- Más de 60 por ciento del maíz en México es producido por los
campesinos de pequeña y mediana escala, los primeros con predios de
hasta cinco hectáreas de tierras de temporal, aseguró el titular de
Agricultura al participar en la conferencia de prensa de
Programas de Bienestar.
- Precisó que, en total, hay un millón 900 mil productores de maíz de
pequeña y mediana escala, y de ellos alrededor del 80 por ciento, o
sea, un millón 600 mil, son apoyados por el programa Producción para el
Bienestar.
- Producción para el Bienestar cumple al 100% sus metas en número de
productores; casi 80% de los beneficiarios del programa cultivan maíz y
de ellos el 15 por ciento lo hacen en sistema milpa.
- En ponencia especial, el coordinador
nacional de la Conabio, José Sarukhán Kermez, habló de la diversidad de
maíces en el territorio nacional, que se mantienen vivos y que son una
riqueza disponible en cualquier momento para
México y el mundo.
La política pública de la Cuarta Transformación comienza a dar
frutos, y este año la producción de los principales granos, maíz, trigo,
frijol y arroz, se incrementará en ocho por ciento respecto de 2019 y
llegará casi a los 34 millones de toneladas, señaló
el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos
Arámbula.
En particular, la producción de maíz crecerá en siete por ciento para
alcanzar alrededor de 29 millones de toneladas, con una temporada de
lluvia generosa, aseguró el titular de Agricultura al participar en la
conferencia de prensa sobre los avances del
programa prioritario Producción para el Bienestar.
Afirmó que más de 60 por ciento del maíz en México es producido por
los campesinos de pequeña y mediana escala, los primeros con predios de
hasta cinco hectáreas de tierras dependientes del temporal y los
segundos con hasta 20 hectáreas de temporal o cinco
de riego.
Precisó que, en total, hay un millón 900 mil productores de maíz de
pequeña y mediana escala, y de ellos alrededor del 80 por ciento, o sea,
un millón 600 mil, son apoyados por el programa Producción para el
Bienestar.
En cuanto a superficie, dijo, los apoyos llegan a cuatro millones 638
mil hectáreas, esto es, 84.5 por ciento de la superficie en manos de
este segmento de productores.
Puntualizó que durante el 2019 y 2020 Producción para el Bienestar ha
incorporado a su padrón de beneficiarios a 244 mil 639 productores de
pueblos originarios, 65 por ciento de ellos de Chiapas, Oaxaca y
Guerrero que cuentan con predios inferiores a tres
hectáreas y su cultivo principal es el maíz.
Indicó que en la mejora productiva se ha contado con los programas
prioritarios de la Secretaría, que dan liquidez a los productores de
pequeña y mediana escala, elevan sus ingresos y canalizan parte de sus
cosechas al circuito comercial de Seguridad Alimentaria
Mexicana, Segalmex-Diconsa.
Subrayó que a los apoyos directos de Producción para el Bienestar se
suma el impacto de los programas Precios de Garantía y de Fertilizantes,
además del acompañamiento técnico a los agricultores de escala menor,
estrategia que propicia incrementos en los
rendimientos.
Respecto del maíz, abundó que este cereal está presente en
prácticamente todas las entidades de la República Mexicana, incluida la
Ciudad de México, y siete de cada 10 toneladas de las cosechas se
obtienen en el ciclo primavera/verano, en el que predomina
el temporal de lluvias y también los predios de pequeña y mediana
escala.
El acompañamiento de asistencia técnica de la Secretaría, reiteró,
tiene como beneficiarios a campesinos de 23 regiones de la República,
fundamentalmente zonas indígenas y con altos índices de pobreza y de
violencia, donde técnicos agroecológicos trabajan
mano a mano con los productores para elevar los rendimientos en la
producción del maíz y otros cultivos, a la vez que son amigables con el
ambiente.
El director de área de la Subsecretaría de Autosuficiencia
Alimentaria, Alejo Cabrera, afirmó que el programa Producción para el
Bienestar cumplió al cien por ciento su meta de apoyar este 2020 a 2.1
millones de productores de pequeña y mediana escala de
maíz, frijol, trigo, arroz, otros granos, café y caña de azúcar.
Reportó que al 30 de septiembre se han entregado apoyos a dos
millones 128 mil 242 productores, con seis millones 424 mil 137
hectáreas; el monto pagado sumó 10 mil 308.3 millones de pesos, 93.7 por
ciento de la meta anual.
Destacó particularmente las cifras relativas a apoyos a productores
de maíz. Ello, como parte de las celebraciones impulsadas a partir del
29 de septiembre, Día Nacional del Maíz.
Dijo que del total de productores de maíz apoyados, el 15 por ciento
lo cultivan en el sistema milpa, o sea, asociado el maíz con otros
productos, como frijol, calabaza, chile y quelites; la milpa representa
un mecanismo de alimentación diversificada y nutritiva
para muchas familias y comunidades, añadió.
Subrayó el hecho de que los productores indígenas y sus familias
nunca antes habían recibido, en su gran mayoría, apoyos de política
públicas de fomento productivo.
Asimismo, dijo, el 30.6 por ciento de beneficiarios de maíz son
mujeres, lo cual va en consonancia con el porcentaje de 31.5 de mujeres
participantes en el total de productores de todo tipo de cultivo de
Producción para el Bienestar.
Alejo Cabrera señaló que el 61.2 por ciento de los productores de
maíz, con 56.5 por ciento del monto de apoyos, están ubicados en estados
del sur sureste: Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Puebla, Veracruz, Yucatán,
Campeche, Quintana Roo y Tabasco.
El coordinador nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y
Uso de la Biodiversidad (Conabio), José Sarukhán Kermez, ofreció la
conferencia “Diversidad de maíces mexicanos”.
Señaló que hay una gran cantidad de campesinos y campesinas que
cultivan maíz en las zonas dependientes del temporal de lluvia en
México, a lo largo de todo el territorio nacional, y lo hacen con un
proceso de domesticación evolutiva.
El maíz, comentó, tiene antecedentes, con su planta silvestre, el teocintle, de más de nueve mil años.
Con selección e intercambio de semillas, esos campesinos, todos de
pequeña o mediana escala, mantienen vivas y en evolución constante
alrededor de 60 razas nativas que, sin embargo, no llegan todas a las
mesas de los consumidores, debido a insuficiente infraestructura
para la movilización de sus cosechas y porque la labor y riqueza que
nos ofrecen son insuficientemente valoradas.
Con sus siembras anuales, los campesinos llevan a cabo el experimento
más grande del mundo de selección de maíz. De allí cada año escogen la
semilla que van a sembrar el año siguiente, la comparten con sus
vecinos, ven qué nuevas cosas hay y mantienen ese
proceso de evolución bajo domesticación en vivo, sostuvo.
Detalló que no hay muchos países en el mundo donde un cultivo tan
importante como el maíz se esté manteniendo de manera viva, permanente,
en procesos de modificación y de adaptación al cambio climático y demás
cambios ambientales.
Es un esfuerzo importante que se realiza en todos los climas posibles
y con todas las variedades, desde la más pequeña hasta las más grandes.
Cada una está adaptada a regímenes climáticos, suelos y temperaturas
específicos. Esta diversidad genética es nuestra
riqueza y no está congelada, está viva, disponible en cualquier momento
para México y el mundo, aseguró Sarukhán Kermez.
Resaltó la importancia de que México asegure sistemas autónomos y
sustentables de producción de alimentos, no dependientes de las
corporaciones agroindustriales; para ello, agregó, se deben garantizar
tres elementos:
1.- La permanencia de campesinos y agricultores en el campo, pues
ellos son herederos y guardianes del conocimiento y de las prácticas de
la evolución bajo domesticación del maíz y del conjunto de cultivos
nativos de México. Es importante brindarles condiciones
de bienestar que les permitan continuar el trabajo en sus predios; 2.-
El conocimiento de la diversidad biológica y ecológica de los
agroecosistemas y sus especies componentes, y 3.- La integración del
conocimiento científico moderno con el conocimiento campesino.