Marcelo Carvalho
Economista en Jefe de BNP Paribas/ América
Latina
Luis Eduardo Peixoto
Economista de BNP Paribas/ América Lat
La alharaca en las recientes negociaciones
alimenta el riesgo percibido del colapso del TLCAN.
Nuestra proyección base sigue siendo que el
TLCAN se modernizará, pero no se terminará.
En cuanto a la respuesta política, se
vislumbra un aumento de nivel alto en tasas para el corto plazo.
La cuarta ronda de negociaciones del Tratado
de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre México, Canadá y Estados
Unidos, concluyó con un marcado aumento de las tensiones.
El lenguaje se ha vuelto más beligerante, la
retórica más polémica, al menos en las declaraciones públicas, y, en
consecuencia, las probabilidades de un desenlace decepcionante parecen ir en
aumento. No obstante, nuestra proyección como grupo sigue siendo que las
cabezas más frías finalmente prevalecerán, y que el TLCAN terminará siendo
modernizado, en lugar de eliminado.
Después de todo, la postura y la política
arriesgada son tácticas de negociación muy comunes. Todavía creemos que una
solución ganar-ganar-ganar es posible y deseable. Si prevalece el interés
propio nacional, creemos firmemente que el TLCAN sobrevivirá.
En cierto sentido es comprensible que las
negociaciones recientes se hayan vuelto más complicadas ya que las discusiones
han comenzado a abordar los asuntos más espinosos (ver Tabla 1).
Estados Unidos ha presionado para una serie
de propuestas, sobre las cuales tanto México como Canadá tienen fuertes
reservas. Estos incluyen la cláusula 'sunset', que agregaría incertidumbre a
las empresas que planifican operaciones transfronterizas; cambios en las reglas
de origen podrían menoscabar la eficiencia de las cadenas de suministro
regionales, y jugar con los procedimientos de solución de controversias lo cual
podría dar lugar a resoluciones potencialmente más proteccionistas. Además, las
discusiones sobre legislación laboral aún deben comenzar.
¿Que sigue? La quinta ronda de discusiones
está programada del 17 al 21 de noviembre próximo, y se espera que las rondas
previas tengan lugar en 2018.
Si bien los negociadores inicialmente tenían
como objetivo finalizar las conversaciones para fines de este año, ahora está
claro que se extenderán hasta el próximo año. Si no se llega a un acuerdo para
el final del primer trimestre de 2018, creemos que las negociaciones
probablemente se pospongan hasta después de las elecciones presidenciales de
México programadas para julio de 2018.
¿Qué pasa si el TLCAN falla? Si el presidente
de los Estados Unidos anunciara unilateralmente su decisión de retirarse del pacto,
el Congreso americano tendría que dar su última palabra de acuerdo con expertos
legales. Además, la incertidumbre legal podría surgir si el asunto va a la
Corte Suprema.
Si el TLCAN efectivamente termina ¿cómo
respondería México? Las autoridades mexicanas tendrían que contemplar acciones
políticas en al menos tres áreas: comercio, inversión e integración.
El comercio volvería a las reglas más amplias
de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y se aplicarían las normas
estándar de cada país. En cuanto a la inversión, las autoridades probablemente
necesitarían buscar una forma de revisar las leyes locales para aumentar la
protección de los inversionistas. Y en cuanto a la integración, México
probablemente buscaría diversificar sus relaciones internacionales.
En cuanto al banco central, el Banco de
México probablemente contemplarían posibles respuestas monetarias y de política
monetaria.
En cuanto a la transacción del peso en el
mercado Forex, creemos que el gobierno primero evaluaría si las presiones sobre
el peso son permanentes o temporales, absorbiendo a la primera pero suavizando
la última. Las autoridades podrían preferir evitar intervenir directamente en
el mercado spot de divisas mediante la venta de dólares, ya que el baúl de
guerra de reservas no está particularmente lleno.
Sin embargo, bien podrían tratar de
intervenir con derivados que se liquiden en la moneda local como una línea de
defensa. En términos de política monetaria, creemos que hay una alta
posibilidad de alza de tasas. En nuestra opinión, un alza solo vendría si la
moneda se debilitara lo suficiente y durante el tiempo suficiente como para que
comience a anular las expectativas de inflación a más largo plazo.
Después de todo, desde el año pasado el banco
central de México ha aumentado las tasas de manera significativa, y una curva
anual relativamente plana sugeriría que no se requiere un ajuste mucho mayor.
No sería una situación fácil para el banco central, ya que el debilitamiento de
la moneda relacionado con el NAFTA crea una difícil solución de compromiso.
Lo anterior podría ser visto como un shock de
oferta que simultáneamente empuje la inflación hacia arriba y el crecimiento
hacia abajo. Creemos que el banco central probablemente primero buscaría
estabilizar los mercados y luego abordar el golpe para el crecimiento. Una
solución de compromiso podría ser ampliar el horizonte temporal según el cual
el banco central esperaría que la inflación retrocediera hasta el objetivo.
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