Muy
buenas tardes:
Envío
un saludo a los mexicanos que están atentos, y poniendo su parte
para contener la contingencia de salud pública y ahora también
económica, que afecta al País y a cada uno de nosotros.
Esta
crisis está dejando sin dinero para subsistir a 4 de cada 10 micro
empresas en giros como restaurantes y bares, talleres, servicios
profesionales y comercios, a otras empresas medianas en sectores como
la construcción, el transporte, el entretenimiento, y lo mismo a
fábricas de muchos productos, por ejemplo de autopartes y
electrónica, que son considerados por las autoridades federales como
actividades “no esenciales”.
En
la COPARMEX diseñamos con tiempo, diversas propuestas para enfrentar
la crisis, con dos grandes prioridades:
1.-
La protección del empleo y el ingreso de las familias mexicanas.
2.-
La recuperación rápida de la economía.
Estas
propuestas se presentaron hace tiempo al Gobierno Federal.
Por
ello estaremos atentos al mensaje que dirigirá al País el
Presidente Andrés Manuel López Obrador este domingo 5 de abril a
las 5 de la tarde hora del centro, y en el que se espera anuncie un
“Plan de reactivación económica” para mitigar los efectos de la
pandemia del coronavirus COVID-19.
Sin
embargo, hasta donde se sabe, la idea del presidente de la República
es la misma desde que inició su Gobierno: apoyos para la
subsistencia, pero no para conservar las empresas para que estas
puedan crecer en empleos.
Esto
es grave, tanto que en las calles está aumentando el desempleo,
cuanto más porque nos encontramos en una economía en recesión.
A
nivel internacional, las calificadoras están bajando las
calificaciones de PEMEX, la CFE y del Gobierno Federal, lo que se
traduce en que deban pagar más por su deuda.
A
pesar de este sombrío escenario, el Gobierno Federal encabezado por
el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha negado a escuchar,
a realizar un ajuste razonable a su agenda política en función de
las circunstancias, y a modificar su discurso de polarización por
uno de unidad.
El
Presidente desperdició semanas enteras negando la seriedad de la
pandemia, convocando irresponsablemente a eventos masivos sin acatar
las medidas básicas de prudencia, como la sana distancia.
Tampoco
quiso dialogar oportunamente con los representantes de los sectores
productivos del País que le presentamos un amplio y fundado paquete
de propuestas, para enfrentar juntos la emergencia sanitaria y sus
secuelas económicas.
Para
el titular del Poder Ejecutivo Federal, primero son sus obras
faraónicas, y solo después todo lo demás.
El
Gobierno Federal dará 27.5 mil millones de pesos al aeropuerto de
Santa Lucía (mil 343 por ciento más que en este año) y 26.7 mil
millones al Tren Maya (un alza de 969 por ciento). Y dado que Dos
Bocas es un proyecto de Pemex, no aparece en estos cálculos.
Los
precriterios económicos que presentó la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público al Congreso de la Unión, prevén un recorte de al
menos 405 mil millones de pesos para el presupuesto 2021 del país
(por la caída en los precios del petróleo y de la recaudación de
impuestos).
Sin
embargo, el presidente ya los descalificó en una conferencia
matutina, porque, al parecer no le agradó que en los mismos se
prevea un decrecimiento de hasta 3.9 por ciento de la economía
mexicana para 2021, que sería el tercer año de su mandato, es
decir, la mitad de su Gobierno.
Asimismo,
en los últimos días, múltiples instituciones han pronosticado
escenarios más adversos con una caída de hasta el 7% negativo para
México.
Los
planes de la presente administración federal, históricos para unos,
y absurdos para otros, ya perdieron sentido ante la presente
coyuntura.
En
cambio, al Presidente de la República parece no importarle las
micro, pequeñas y medianas empresas, que pagan los impuestos con los
que opera el gobierno. Las mismas que representan más del 95 por
ciento de la economía de nuestro País y que generan 7 de cada 10
empleos, con lo que subsisten las familias de 18.1 millones de
trabajadores.
Los
gobiernos de todo el mundo, salvo el de México, están priorizando
ante la crisis, la protección del ingreso de las familias, tratando
de salvar el mayor número de empresas posibles.
Por
ejemplo, mientras que el Gobierno de Estados Unidos destina 849 mil
millones de dólares -equivalente al 10 por ciento del PIB de esa
nación- para salvar a las empresas, en México sólo se vislumbra
inyectar créditos por 63 mil 700 millones de pesos, que, vía banca
de desarrollo, equivalen a 1.4 por ciento del gasto programable para
2021 y al 0.2 por ciento del Producto Interno Bruto del mismo año.
La
Secretaria de Hacienda presentó un plan a la Cámara de Diputados
dentro de los precriterios de política económica para 2021, donde
plantea un programa de reactivación económica a los afectados por
la epidemia.
En
dicho documento se consideran apoyos para la liquidez de las empresas
del sector de infraestructura, de primer y segundo piso, así como
reestructura de créditos, recalendarizar pagos, aplicar nuevos
plazos, suspensión de cobros, dar garantías bursátiles y nuevos
créditos, entre otras medidas.
No
obstante que la crisis sanitaria y los efectos económicos de la
misma serán verdaderamente negativos y profundos para el País, el
documento NO ofrece un margen suficiente para implementar la política
contracíclica, agresiva, que el país necesita para palear estas
adversidades y proteger los millones de empleos que dan sustento a
las familias mexicanas.
Si
bien COPARMEX coincide en la importancia de mantener un presupuesto
balanceado, las circunstancias demandan la disponibilidad y uso de
recursos públicos de forma inmediata.
Dicho
lo anterior, el análisis de la SHCP sólo presenta un (-)0.4% de
déficit primario, cuando en realidad se necesitaría de un déficit
de entre el (-)2.0%y el (-) 4.0% para impulsar el flujo de recursos
de forma inmediata.
No
es momento para que el Gobierno se aferre a fórmulas económicas
ultra ortodoxas; hay que invertir en mantener los empleos y en
infraestructura productiva, incluso si se tiene que contratar
responsablemente algo de deuda.
Es
notorio que al titular del Poder Ejecutivo Federal le disgustan las
ideas que no provengan del interior de su Administración. Que no le
gusta escuchar voces divergentes.
Ejemplo
de ello es que hizo caso omiso del paquete de propuestas que el
Sector Empresarial le entregó desde hace cerca de un mes, para
implementar una serie de medidas contundentes e inmediatas, que
fortalezcan la economía nacional con mayores condiciones de
confianza y certidumbre, reactivando así la inversión e impulsando
la actividad económica.
Dichas
medidas ayudarían a contener los graves efectos económicos de la
pandemia que enfrentamos, y contribuirían a conservar con urgencia
el empleo, así como a dotar de liquidez a personas y empresas, para
crear las condiciones de recuperación del crecimiento económico que
tendrá que llegar después de la crisis.
Dado
que la reactivación tardará mucho más de treinta días, en la
COPARMEX propusimos un “Acuerdo solidario entre trabajadores,
gobierno y patrones”, para que en las empresas que no puedan
reiniciar actividades, se establezca un salario solidario, que puede
ser igual o menor al salario habitual de cada empleado, con una
contribución para solventarlo de los tres actores involucrados, es
decir, el empleador, el trabajador y el gobierno federal, todos
aportando algo, con el fin primario de evitar despidos y cierres
definitivos de empresas, ante la incapacidad real de pagar la nómina
por la falta de ingresos.
El
Gobierno puede y debe hacer mucho para cuidar a las empresas del
País: acelerar la devolución del IVA realizándolo en no más de 20
días; otorgar plazo ampliado para que se realicen las declaraciones
anuales y los llamados “pagos provisionales” de ISR, así como en
las cotizaciones sociales, IMSS e INFONAVIT, ajustándolos a la
realidad económica.
Por
ejemplo, en el caso del ISR, no tomar en cuenta el coeficiente de
utilidad de 2019 (que no será representativo para 2020) y en el caso
de las cuotas del IMSS, revisar lo que se paga por “riesgos de
trabajo”, si el trabajador no está por ahora laborando.
Si
su gobierno rectifica y apoya a las empresas, en realidad está
apoyando de manera duradera a las familias. A que conserven sus
empleos y con ello sus ingresos. A que no necesiten de programas
sociales para subsistir. Que lo sigan haciendo con dignidad, a partir
del valor de su trabajo.
En
la COPARMEX creemos que México requiere de la colaboración y la
solidaridad hacia un líder con visión de Estado, que libre de
ideologías y prejuicios, brinde confianza, serenidad y firmeza a la
ciudadanía y al sector productivo.
Necesitamos
de un verdadero estadista que, con racionalidad, tome las medidas
precisas, sensatas y necesarias, en urgente apoyo de la salud y la
economía de todas y todos los mexicanos.
Cada
servidor público, empezando por el titular del Poder Ejecutivo
Federal, debe trabajar por todos los mexicanos, sin distinción de
ideologías o preferencias políticas.
Presidente
López Obrador:
Siga
el ejemplo de los médicos y las enfermeras de este País, que
atienden a todos sin más consideración que la mejora de su salud.
Actúe
como lo hacen los soldados y marinos en las emergencias, que velan
por la vida de todos.
Condúzcase
como los buenos maestros con los estudiantes y los policías con los
ciudadanos, a los que sirven por igual, sin cuestionar su nivel
económico, ideas o convicciones.
Asuma
el carácter de Jefe de Estado, que por encima de su proyecto
político personal, coloca los intereses más altos de la Nación.
Si
actúa así, no lo dude, todos lo vamos a apoyar y todos se lo vamos
a reconocer.