martes, 24 de octubre de 2017

México: mucho ruido sobre el TLCAN


Marcelo Carvalho
Economista en Jefe de BNP Paribas/ América Latina

Luis Eduardo Peixoto
Economista de BNP Paribas/ América Lat

La alharaca en las recientes negociaciones alimenta el riesgo percibido del colapso del TLCAN.

Nuestra proyección base sigue siendo que el TLCAN se modernizará, pero no se terminará.

En cuanto a la respuesta política, se vislumbra un aumento de nivel alto en tasas para el corto plazo.

La cuarta ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre México, Canadá y Estados Unidos, concluyó con un marcado aumento de las tensiones.

El lenguaje se ha vuelto más beligerante, la retórica más polémica, al menos en las declaraciones públicas, y, en consecuencia, las probabilidades de un desenlace decepcionante parecen ir en aumento. No obstante, nuestra proyección como grupo sigue siendo que las cabezas más frías finalmente prevalecerán, y que el TLCAN terminará siendo modernizado, en lugar de eliminado.

Después de todo, la postura y la política arriesgada son tácticas de negociación muy comunes. Todavía creemos que una solución ganar-ganar-ganar es posible y deseable. Si prevalece el interés propio nacional, creemos firmemente que el TLCAN sobrevivirá.

En cierto sentido es comprensible que las negociaciones recientes se hayan vuelto más complicadas ya que las discusiones han comenzado a abordar los asuntos más espinosos (ver Tabla 1). 
Estados Unidos ha presionado para una serie de propuestas, sobre las cuales tanto México como Canadá tienen fuertes reservas. Estos incluyen la cláusula 'sunset', que agregaría incertidumbre a las empresas que planifican operaciones transfronterizas; cambios en las reglas de origen podrían menoscabar la eficiencia de las cadenas de suministro regionales, y jugar con los procedimientos de solución de controversias lo cual podría dar lugar a resoluciones potencialmente más proteccionistas. Además, las discusiones sobre legislación laboral aún deben comenzar.

¿Que sigue? La quinta ronda de discusiones está programada del 17 al 21 de noviembre próximo, y se espera que las rondas previas tengan lugar en 2018.

Si bien los negociadores inicialmente tenían como objetivo finalizar las conversaciones para fines de este año, ahora está claro que se extenderán hasta el próximo año. Si no se llega a un acuerdo para el final del primer trimestre de 2018, creemos que las negociaciones probablemente se pospongan hasta después de las elecciones presidenciales de México programadas para julio de 2018.

¿Qué pasa si el TLCAN falla? Si el presidente de los Estados Unidos anunciara unilateralmente su decisión de retirarse del pacto, el Congreso americano tendría que dar su última palabra de acuerdo con expertos legales. Además, la incertidumbre legal podría surgir si el asunto va a la Corte Suprema.

Si el TLCAN efectivamente termina ¿cómo respondería México? Las autoridades mexicanas tendrían que contemplar acciones políticas en al menos tres áreas: comercio, inversión e integración.

El comercio volvería a las reglas más amplias de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y se aplicarían las normas estándar de cada país. En cuanto a la inversión, las autoridades probablemente necesitarían buscar una forma de revisar las leyes locales para aumentar la protección de los inversionistas. Y en cuanto a la integración, México probablemente buscaría diversificar sus relaciones internacionales.

En cuanto al banco central, el Banco de México probablemente contemplarían posibles respuestas monetarias y de política monetaria.

En cuanto a la transacción del peso en el mercado Forex, creemos que el gobierno primero evaluaría si las presiones sobre el peso son permanentes o temporales, absorbiendo a la primera pero suavizando la última. Las autoridades podrían preferir evitar intervenir directamente en el mercado spot de divisas mediante la venta de dólares, ya que el baúl de guerra de reservas no está particularmente lleno.

Sin embargo, bien podrían tratar de intervenir con derivados que se liquiden en la moneda local como una línea de defensa. En términos de política monetaria, creemos que hay una alta posibilidad de alza de tasas. En nuestra opinión, un alza solo vendría si la moneda se debilitara lo suficiente y durante el tiempo suficiente como para que comience a anular las expectativas de inflación a más largo plazo.

Después de todo, desde el año pasado el banco central de México ha aumentado las tasas de manera significativa, y una curva anual relativamente plana sugeriría que no se requiere un ajuste mucho mayor. No sería una situación fácil para el banco central, ya que el debilitamiento de la moneda relacionado con el NAFTA crea una difícil solución de compromiso.

Lo anterior podría ser visto como un shock de oferta que simultáneamente empuje la inflación hacia arriba y el crecimiento hacia abajo. Creemos que el banco central probablemente primero buscaría estabilizar los mercados y luego abordar el golpe para el crecimiento. Una solución de compromiso podría ser ampliar el horizonte temporal según el cual el banco central esperaría que la inflación retrocediera hasta el objetivo.

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