Una encuesta global a 696 profesionales de TI revela que, aunque el bienestar y el equilibrio vida-trabajo mejoraron en 2025, la confianza en poder mantenerlos durante 2026 está disminuyendo.
Sin embargo, solo el 49% cree que podrá mantener ese balance en los próximos 12 meses, una caída significativa frente al 55% del 2024. Al mismo tiempo, la proporción que espera que su situación empeore casi se duplicó, pasando del 7% al 13%. Un 38% mantiene la expectativa de mejora, sin cambios respecto al año pasado.
¿Qué hay detrás de esta desaceleración del optimismo?
- El bienestar actual no garantiza estabilidad futura: Los profesionales reportan sentirse mejor hoy, pero anticipan mayores presiones en el corto plazo.
- La carga laboral sigue siendo un punto crítico: Horarios extensos, multitarea constante y el aumento de responsabilidades afectan la percepción de sostenibilidad.
- La acelerada adopción de IA y nuevas tecnologías genera tensión: Aunque liberan tiempo, también crean expectativas más altas de productividad y adaptación continua.
- El ritmo del cambio supera a los recursos humanos disponibles: Los equipos sienten que deben avanzar más rápido de lo que las organizaciones pueden apoyar.
- Persisten brechas en políticas de bienestar: Las compañías avanzan en flexibilidad, pero no todas han implementado estrategias sólidas para prevenir burnout o mejorar cargas de trabajo.
En resumen
Los datos revelan un escenario dual: bienestar presente con incertidumbre futura. El sector TI disfruta mejoras reales en calidad de vida durante 2025, pero anticipa que el 2026 podría poner ese equilibrio a prueba. El reto para las organizaciones será transformar este progreso en un bienestar sostenible frente a la velocidad de la transformación tecnológica.
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