• Cuando los datos se corrompen generan problemas
personales, o institucionales, que ocasionan no sólo pérdidas económicas, sino incluso
vidas.
• La alteración de la información
ocasiona errores, como por ejemplo, la
construcción de viviendas que no resistieron los pasados sismos y se
vinieron abajo
• Si a las computadoras ha funcionado,
seguramente también funcionara a la sociedad de este mundo digital, dijo
Ante
la pérdida de información valiosa o vital provocada por desastres naturales
(sismos, incendios o inundaciones) es necesario que las personas e
instituciones cuenten con sistemas digitales de “respaldo” que garantice su preservación
y su operación, a pesar de que los equipos o instalaciones donde es resguardada
colapsen.
Así
lo expresó el consultor en tecnologías de la información, ingeniero Luis Novoa
Romo, quien sostuvo que para garantizar su grado de la oportunidad y de
seguridad, así como medir la disponibilidad es necesario contar con los
siguientes parámetros:
A).- Determinar la posibilidad de acceder a la
información cuando se necesita;
B).-
La confidencialidad, que determina quién puede acceder a ella y;
C).-
Su integridad, la cual determina que los datos mantengan el mismo estado antes
y después de ser almacenados o transmitidos por algún medio; o que de ser necesario algún cambio, este se
realice de acuerdo a reglas muy específicas y previamente determinadas.
“Si
la información cambia de forma inesperada, entonces esta se ha corrompido, lo
cual es una situación muy grave”, aseguró el experto en materia de
ciberseguridad.
Para
el consultor en informática, cuando los datos se corrompen generan problemas en
el ámbito personal, como en el institucional —reportes financieros no veraces,
retrasos en la entrega de pedidos, o situaciones más desafortunadas— que
ocasionan no sólo pérdidas económicas, sino incluso vidas o la salud de
pacientes.
Cuando
la información no está blindada y ésta puede sufrir alteraciones se pueden
cometer errores como los ocurridos en la construcción de viviendas que no
resistieron los pasados sismos y se vinieron abajo o que un medicamento
suministrado a un paciente ocasione un resultado trágico.
Es
por ello –subrayó— resulta de vital importancia que la información no se
corrompa cuando es almacenada, transmitida o procesada.
“Esto
se puede garantizar con base en reglas, políticas, estándares, procedimientos y
protocolos adecuados, los cuales indican de manera clara y sin ambigüedades la
forma en que los datos deben ser suministrados, como serán tratados y el
resultado esperado”, apuntó.
Dijo
que el gobierno debe de aprender de los errores en el pasado y evitar que
información vital para la ciudad y sus habitantes pueda perderse por
cataclismos como los sufridos en días pasados.
Está
claro que esta estructura de gobierno no apareció de la noche a la mañana, se
debieron haber realizado pruebas, experimentos, para documentar lo que sí ha funcionado
y eliminar procedimientos que no garantizan la seguridad de la información.
Novoa
Romo, especialista con grado de maestría, apuntó que es necesario que la
autoridad haga valer su peso y no sea omisa, que aplique las reglas cuando es
necesario y que también las respete, y por el otro lado, una comunidad que siga
la reglas, que no las viole solo por considerar que las reglas están mal; por
el contrario, cuando existe un error la comunidad debe buscar la manera de
enmendarlo desde el origen, para que todos resulten beneficiados.
En
resumen, sintetizó, la corrupción no solo se da cuando existen factores que
favorecen solo a algunos del resto, también se presenta cuando no se aprende de
lecciones pasadas para evitar esta corrupción, cuando las reglas no son claras
y permiten desviaciones, cuando la autoridad no asume su responsabilidad y
cuando la comunidad ignora las reglas.
“Si
a las computadoras les ha funcionado, seguramente también funcionara a la
sociedad de este mundo digital”, concluyó.
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