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Casi
tres cuartas partes de
las naciones cuentan con al menos un plan de adaptación, pero la
financiación y la implementación están muy por debajo de lo que se
necesita.
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Los
costos anuales de la adaptación en los países en desarrollo se estiman
en US$ 70.000 millones y se espera que esta cifra alcance US$
140.000-300.000 millones en 2030.
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Las soluciones basadas en la naturaleza son fundamentales y deben recibir más atención.
Nairobi, 14 de enero de 2021 -
A
medida que aumentan las temperaturas y se intensifican los efectos del
cambio climático, las naciones deben tomar medidas urgentes
para adaptarse a la nueva realidad climática, de lo contrario,
enfrentarán costos, daños y pérdidas graves, según un nuevo informe del
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
La
adaptación, es decir, reducir la vulnerabilidad de los países y
comunidades al aumentar su capacidad para absorber los efectos del
cambio
climático, es un pilar clave del Acuerdo de París. Bajo este tratado,
los signatarios deben implementar medidas de adaptación a través de
planes nacionales, sistemas de información climática, alertas tempranas,
acciones de protección e inversiones en un futuro
verde.
El
Informe sobre la Brecha de Adaptación 2020 del PNUMA encontró que,
si bien las naciones han avanzado en la planificación, hacen falta
mayores esfuerzos para aumentar el financiamiento en los países en
desarrollo y acelerar la implementación de proyectos
con el fin de que realmente puedan brindar protección contra sequías,
inundaciones, el aumento del nivel del mar u otros efectos del cambio
climático.
De
acuerdo con el reporte, las soluciones basadas en la naturaleza deben
convertirse en una prioridad: se trata de acciones adecuadas a los
contextos locales que tomen en consideración desafíos sociales como el
cambio climático, y brinden bienestar humano y beneficios para la
biodiversidad al proteger, gestionar de manera sostenible y restaurar
ecosistemas naturales o modificados.
“La
dura verdad es que el cambio climático ya está aquí. Sus efectos se
intensificarán y afectarán con más fuerza a los países y comunidades
vulnerables, incluso si alcanzamos el objetivo del Acuerdo de París de
mantener el calentamiento global muy por debajo de 2°C este siglo e
intentamos alcanzar la meta de 1,5°C”, dijo Inger Andersen, directora
ejecutiva del PNUMA.
“Como
ha dicho el secretario general de la ONU, António Guterres, necesitamos
un compromiso global de destinar la mitad de toda la financiación
climática mundial a la adaptación el próximo año.
Esto permitirá un gran impulso en favor de la adaptación, desde
sistemas de alerta temprana y una mayor resiliencia de los recursos
hídricos, hasta soluciones basadas en la naturaleza”, añadió la
directora ejecutiva del PNUMA.
La planificación está creciendo, pero la financiación y el seguimiento están rezagados
El
hallazgo más alentador del informe es que 72% de los países han adoptado
al menos un instrumento de planificación para la adaptación a nivel
nacional y la mayor parte de los países en desarrollo
están preparando planes nacionales de adaptación. Sin embargo, la
financiación necesaria para implementar estos planes no está creciendo
lo suficientemente rápido
El
apoyo financiero a la adaptación en efecto está creciendo, pero sigue
siendo superado por los costos de la adaptación, que van en rápido
aumento. Los costos anuales de adaptación en los países
en desarrollo se estiman en US$ 70.000 millones y se espera que esta
cifra alcance US$ 140.000-300.000 millones en 2030 y US$ 280.000-500.000
millones en 2050.
Hay
algunos avances alentadores. El Fondo Verde para el Clima ha destinado
40% de su cartera total a la adaptación y está concentrando una
creciente inversión del sector
privado.
Otro avance importante es el creciente impulso para garantizar un
sistema financiero sostenible. Nuevas herramientas, como los criterios
de inversión en sostenibilidad, los principios
de divulgación relacionados con el clima y la evaluación de riesgos
relacionados con el clima en las decisiones de inversión pueden
estimular las inversiones en resiliencia.
También
está creciendo la implementación de acciones de adaptación. Desde 2006,
cerca de 400 proyectos de adaptación financiados por fondos
multilaterales al servicio del Acuerdo de París se han
llevado a cabo en países en desarrollo. Si bien los proyectos
anteriores rara vez superaron los US$ 10 millones, desde 2017 ha habido
21 nuevos proyectos que alcanzaron un valor de más de US$ 25 millones.
De las más de 1.700 iniciativas de adaptación analizadas,
solo 3% ha informado de reducciones reales de los riesgos climáticos
que afrontan las comunidades donde se están ejecutando los proyectos.
Las soluciones basadas en la naturaleza pueden hacer una gran contribución
El
informe se centra en especial en las soluciones basadas en la naturaleza
como opciones de bajo costo que reducen los riesgos climáticos,
restauran y protegen la biodiversidad y aportan beneficios
a las comunidades y las economías.
Un análisis de cuatro importantes fondos para el clima y el desarrollo
—el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, el Fondo Verde para el Clima, el Fondo de Adaptación y la Iniciativa
Internacional sobre el Clima—
concluyó
que en las últimas dos décadas ha aumentado el apoyo a iniciativas con
algún elemento de soluciones basadas en la naturaleza.
La
inversión acumulada para proyectos de mitigación y adaptación al cambio
climático a través de los cuatro fondos ascendió a US$ 94.000 millones,
pero solo fueron destinados a soluciones basadas
en la naturaleza US$ 12.000 millones, una pequeña fracción del
financiamiento total para la adaptación y la conservación.
Intensificar la acción
Según
el informe, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero
mitigará los efectos y costos asociados
con el cambio climático. Alcanzar el objetivo de 2°C del Acuerdo de
París podría limitar las pérdidas en el crecimiento global anual hasta
1,6%, en comparación con las pérdidas de 2,2% que se enfrentarían si se
continúa con la trayectoria actual de 3°C.
Todas las naciones deben comprometerse con los esfuerzos descritos en el Informe sobre la Brecha de Emisiones
2020 del PNUMA, que hizo un llamado a una recuperación sostenible de la pandemia y a actualizar las
Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) con
nuevos compromisos de
lograr cero emisiones netas.
Sin embargo, el mundo también debe planificar, financiar e implementar
la adaptación al cambio climático para apoyar a las naciones menos
responsables del cambio climático, que son también las que corren mayor
riesgo.
Si bien se espera que la pandemia de COVID-19 afecte la capacidad de los países para adaptarse al cambio climático,
invertir en la adaptación es una decisión económica redituable, de acuerdo con el informe.