Algo
muy mexicano, en consecuencia, tenía la de 1957 que siguió siendo vigente en el
2017 y hoy sigue siendo fuente de muchas de nuestras instituciones.
Y
sin duda, hoy que celebramos 100 años de la Constitución, habría que reconocer
a Carranza. Carranza enfrenta un México en revolución, un México levantado en
armas porque consideraba que tierra, trabajo y educación no estaban generando
espacios de inclusión. No se veían reflejados en ese México muchos mexicanos, y
tuvo la sabiduría de convocar a una convención para canalizar esa
inconformidad, reflejarla en una constitución y darle así a nuestros anhelos un
principio constitucional y una forma de desarrollarlo a través de las
instituciones.
Yo
creo que son tres mexicanos que supieron consensar y que supieron reflejar ese
consenso en instituciones, muchas de las cuales hoy nos definen y nos permiten
ver el futuro con optimismo.
Pregunta:
Imagine que tiene poderes para hacer que se cumplan tres deseos respecto a
México, ¿cuáles serían los que usted pediría? Y por favor no incluya que sean
campeones los Pumas.
Secretario
José Antonio Meade Kuribreña: En eso se basa cualquier deseo, y sobre todo en
esta temporada, no hubo manera de que llegáramos ni a la Liguilla. O sea, nos
ganó el Cruz Azul.
Yo
te diría, me guardo dos y podríamos pedir solamente uno: con que en México
tuviéramos Estado de Derecho.
Y
pido solamente uno porque si tuviéramos Estado de Derecho, con eso compramos
inclusión y combate a la pobreza; con eso compramos seguridad; y con eso
compramos crecimiento. Si tuviéramos Estado de Derecho al final del día, de lo
que hemos hablado aquí, es de hacer efectivo el derecho que los mexicanos
tienen a educación, salud, alimentación, vivienda y servicios a la vivienda,
por lo que tener Estado de Derecho nos asegura tener un México incluyente.
Si
tuviéramos Estado de Derecho tendríamos un México seguro, un México en el que
nosotros y nuestros hijos pudieran salir a la calle y a la casa, sin
preocuparse de que una u otra fuera vulnerada. Y un Estado de Derecho nos
asegura una buena plataforma para el crecimiento.
Y
eso me permite, con los dos deseos, buscar que los Pumas sean campeones la
siguiente temporada.
Pregunta:
¿Cuál considera que es el principal logro que ha obtenido usted en su vida?
Secretario
José Antonio Meade Kuribreña: Mira, en términos de los tres deseos, usamos uno
para el Estado de Derecho, usamos uno para los Pumas y el que me sobraba lo
abono a esta pregunta para hablar de dos logros y no de uno.
El
primero, y más importante, yo creo es en el entorno familiar. El entorno
familiar en donde hemos podido construir una familia de la que hoy me siento
orgulloso y de la que siento, cuando veo a mis hijos, que le estamos legando un
México de más esperanza.
Y
logro en lo profesional, yo he tenido la fortuna, con cargo a la generosidad de
quienes me han tenido confianza y le agradezco de nuevo al presidente Peña Nieto,
me ha tocado cuidar el buen nombre de México y hacerlo en el mundo. Es una
oportunidad extraordinaria.
Me
ha tocado cuidar, ya en dos ocasiones, el buen crédito de México en el mundo;
me ha tocado desde Energía construir e imaginarme cómo queremos que México se
mueva hacia adelante; y me ha tocado acompañar a los mexicanos que hacen
esfuerzos diarios para que enfrenten un México de mayor inclusión.
Sin
duda, en lo profesional, no tengo nada de qué quejarme y sí, en cambio, mucho
que agradecer.
+++
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