Preámbulo
Este
fin de semana celebramos el Día
del Niño,
pero ¿Cómo
poder garantizar que sean felices y crezcan plenamente si hoy son
ignorados por algunas autoridades y su salud sigue dejándose de
lado?
La
Organización
Mundial de la Salud (OMS) recomendó desde el 22 de enero de este año
administrar a menores entre 5 y 11 años la vacuna
contra
el COVID-19 de Pfizer-BioNTech; la única advertencia que realizó
fue que la dosis a aplicar fuera de 10 microgramos en lugar de los 30
que se inocula a los mayores de 12 años.
México
una vez más ha llegado tarde y de forma incompleta a la cita, fue
apenas el jueves 28 de abril cuando se abrió el registro para
vacunar a mayores de 12 años, esto es meses después de la grave ola
provocada por la variante Ómicron.
¿Por
qué se ignora a los niños?
En
dónde
estamos
Según
un comunicado firmado por más de una decena de organizaciones,
encabezadas por la Red por los Derechos de la Infancia en México
(Redim), hasta el 30 de enero pasado, las autoridades de salud han
reportado 295 mil 233 contagios, 12 mil 977 hospitalizaciones, 971
intubaciones y mil 88 defunciones en el rango de edad de 0 a 17 años
debido al Covid-19. Sin duda, un muy doloroso saldo.
Ciertamente
con el Plan Nacional de Vacunación, 85.7 millones de personas ya
cuentan con al menos una dosis, pero aún existe un porcentaje
considerable de la población que no tiene el esquema completo.
Únicamente el 61% de la población cuenta con la protección
completa de vacunación.
Lamentablemente
se ha retrasado en otros grupos de edad que la requerían. No se ha
incluido a la población
de 5 a 12 años
y el registro para inmunizar a los menores de edad entre 12 y 18 años
apenas se abrió,
mientras que en la mayoría de los países de América Latina y
Europa ya se contempla este segmento.
El
difícil camino que han tenido que recorrer los niños
mexicanos
En
nuestro país,
únicamente
se ha aplicado la vacuna Pfizer-BioNTech en adolescentes de 15 a 17
años, y en menores de 12 a 15 años que tengan factores de riesgo.
El resto de la población infantil ha tenido que viajar a otro país
o recurrir a los amparos para que se les garantice el derecho a la
protección de la salud pese a que la vacuna ya se encuentra
autorizada por la COFEPRIS tanto para la población infantil como
para los adolescentes.
En
Estados Unidos, Canadá,
Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Panamá,
Paraguay, Perú,
República
Dominicana y Uruguay empezaron a vacunar a niños a partir de los 12
años desde hace tiempo. Alemania, España, Portugal, Dinamarca y
Francia ya han vacunado a la mayoría de su población de esa edad
con al menos una dosis. Argentina, Cuba y Chile vacunan desde los 3
años de edad.
Es
hora de voltear a ver a las niñas y niños
Desafortunadamente
la falta de atención a este sector no es un hecho aislado, en
centros de salud es imposible encontrar vacunas contra tétanos,
sarampión-rubéola
y hepatitis B, o BCG (contra la tuberculosis) que se aplica a los
recién
nacidos.
Se
ha hecho patente la escasez de vacunas no solo antiCovid-19, la
cobertura de vacunación del cuadro básico muestra una tendencia
descendente desde el año 2018, lo que ha tenido un impacto negativo
entre la población infantil; esto representa un retroceso en la
progresividad de sus derechos.
Las
enormes dificultades que enfrentan los pacientes para conseguir los
medicamentos que requieren para sus tratamientos han sido ampliamente
documentadas por diversas instituciones. El Colectivo “Cero
Desabasto” reportó
en su “Radiografía
del Desabasto”
que entre el año 2019 y el 2021 no se surtieron de forma efectiva
poco más de 49 millones de recetas en las principales instituciones
de seguridad social que se traduce en un promedio trianual de 16.3
millones de recetas; eso representa un incremento muy significativo
comparado contra los datos del 2017 y 2018, en donde no se surtieron
3.5 y 2.9 millones de recetas respectivamente.
De
manera particular, hay una escasez de al menos 39 medicamentos para
tratar el cáncer infantil, un rezago en el suministro que se observa
principalmente en el sureste de México.
Esto
es muy preocupante. En nuestro país el cáncer infantil es un
problema de salud pública; constituye la segunda causa de muerte y
la primera por enfermedad en niños
de 5 a 14 años
de edad; se estima que cada año se produce el fallecimiento de más
de 2 mil niños,
de acuerdo con cifras del Centro Nacional para la Salud de la
Infancia y Adolescencia (Censia).
El
colectivo Movimiento Nacional por la Salud Papás de Niños con
Cáncer ha señalado que actualmente 20 hospitales a nivel federal y
15 centros de salud estatales registran entre un 70 y un 90 por
ciento de desabasto de medicamentos de quimioterapia. Este desabasto
ha perjudicado a los más de 19,000 pacientes infantiles que se
atienden en hospitales públicos.
El
desabasto se da en un contexto de nuevas reglas de compras y
distribución de medicamentos, a la par de transformar el Seguro
Popular en el INSABI, y ahora no queda claro qué ocurrirá al migrar
el INSABI al IMSS-Bienestar. Por la falta de una elemental estrategia
para reemplazar a tiempo el suministro de fármacos y la añadida
escasez de materias primas a nivel mundial, el resultado ha sido un
catastrófico
desabasto.
Nuestro
llamado
En
Coparmex queremos que los niños estén al centro de la toma de
decisiones tanto en materia de salud como educativa. El Gobierno
federal y los de las entidades federativas deben garantizar vacunas y
medicamentos para toda la población infantil, no deben escatimar
recursos para salvar vidas,
tienen
la obligación de observar el principio constitucional del interés
superior de la niñez y los derechos reconocidos para las niñas,
niños y adolescentes mexicanos.
Ellos
tienen derecho a la protección de su salud y no se les puede privar
de los medicamentos que requieren. Ellos no pueden esperar.
Es
hora de transformar la falta de atención, en atención efectiva y de
calidad. Es hora de recuperar experiencias positivas del pasado como
era la planeación en las licitaciones y adquisiciones realizadas por
las instituciones de salud, centralizar esas compras ha resultado
catastrófico. Se debe trabajar para eliminar cualquier rasgo de
corrupción que pudiera existir, pero esa no es justificación para
desmantelar al sistema de salud en perjuicio de la población. Es
hora de recuperar políticas
públicas
exitosas a favor de los niños y sus familias como era el
desaparecido programa de guarderías, el programa de Salud Siglo XXI,
el programa de escuelas de tiempo completo, la alfabetización
digital, y la no ideologización de la educación.
Debemos
dar pasos decididos hacia adelante en la progresividad de sus
derechos.
Hacemos
un llamado para que el Gobierno Federal cumpla con su obligación de
proteger la salud de las niñas, niños y adolescentes.
Solo
con salud y educación de calidad serán
felices, sólo
así
tendrán
un futuro próspero,
sólo
así
el
México
del futuro será
mejor.