En
marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer y se ha puesto
sobre la mesa la reflexión sobre la afectación en la salud emocional
derivada de la pandemia de la COVID-19.
Algunas
de las opciones para regular los efectos del estrés y la ansiedad están
en la alimentación, la búsqueda de momentos de meditación y de sueño.
Incluir en nuestra ingesta diaria colágeno hidrolizado es mucho más que
un asunto estético, puede ayudarnos a fortalecer nuestro estado físico y
emocional.
Si
bien la pandemia nos dio un giro brutal en nuestras vidas, para las
mujeres ha resultado, en muchos casos, sinónimo de mayor estrés y, en
algunos otros, de afectaciones en la salud mental como cuadros de
depresión y/o ansiedad.
En
México muchas mujeres tuvieron que dejar sus trabajos, otras se
quedaron sin ellos, muchas más han buscado la manera de tener ingresos
alternativos a los de sus parejas para sostener gastos de manutención.
Aunado a esto, las dinámicas escolares que se trasladaron a los hogares y
que modificaron completamente las condiciones de cada casa.
La
intención de este artículo no es en ningún sentido el de complicar más o
generar mayor estrés del que ya se vive, si no, al contrario, tratar de
ser un pequeño oasis en cual las mujeres, y por qué no, sus compañeros,
puedan encontrar maneras prácticas de manejar estos momentos.
Recordemos que hay una relación directa entre el estrés y la enfermedad. Que
el estrés continuado, la desregulación de ciertas sustancias del cuerpo
que están encargadas de las emociones y reacciones al ambiente cuando
se presenta el estrés es lo que puede provocar diversos padecimientos
físicos. Ahora bien, para poder reducir los niveles de estrés crónico lo
que necesitamos es: ¡hacerle saber a nuestra mente que todo está bien!
¿Pero, cómo?
- Dale espacio a tu mente
Una
de las grandes recomendaciones es, como dicen algunos expertos, darle
espacio a tu mente entre tus pensamientos y tus sensaciones. Parece muy
complicado, pero no lo es tanto. Existen una gran cantidad de
herramientas que hoy se engloban en algo que seguro has escuchado:
conciencia plena o mindfulness; no se trata de ninguna religión,
sólo es una forma de darle a tu mente espacio suficiente para que se
relaje y, además, entrenarla para que no parezca “un changuito saltarín
que no te deja concentrarte”.
Una
de las maneras sencillas de hacer esto es generando momentos en los que
te detengas, respires, seas consciente de cómo entra y cómo sale el
aire de tu cuerpo (no tienes que hacer respiraciones profundas, sólo
darte cuenta de que estás respirando y cómo lo haces). Inténtalo. Pon
alarmas cada cierto tiempo y cuando suene, no importa qué estés
haciendo, para, date cuenta de que estás respirando y sólo eso. Parece
simple y verás que cada vez te resulta más sencillo hacerlo.
Date
la posibilidad de estar presente, atenta a lo que está pasando contigo y
a tu alrededor sin juzgarlo. En YouTube puedes encontrar guías para
esto, hay sitios especializados con cursos como los que dan en
YogaEspacio. También hay App’s, por ejemplo, una que se llama Headspace, la cual incluso tiene una serie en Netflix.
- Dale movimiento a tu cuerpo y también momentos de descanso
La
tensión muscular provocada por el estrés se reduce con momentos de
actividad física. Quizá sientas que no tienes tiempo para hacer largas
rutinas de fitness, pero a veces lo único que necesita tu cuerpo
es que lo estires un poco. Está comprobado que el trauma y los efectos
de la ansiedad pueden reducirse considerablemente si haces
estiramientos. Hazlo suave y de manera amorosa contigo.
Puedes
intentar bailar 10 minutos al día, despéinate, muévete e incluye a tus
seres queridos en esta actividad. Quizá puedan encontrar una nueva forma
de relacionarse. Aprovecha las muchas oportunidades que hay hoy por
internet que son gratuitas o con costos muy reducidos para tomar alguna
clase de algo que te guste.
El
ejercicio produce endorfinas, la hormona de la felicidad, y hoy más que
nunca es importante que busques tu felicidad. Además de que el
ejercicio físico también reduce los niveles de cortisol, que es una de
las hormonas que se secretan cuando nuestro cerebro se siente amenazado.
Existen estudios en los que se ha detectado que la depresión y la
ansiedad sí puede controlarse haciendo ejercicio. Obviamente es
importante que, si detectas síntomas de estos dos trastornos busques el
apoyo de un especialista, no es algo que deba darte vergüenza.
- Dale una buena alimentación a tu cuerpo y a tu mente
La
clave para estar saludable está en una buena alimentación. Según
especialistas en el tratamiento de ansiedad refieren que lo que comemos,
si bien, no quitan o generan ansiedad, sí pueden ser un factor
importante para ayudar a que nuestra mente y nuestro cuerpo estén en un
mayor bienestar. Además de que recomiendan estar atentos a cómo comemos,
esto es, ser conscientes de lo que ingerimos; por ejemplo, darnos
tiempo para desayunar, comer y cenar. Aprovechar esos momentos para
poner atención en la velocidad con la que se come y en las cantidades.
Parece muy sencillo, pero, ¿realmente te das tiempo para sentarte a
desayunar por las mañanas? ¿Te has dado cuenta de que te sientes
inflamada pero no te has dado cuenta de que comes muy rápido o que estás
dejando pasar demasiadas horas de ayuno?
Asimismo,
hay nutracéuticos que pueden apoyarte para que el estrés no te lleve al
desgaste celular, por ende, a un envejecimiento de tus órganos internos
o a complicaciones como gastritis, colitis, estreñimiento, ocasionados
por todo lo que ya hemos comentado. Muchas personas creen todavía que la
ingesta de colágeno hidrolizado únicamente ayuda para “que no se noten
las arrugas”, que el pelo esté brillante o les crezcan más lindas las
uñas; y todo esto es verdad, pero hay muchos beneficios internos que
pueden resultar de ayudar a tu alimentación al integrar colágeno de alta
calidad, como el de Duché, que tiene todas las certificaciones de
inocuidad y que, además, ofrece formulaciones con otros coadyuvantes
naturales para que puedas tener una vida más saludable. Por ejemplo,
colágeno con valeriana para dormir mejor, colágeno con ginseng para
tener mayor energía en tu día, colágeno con linaza para ayudarte con el
estreñimiento; o el colágeno puro de pescado, entre otros muchos.
Por
supuesto que la ingesta de estos productos no sustituye los nutrientes
de una buena alimentación y tampoco son una terapia alternativa a
tratamientos contra la ansiedad o el estrés, simplemente se convierten
en opciones de las que puedes echar mano, incluso para fortalecer tu
sistema inmune.
Así
que la próxima vez que estés a punto de tirar la toalla y sentir que el
mundo se te viene encima, respira y recuerda que hay muchas mujeres que
estamos buscando ser felices, sonríe entonces y comienza a decidir por
una vida sin tanto estrés.
¡Inténtalo, verás que no es tan difícil!