• La mexicanísima celebración del Día
de Muertos se acerca y Chantilly te invita a descubrir cómo está ligada con la
gastronomía
• Disfruta con chicos y grandes esta fiesta
que comparte temporada con el Halloween y el encanto de los niños por un rico
postre
Octubre
2017.- Despedirse de quienes amamos no es fácil; sin embargo, nuestra cultura
mexicana hace un especial tributo a quienes se nos “adelantan en el camino” y
vienen en los primeros días de noviembre a visitarnos para deleitarse con los
que eran sus mayores placeres.
Al
1 de noviembre se le conoce como el Día de Todos los Santos y se dice que
quienes dejaron este mundo siendo niños, vuelven para esa fecha. Al día
siguiente, el 2 de noviembre, es la fiesta de los Fieles Difuntos o
popularmente conocida como el Día de Muertos, donde guiados por la luz de las
veladoras; así como por el aroma y color de la flor de cempasúchil, llegan los
adultos fallecidos.
Para
esta festividad, los hogares mexicanos se visten de mucho color entre el papel
picado con figuras alusivas a las calaveras, bailes, alimentos y sobre todo al
pan de muerto, el apetitoso postre que se monta al centro de un altar, en el
que se colocan fotografías, objetos y los platillos que más le gustaban a ese
ser querido que se fue.
Aunque
hay muchas referencias históricas respecto al pan de muerto, en el libro
“Azucarados Afanes, Dulces y panes”, de José Luis Curiel Monteagudo, se explica
que "comer muertos es para el mexicano un verdadero placer, se considera
la antropofagia de pan y azúcar. El fenómeno se asimila con respeto e ironía,
se desafía a la muerte, se burlan de ella comiéndola”.
El
Instituto Nacional de Antropología e Historia, por su parte, asegura que el pan
de muerto no tiene raíces totalmente prehispánicas, sino europeas, esto como
una adaptación a una figura gigante de Huitzilopochtl, dios principal de
cultura Azteca, que se hacía de amaranto y
cuyo corazón estaba hecho de pan. Durante el ritual a este Dios, su
corazón era retirado de manera simbólica para después ser repartido entre el
pueblo.
Con
el tiempo, nosotros hemos adaptado como “oficial” una receta compuesta de
mantequilla, azahar y azúcar, ingredientes clave de un pan con forma circular,
que representa el ciclo de la vida y la muerte. Al centro, resalta una esfera
que será la representación de un cráneo, el cual está rodeado de 4 tiras que
hacen las veces de huesos y que representan los cuatro puntos cardinales y los
cuatro rumbos del universo, entre los que se incluye Tezcatlipoca, señor del
cielo y de la tierra; Tláloc, dios de la lluvia; Quetzalcóatl, dios del viento,
y Xipetotec, dios del renacimiento.
Apenas
se acerca noviembre y el olfato invita a dar grandes bocanadas entre el
aromático azahar que inunda las panaderías. Nadie se resiste al encanto de un
pan de muerto, y más si éste viene relleno de Chanty Wip, una media crema
azucarada que con sólo agitar el bote y apretar el botón saldrá para hacer el
deleite de ese pan de dulce.
Aunque
existen los “puristas” de las tradiciones mexicanas, no hay que perder de vista
que en el país vecino esta temporada también tiene su propia celebración,
conocida como Día de Brujas o Halloween, la cual también tiene una relación con
el lado dulce de la vida, porque son precisamente estos bocadillos azucarados
los que piden los niños de casa en casa con su disfraz y mucha emoción.
Si
bien son días para guardar respeto y recordar con mucho cariño a quienes no
están, también son fechas para recordar que quienes seguimos vivos podemos
celebrarlo, y qué mejor es en la mesa, con un delicioso postre, todo un placer.
Además
de rellenar tu pan de muerto con Chanty Wip, Chantilly te invita a sorprender a
los pequeños con bombones coloreados con plumones comestibles, que te
permitirán hacer figuras de calaverita con copetes de media crema azucarada.
Para
el Halloween, vendrá bien una malteada fantasmagórica, hecha con leche fría y
chocolate blanco, una decoración de crema batida Chantilly y ojos con chispas
de chocolate. Si hay más tiempo para
disfrutar con los peques en la cocina, entonces sobre un cupcake recién
horneado jueguen con las famosas galletas de chocolate para hacer unos lindos
murciélagos. Como dicen: “las penas, con pan son menos”.
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