sábado, 10 de marzo de 2018

MENSAJE DEL SECRETARIO DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO, JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ ANAYA, EN LA SESIÓN INAUGURAL DE LA 81 CONVENCIÓN BANCARIA


Acapulco, Guerrero, 8 de marzo de 2018


Lic. Presidente Enrique Peña Nieto;
Presidente de la República

Lic. Héctor Astudillo,
Gobernador del Estado de Guerrero;
Gracias por recibirnos en este bello puerto de Acapulco.

Ing. Marcos Martínez,
Presidente de la Asociación de Bancos de México;
Felicidades por este gran evento y aprovecho para agradecerle todo el trabajo que ha hecho la ABM.

Diputado Edgar Romo,
Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados;

Senador Ernesto Cordero,
Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República;

Mtro. Alejandro Díaz de León Carrillo,
Gobernador del Banco de México;

Señores miembros del presídium;

Legisladores, medios de comunicación,

Buenas noches a todos;



·      Me da mucho gusto estar aquí. Me encontré al licenciado Mancera quien me felicito por mi primera Convención Bancaria como Secretario. Me dijo que él llevaba más de 40. No tuve el valor de decirle que era primera.
·      Por cierto, el Subsecretario Messmacher me dijo que él tampoco nunca había venido.
·      Concluimos los dos que seguro no nos invitaban porque éramos los responsables de cobrar los impuestos.
·      Hoy, es un honor y estamos muy contentos de estar aquí. A lo largo de la historia de México la Convención ha sido un encuentro trascendental. Al revisar algunos de los discursos de mis predecesores se realza la enorme importancia de este foro.
·      En la primera Convención de 1924, se creó la Comisión Nacional Bancaria. A lo largo de la historia en este foro se han intercambiado puntos de vista sobre crisis, logros, reformas, retos de la más alta relevancia para el país.
·      es inevitable que en el último año de una administración se haga una reflexión sobre el trabajo realizado, los logros alcanzados y los retos por venir.
·      Permítanme entrar en materia.
PERSPECTIVAS ECONOMICAS

·      En los últimos años, México enfrentó un entorno económico adverso. Los economistas nos referimos a esto como que enfrentamos vientos en contra.
·      La reflexión con la que los quiero dejar es que, a pesar de todo, a la economía mexicana le ha ido bien.
·      El primer viento en contra fue la caída de la plataforma y del precio del petróleo. Todavía recuerdo mi primera semana en Pemex, cuando el precio de la mezcla mexicana estaba en 18 dólares por barril.
·      El segundo viento en contra fue la debilidad del sector industrial en Estados Unidos que se tradujo en una reducción de nuestras exportaciones.
·      Y el tercer viento en contra fue la volatilidad en los mercados financieros internacionales asociada al proceso de normalización de la política monetaria en Estados Unidos.
·      Estos choques exógenos no fueron menores. 

·      Lo que podemos ver en la lámina es que choques de igual, o incluso menor magnitud, se tradujeron en caídas del PIB y en el empleo formal:
ü En los 80’s la caída del precio del petróleo y producción industrial de Estados Unidos resultaron en la crisis de deuda en México.
ü A principios de los años 2000, las caídas del petróleo y del sector industrial de Estados Unidos significaron una recesión en la economía mexicana.
ü La crisis del 2008 - 2009, que tuvo un impacto incluso más fuerte, significó una contracción de la economía del 9% y del empleo formal de casi 4%.
·      Sin embargo, la gran historia fue que durante 2014 – 2016, cuando el precio del petróleo cayó más de un 70% y el sector industrial en Estados Unidos se desaceleró, a la economía mexicana le fue bien, creció 2.7% y el empleo formal creció a una velocidad récord de 7%.
·      ¿A qué se debió?
·      A que México tomó decisiones difíciles. No siempre populares, pero sí necesarias. Los cimientos de todo esto fueron políticas fiscales prudentes y conservadoras. No ha habido ningún país que crezca de manera sostenida sin finanzas públicas sanas.
·      Parados en el 2013, México, al igual que otros países del G-20 y de Latinoamérica, se comprometieron a mejorar su balance público. Hoy vemos que México si cumplió. Mientras que en promedio el balance de los países del G-20 y de América Latina siguió deteriorándose, México tuvo un superávit primario en el 2017.
·      Como consecuencia de esto, en México se está reduciendo la deuda como porcentaje del PIB.
·      La otra parte de la historia, por supuesto, son las reformas estructurales impulsadas con gran altura de miras por el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto. 
·      Justamente el año pasado, el Secretario Meade dijo y cito: “En futuras convenciones bancarias, un futuro Secretario de Hacienda que haga un recuento de lo que México ha avanzado, habrá de reconocer que las reformas estructurales aprobadas en la primera mitad de este gobierno, representaron una profunda transformación y sentaron las bases para el desarrollo en años por venir”.
·      Estoy seguro que todos los efectos de las reformas estructurales no han ocurrido, pero lo que si podemos decir es que ya no son promesas de futuro y que ya tenemos resultados palpables y concretos. Cito algunos:
ü Energética:
     200 mil millones de dólares de inversión esperada.
ü Telecomunicaciones:
     Reducción de 43% en tarifas de celulares.
     Se triplicó la cobertura de banda ancha.
ü Fiscal:
     Incremento de 5 puntos del PIB en ingresos tributarios.
     Una menor dependencia de los ingresos petroleros, pasando del 39% a 17% de los ingresos totales, y
     Aumento en el número de contribuyentes de 38 a 65 millones.
ü Educativa:
     8 de cada 10 alumnos en educación superior son la primera generación de su familia en ese grado.
     3 de cada 10 estudiantes tienen beca en escuelas públicas.
ü Disciplina Financiera:
     Reducción de la deuda estatal como porcentaje de las participaciones, pasando de 88% a 78%.
ü Laboral:
     3.4 millones de nuevos empleos formales, más del doble que en la anterior administración.
     Incremento del 19% en el salario mínimo real en los últimos 5 años.
ü Competencia:
     COFECE aumentó más de 2 veces las multas impuestas.
ü Financiera:
     1 de cada 3 créditos del INFONAVIT se han entregado en esta administración.
     13 millones de adultos con acceso al sistema financiero.
·      Déjenme elaborar un poco más con esta última reforma:

·      Esta reforma logró fomentar un sector financiero más eficiente e inclusivo con:
ü Un sector financiero que da más créditos: aumentaron 48% a empresas, 26% a vivienda, y 24% al consumo.
ü Un sector financiero con menores tasas de interés: aún con aumentos en la tasa de referencia, las tasas en los créditos para empresas disminuyeron 13 puntos porcentuales, para vivienda 3.4 puntos porcentuales y al consumo 1.2 puntos porcentuales.
ü Un sector financiero más incluyente: 13 millones de adultos con acceso al sistema financiero.
ü Un sector financiero más competitivo: Pasando del lugar 59 al 36 en el ranking del World Economic Forum y del lugar 40 al 6 del ranking de Doing Business del Banco Mundial.
ü Un sector financiero bien capitalizado: El índice de capitalización está en 15.6, muy por encima del mínimo regulatorio de Basilea III de 10.5. De hecho, el comité de Basilea le otorgó la calificación más alta posible al cumplimiento regulatorio (por encima de EU y de la Union Europea).
ü Una banca de desarrollo que aumentó su cartera en casi 900 mil millones de pesos.
ü Inversiones anunciadas por 77 mil millones de pesos.
·      Y recientemente se aprobó la Ley FinTech que pone a México a la vanguardia a nivel internacional, que permite que las tecnologías aumenten la inclusión financiera y la competencia en el sistema financiero mexicano.




·      Al final de la historia ¿que se ha conseguido lograr con todo esto? Que a México le haya ido bien incluso por encima de otras economías del mundo. Siempre se comentaba que por qué México no crecía más que estas economías. Como pueden ver, en los últimos años, México está creciendo más.

·      Si hacemos memoria, en enero del año pasado las cosas no pintaban bien:
ü El tipo de cambio estaba en 22 pesos por dólar, y había dudas sobre hacia donde se iba a mover. Hoy está en 18 pesos por dólar.
ü Las calificadoras nos tenían en perspectivas negativas. Hoy, todas menos una nos tienen en perspectivas estables.
ü La inflación mensual en enero de 2017 fue de 1.7%. Este año fue de 0.5%.
ü Las perspectivas de crecimiento para el año en curso eran de 1.5%. Hoy son de 2.2%.
·      Al final del día, el 2017 fue un buen año para México. Y hoy pensamos que fue un tema fácil, sin embargo, durante ese año se tomaron decisiones bien difíciles que hoy nos permiten tener una mucho mejor perspectiva en el 2018.
·      Al grado tal, que en el 2018 contamos con una economía fuerte y tenemos cifras record:
ü Cifras récord en Inversión Extranjera Directa;
ü Máximos en Reservas Internacionales;
ü Máximos históricos en el Fondo de Estabilización;
ü El Sistema Financiero más profundo de nuestra historia;
·      Sin embargo, nuestro trabajo es preocuparnos y ocuparnos. Siempre hay incertidumbres, por lo que seguiremos pendientes para asegurarnos que la economía mexicana pueda hacer frente de forma adecuada a los retos que pudieran presentarse durante el año:
1.   El proceso electoral de 2018;
2.   La renegociación del TLCAN; y
3.   La reforma fiscal de Estados Unidos.


·      Señor Presidente. Señoras y señores:
·      Que no les quede duda: La economía mexicana está bien preparada para el 2018 porque México ha hecho su tarea en materia económica y financiera.
·      Sin embargo, esto no ha sido gratis. Las políticas fiscales y monetarias, prudentes y conservadoras, han implicado sacrificios y esfuerzos por parte de todos, pero a la vez, le han dado al país una base macroeconómica sólida.
·      Los resultados de las reformas estructurales hoy son palpables. Las fuentes de crecimiento de la economía se diversifican día con día y permiten un crecimiento más balanceado que nos prepara para enfrentar los retos de la revolución tecnológica.
·      Pero no debemos dar nada por sentado ni debemos bajar la guardia. Nuestro pasado y las experiencias internacionales nos demuestran que los desequilibrios financieros pueden llegar de manera repentina y con gran rapidez. Y que la confianza que ha costado tanto trabajo construir se puede perder.
·      Hay que mantener el rumbo, la disciplina fiscal, financiera y monetaria. Hay que continuar con la implementación de las reformas estructurales y embarcar en nuevas que le den a México nuevos horizontes de crecimiento.
·      Por ello agradezco a la ABM la colaboración que siempre ha tenido y los invito a seguir trabajando juntos en el desarrollo del sector financiero y del país.
·      Muchas gracias.

Lic. Alejandro Díaz de León Carrillo, Gobernador del Banco de México: 81 CONVENCIÓN BANCARIA “LA BANCA COMPROMETIDA CON MÉXICO”



Versión estenográfica                                       Acapulco, Gro., 08 de marzo de 2018.



- MAESTRO DE CEREMONIAS: Queda en uso de la palabra el licenciado Alejandro Díaz de León Carrillo, Gobernador del Banco de México.

- LIC. ALEJANDRO DÍAZ DE LEÓN CARRILLO: Señor Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Enrique Peña Nieto;

Gobernador Constitucional del estado de Guerrero, licenciado Héctor Astudillo Flores;

Diputado Edgar Romo García, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados;

Senador Ernesto Cordero Arroyo, Presidente de la Mesa Directiva del Senado de República;

Secretario de Hacienda y Crédito Público, doctor José Antonio González Anaya;

Presidente de la Asociación de Bancos de México, ingeniero Marcos Martínez Gavica;

Legisladores, secretarios subsecretarios, autoridades locales, representantes de organismos empresariales y muy distinguidos miembros del presídium.

Señoras y señores:

Es un gusto participar en esta Octogésima Primera Convención Bancaria, este encuentro se realiza en un ambiente de profundos cambios e interrogantes entorno a la economía mundial y de importantes desafíos para la mexicana.

En mi intervención abordaré, primero, la lógica y sustento histórico que soportan el mandato y el diseño institucional del Banco de México, después como las acciones de la autoridad monetaria constituyen un factor de certidumbre ante los escenarios que enfrentamos.

Y finalmente destacaré algunos de los retos y oportunidades del sector financiero.

Una de las principales finalidades de los bancos centrales es proveer de moneda a un país o región. Esta facultad, la de emitir y colocar billetes y monedas, debe de usarse con una enorme responsabilidad y prudencia.

Esto no siempre ha sido así, en diversos países, incluido el nuestro, se pretendió sin éxito estimular la actividad económica mediante el abuso de la emisión de dinero primario.

Esto provocó inflación, creciente inestabilidad económica y financiera e incluso crisis de gran magnitud.

La inflación es uno de los fenómenos más lesivos para el bienestar de las personas, el crecimiento económico, por un lado, redistribuye el ingreso y el poder adquisitivo de manera regresiva erosionando los salarios y afectando en mayor medida a las familias de menores ingresos.

Por otro, afecta adversamente la asignación de recursos en la economía y el financiamiento de todo tipo de proyectos productivos, obstaculizando especialmente la ejecución de inversiones con alto rendimiento social en claro detrimento del crecimiento.

La traumática experiencia inflacionaria de muchas naciones y la evidencia de los límites de la política monetaria, dio lugar a un consenso respecto a la conveniencia de que los bancos centrales como instituciones del estado, se concentren permanentemente en mantener una inflación baja propiciando un entorno de estabilidad indispensable para el crecimiento económico.

En este sentido, la estabilidad puede conceptualizarse como un bien público que debe ser provisto por el Estado.

Así, desde las últimas décadas del siglo pasado, numerosos países otorgaron autonomía a sus bancos centrales, garantizándoles una sana independencia de las necesidades fiscales de los gobiernos y del ciclo político.

Con la autonomía del Banco Central, el objetivo de abatir la inflación queda cimentado en un mandato institucional claro y preciso, más que en la eventual coincidencia entre las autoridades monetarias y fiscales.

La decisión de otorgar autonomía al Banco de México no sólo se deriva de la experiencia internacional, nuestro país también ha experimentado en diversas etapas y con terribles consecuencias el flagelo de la inflación.

En particular en los años 70 y 80 del siglo pasado, se aplicaron políticas de gasto público excesivamente expansivas y se impuso al Banco Central la obligación de extender crédito para financiar los consecuentes déficits fiscales. Esto propició inflaciones agudas, prolongadas y profundamente dañinas para la sociedad.

Tras estas experiencias, en 1993 se planteó la reforma del artículo 28 de la Constitución, que concedió al Banco de México autonomía en su administración y funciones, asignándole el objetivo prioritario de mantener la estabilidad de poder adquisitivo de la moneda y señalando explícitamente que ninguna autoridad puede ordenarle conceder financiamiento.

Permítanme ahora referirme al cumplimiento de las funciones del Banco de México en un entorno externo e interno, complejo e incierto como el actual.

Para cumplir con su mandato que es la estabilidad de precios, el Banco de México ha adoptado para la conducción de su política monetaria un esquema de objetivos de inflación. En nuestro caso éste se basa en una meta específica para la inflación general de 3 por ciento, con un marco de transparencia y con una estrategia de comunicación que dé certeza y coordine las expectativas de los agentes económicos.

Cuando el público tiene confianza en que el Banco Central reaccionará ante los choques que pudieran desviar de manera sostenida la inflación de su objetivo, sus expectativas tienden a estar alineadas a dicho objetivo.

Para reforzar este canal de comunicación, la Junta de Gobierno del Banco de México ha decidido hacer públicos trimestralmente los pronósticos de inflación para los siguientes ocho trimestres, éstos se publicaron por primera vez la semana pasada en el último informe trimestral del banco.

De esta manera, el Banco de México evaluará, entre otros factores, si las eventuales desviaciones de la inflación respecto de sus pronósticos en el horizonte en el que opera la política monetaria dan lugar a alguna adecuación en la tasa de interés objetiva.

Cabe destacar que los esfuerzos del Banco de México para alcanzar una inflación baja y estable, han propiciado una menor persistencia de la inflación, un anclaje de las expectativas de mediano y largo plazo en niveles próximos a la meta y un menor traspaso a la inflación del cambio de precios relativos, en especial, de fluctuaciones cambiarias.

Así, con sus acciones, el Banco de México ha buscado evitar que los movimientos del tipo de cambio real, que son ajustes naturales ante distintos choques, den lugar a efectos de segundo orden en la formación de precios, o afecten las expectativas de inflación de mediano y largo plazo.

Sin duda, tener un tipo de cambio flexible y una política monetaria que se conduce con un esquema de objetivos de inflación, ha contribuido a un mejor funcionamiento del proceso de formación de precios en la economía. Esto conlleva a importantes beneficios para la sociedad, pues ha permitido enfrentar diversos choques con menores afectaciones a la actividad económica.

En los últimos años, México, al igual que otras economías emergentes, ha enfrentado un panorama complejo, debido a la confluencia de diversos choques y fuentes de incertidumbre. El primero se refiere a los menores precios de las materias primas que han prevalecido y por varios años y que han implicado un importante deterioro en los términos de intercambio en diversas economías emergentes, menores ingresos fiscales e, incluso, reducciones en el producto cíclico y potencial.

En el caso de México, tanto la baja en los precios del petróleo como la contracción en su plataforma de producción redujeron significativamente los ingresos petroleros.

El segundo factor corresponde al aumento a las tasas de interés externos, asociado al proceso de normalización de las políticas monetarias en las principales economías avanzadas, especialmente en Estados Unidos, el cual, constituye un riesgo para los mercados financieros internacionales y podría propiciar ajustes en los portafolios de inversión con posiciones en las economías emergentes.

Este factor ha cobrado mayor relevancia, considerando la posición cíclica de la economía estadounidense y los efectos del estímulo fiscal recientemente aprobado.

El tercer factor es el riesgo creciente de adopción de medidas proteccionistas y la revisión que algunas economías avanzadas han propiciado respecto a los modelos de integración regional y global.

Algunos ejemplos de ello son el caso del Brexit y la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Este último definirá el marco para el comercio y la inversión en la región.

Por ello, a lo largo de la negociación, las percepciones cambiantes sobre sus posibles resultados han generado incertidumbre y volatilidad en nuestros mercados financieros, especialmente el cambiario.

Los efectos de este complejo entorno externo, y de otros choques internos, afectaron significativamente la inflación en México. A principios de 2017 ésta se vio presionada tanto por una fuerte depreciación del peso como por aumentos en los precios de varios energéticos en el mercado interno.

Adicionalmente, a finales de 2017 se registraron choques adicionales no previstos, como el aumento del precio del gas natural y algunas verduras por factores transitorios.

Todo lo anterior propició un repunte de la inflación que alcanzó 6.77 por ciento al cierre de 2017, y la subyacente 4.87 por ciento. En febrero de este este año la inflación disminuyó a 5.34 por ciento, resultado de una importante reducción de la inflación no subyacente y una de menor magnitud en la subyacente, que alcanzó 4.27 por ciento.

Cabe señalar que en los últimos años la economía mexicana ha venido transitando por un ciclo económico atípico, tanto por las condiciones externas inéditas, como por el tipo de choques que la han aquejado, esto ha complicado la evaluación de las condiciones de holgura de la economía y su papel en la formación de precios, la cual se ha venido estrechando y podría estar afectando la asimilación de dichos choques.

Ante la complejidad de este entorno y a fin de evitar efectos de segundo orden en la formación de precios y reforzar la tendencia decreciente de la inflación, la junta de gobierno restringió la postura de política monetaria alcanzando la tasa de interés objetivo, 7.5 por ciento en febrero de este año.

Tomando en consideración el comportamiento actual de la inflación la evolución de sus determinantes, la postura vigente de política monetaria y el horizonte temporal en el que ésta surte efectos, se espera que en ausencia de nuevos choques y presiones no anticipadas se consolide la inflación a la baja de la inflación general aproximándose a lo largo del año hacia el objetivo de 3 por ciento, y alcanzándolo en el primer trimestre de 2019.

El Banco de México estará atento a todos los factores determinantes de la inflación y su balance de riesgos, a fin de mantener la convergencia de la inflación a su meta.

Por último, permítanme hacer algunas reflexiones relacionadas con el sistema financiero. La experiencia demuestra que para alcanzar un crecimiento económico sostenido es indispensable contar con un sistema financiero bien capitalizado y con un marco normativo adecuado que ofrezca los incentivos correctos para que las instituciones financieras intermedien de manera segura y eficiente el ahorro del público en proyectos rentables y con derrama social.

El Banco de México busca que el sistema financiero ofrezca servicios de oportunidades de desarrollo para todos los ciudadanos de manera sostenida, para ello trabaja en dos grandes vertientes: la primera atañe sus facultades como regulador y supervisor para promover la estabilidad del sistema y mitigar sus riesgos.

Al respecto, destaca que el financiamiento de la banca comercial al sector privado se ha venido recuperando de manera sostenida por ya varios años.

Este proceso de mayor apalancamiento tanto de hogares como de empresas, se ha dado sobre las bases de un sistema financiero sano, ello, en parte, por la adopción oportuna de nuestro país de los mejores estándares internacionales de regularización y supervisión que buscan reforzar la resiliencia del sistema y alinear los incentivos entre los intermediarios y los usuarios del sistema financiero.

Con ello, el sector financiero mexicano se encuentra en una situación sólida y capaz de resistir riesgos diversos.

La segunda vertiente de responsabilidad del Banco de México respecto del sistema financiero, está orientado a promover una mayor cobertura de los servicios financieros, priorizando la seguridad y la protección de los intereses del consumidor.

Para ello, se redoblarán los esfuerzos para alcanzar una mayor eficiencia en la intermediación financiera, reforzar la competencia y que ello se refleje en beneficios para todos los usuarios.

Como parte de estos esfuerzos la Junta de Gobierno aprobó hace unos días las políticas para la consulta pública de las disposiciones de carácter general que emita el Banco de México.

Con ello, se adoptaron estándares internacionales en mejora regulatoria con procesos abiertos y transparentes que permitirán contar con regulación más eficaz.

Por otro lado, como nunca antes contamos con nuevas herramientas tecnológicas que permiten abatir costos de cobertura, brindar acceso a los servicios financieros, a diversos sectores de la población y atender los rezagos en materia de inclusión financiera.

A fin de aprovechar cabalmente el potencial de este sector denominado Fintech, el Poder Ejecutivo presentó un proyecto de ley para regular a las instituciones de tecnología financiera que fue aprobado por el Congreso de la Unión el 1° de marzo del presente año.

Con este nuevo marco legal, se brinda orden y transparencia en un sector de importancia ascendente y se genera un poderoso instrumento para aprovechar las nuevas tecnologías financieras en beneficio de todos los usuarios.

Señoras y señores, la solidez de los fundamentos macroeconómicos de México ha permitido que pese a la severidad de los choques que se han enfrentado en los últimos años, la economía haya mantenido un entorno de estabilidad con crecimiento.

En esta estrategia convergen la política monetaria, la fiscal, la cambiaria y la solidez del sistema financiero, contar con un entorno de estabilidad es indispensable para el crecimiento y el desarrollo, y debe ser entendida como una obligación permanente del Estado.

Por lo que toca a la política monetaria, la Constitución contempla que el Estado tenga un Banco Central autónomo en el ejercicio de sus funciones y en su administración con el objetivo prioritario de procurar el poder adquisitivo de la moneda nacional.

El Banco de México mantiene este claro y preciso mandato como el faro y guía de todas sus actividades.

Muchas gracias.

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Dr. José Antonio González Anaya, Secretario de Hacienda y Crédito Público; 81 CONVENCIÓN BANCARIA “LA BANCA COMPROMETIDA CON MÉXICO”



Versión estenográfica                                       Acapulco, Gro., 08 de marzo de 2018.




- MAESTRO DE CEREMONIAS: Acto seguido, toma la palabra el doctor José Antonio González Anaya, Secretario de Hacienda y Crédito Público.

- JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ ANAYA: Licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente de la República;

Licenciado Héctor Astudillo, Gobernador del Estado de Guerrero, gracias por recibirnos en el bello Puerto de Acapulco.

Ingeniero Marcos Martínez, Presidente de la Asociación de Bancos de México;

Diputado Edgar Romo, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados;

Senador Ernesto Cordero, Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República;

Maestro Alejandro Díaz de León, Gobernador del Banco de México;

Señores miembros del presídium, legisladores, a todos ustedes, buenas noches.

Me da mucho gusto estar aquí con la Convención Bancaria.

Les comento que hace un rato me encontré al licenciado Mancera, caminando, a quien todos ustedes conocen, y me felicitó por ser mi Primera Convención Bancaria como Secretario, me dijo que él llevaba más de 40 y la verdad es que no tuve el valor de decirle que era mi Primera Convención Bancaria.

También es la Primera Convención Bancaria del Subsecretario Messmacher, y los dos trabajamos en Hacienda más de 10 años; concluimos los dos, que seguro no nos invitaban porque estábamos encargados de los impuestos, pero hoy no estamos encargados de los impuestos y es un honor y estamos muy contentos de estar aquí, porque a lo largo de la historia de México la Convención ha sido un encuentro trascendental.

En la Primera Convención Bancaria, en 1924, se instauró la Comisión Nacional Bancaria, y a lo largo de la historia, en este foro se han intercambiado puntos de vista sobre crisis, logros, reformas, retos de la más alta relevancia del país.

Me permito felicitar al ingeniero Marcos Martínez, a Luis Robles y a todos los otros presidentes de la ABM por mantener este foro vivo y relevante en todos los años y en este bello Puerto de Acapulco.

Es inevitable al final de un sexenio hacer una reflexión sobre el trabajo realizado, los logros alcanzados y los retos por venir.

Permítanme entrar en materia.

En los últimos años, México enfrentó un entorno económico adverso. Los economistas nos referimos a esto como que enfrentamos vientos en contra. El primer viento en contra fue la caída del precio y de la plataforma petrolera; el segundo, la debilidad del sector industrial en Estados Unidos; el tercero, la volatilidad de los mercados financieros internacionales.

Estos choques no fueron menores, lo que podemos ver en la lámina es que en los 80’s la caída del precio del petróleo y la producción industrial llevó al país a la crisis de deuda de los 80’s.

A principios de los años 2000 las caídas en el precio del petróleo y de la producción industrial causaron una recesión, la crisis del 2008 y el 2009 tumbó el precio del petróleo a cerca de la mitad y la producción industrial a cerca de 15 puntos porcentuales.

El PIB de México se contrajo casi 9 por ciento. Lo que es extraordinario de esta historia es que durante el 2014 enfrentamos choques de similar magnitud. El precio del petróleo se cayó 71 por ciento; la actividad industrial se cayó 1.9 y, sin embargo, la economía mexicana creció y creció bien y, más importante, el empleo formal creció a una velocidad récord de 7 por ciento.

¿A qué se debió esto? ¿Qué fue lo que pasó y qué es lo que es diferente? Se debió a que, durante los últimos años, México tomó decisiones difíciles, quizá no siempre decisiones populares pero, sin duda, necesarias.

Los cimientos de esto fueron políticas fiscales prudentes y conservadores, no ha habido ningún país en la historia que haya podido desarrollarse y crecer sin finanzas públicas sanas.

Parados en el 2013 lo que vemos ahí es que México y los países grandes del G20 y de América Latina se comprometieron a tener un superávit primario para el 2016-17.

Parados hoy en el 2018, lo que vemos es que México sí cumplió y llevamos dos años con un superávit primario. Los países grandes del G20 y de América Latina siguen teniendo déficits, de la misma manera y como espejo, México es el único país en donde la trayectoria de la deuda es descendiente y de manera sostenible. En los países grandes del G20 la deuda sigue creciendo y en América Latina también.

La otra parte de la historia, por supuesto, son las reformas estructurales impulsadas con gran altura de miras por el Presidente de la República, justamente el año pasado el Secretario Meade dijo y cito: “En futuras Convenciones bancarias un Secretario de Hacienda que haga un recuento de lo que ha avanzado habrá de reconocer que las reformas estructurales aprobadas en la primera mitad de este gobierno representaron una profunda transformación y sentaron las bases para el desarrollo en años por venir”.

Estoy seguro que todos los efectos de la reforma no han ocurrido, pero hoy podemos decir que ya no son promesas futuras y que tenemos resultados palpables y concretos.

Permítanme enunciar algunos de ellos: la reforma energética al final de este año significará que se habrán comprometido 200 mil millones de dólares en inversión en México, esa es una cantidad enorme, difícil de comprender, es el doble de la deuda del sector público mexicano.

La reforma de telecomunicaciones se ha traducido en una reducción en las tarifas de celulares del 43 por ciento y que se haya triplicado en la cobertura de banda ancha.

La reforma fiscal ha quitado una vieja vulnerabilidad de las finanzas públicas mexicanas, su dependencia del petróleo, que pasó del 39 por ciento de los ingresos totales en el 2012 a 17.

La reforma educativa tiene un impacto generacional, un cambio enorme es que ocho de cada 10 alumnos en educación superior es la primera generación en la historia de sus familias que va a la universidad.

La reforma laboral, por supuesto, se ha traducido en una creación récord de empleos formales, 3.4 millones de trabajadores. Lo relevante de esto es que estos trabajadores están ahorrando para su pensión, tienen acceso a servicios de salud, tienen un seguro en caso de un accidente, pueden mandar a sus hijos a guarderías, etcétera.

Sobre la ley de la reforma financiera me gustaría elaborar un poco más. Esta reforma ha logrado en este corto tiempo tener un sector financiero que da más créditos, a las empresas ha aumentado casi 50 por ciento.

Tener un sector financiero con menores tasas de interés, pese a que la tasa de referencia ha aumentado, lo que da una señal del aumento en la competencia.

Tener un sector financiero más incluyente. Hoy tenemos 13 millones de adultos con acceso al sector financiero que antes no lo tenía, un sector financiero más competitivo.

Ha pasado en los rankings del Banco Mundial o del World Economic Forum de manera muy relevante; un sector financiero bien capitalizado; una banca de desarrollo que aumentó su cartera en casi 900 mil millones de pesos; y recientemente, y como ya se comentó, la aprobación de la Ley Fintech que pone a México a la vanguardia a nivel internacional para que el sector financiero pueda adoptar las nuevas tecnologías.

Al final de la historia, ¿qué se ha conseguido con todo esto? Pues que a México haya tenido un desempeño en su crecimiento muy bueno, hemos crecido más que países que típicamente cuando nos comparaban crecían más, más que Brasil, más que Rusia, más que Argentina, más que Chile, más que Colombia.

De hecho, si hacemos memoria a la última Convención Bancaria, la del año pasado, las cosas no pintaban tan bien a estas alturas el tipo de cambio estaba en 22 pesos por dólar, hoy está en 18.

Las calificadoras nos tenían todas en perspectivas negativas incluso hubo pronunciamientos de que era inevitable que nos bajaran la calificación.

Hoy todas las calificadoras nos tienen en perspectivas estables, menos una, y una ya ratificó el estado, la inflación mensual --como ya lo comentó el Gobernador del Banco de México-- va cayendo.

Y las perspectivas de crecimiento el año pasado a estas alturas eran de 1.58, hoy son de 2.2.

Al final del día, el 2017 fue un buen año para México. Hoy incluso parece fácil, sin embargo, durante ese año se tomaron decisiones bien difíciles que nos permiten tener una perspectiva mucho mejor para el año 2018.

A tal grado que hoy contamos con cifras récord en inversión extranjera directa, con cifras récord en reservas internacionales con más de 264 mil millones de dólares, con cifras récord en el fondo de estabilización, con 234 mil millones de pesos equivalentes a cerca de un punto del PIB.

Y un sistema financiero --como ya se comentó-- con cifras récord en el tamaño en relación a su economía.

Sin embargo, en la Secretaría de Hacienda nuestro trabajo es preocuparnos y ocuparnos de lo que pueda venir. Las incertidumbres para el 2018 están bien identificadas y las hemos comentado desde que llegamos.

El proceso electoral que en México como en todo el mundo trae incertidumbre, la razón es obvia, no se sabe el resultado.

La renegociación del Tratado de Libre Comercio en donde hoy comparado con el año pasado, tenemos un proceso, tenemos un diálogo, llevan siete rondas de negociación y seis capítulos cerrados, no sabemos en dónde vamos a terminar, pero en este trabajo y en el lenguaje político y diplomático mientras exista un proceso y exista un diálogo esto va avanzando, en menor grado la reforma fiscal en donde se analizan las opciones para que sin aumentar la deuda podamos mejorar nuestra competitividad.

Señor Presidente; señoras y señores:

No hay duda, la economía mexicana está bien preparada para el 2018 porque México ha hecho su tarea en materia económica y financiera los últimos años. Sin embargo, esto no ha sido gratis, las políticas fiscales y monetarias prudentes y conservadoras han implicado sacrificios y esfuerzos por parte de todos, pero a la vez le han dado al país una base macroeconómica sólida.

Los resultados de las reformas estructurales hoy son palpables; las fuentes de crecimiento de la economía se diversifican día con día y permiten un crecimiento más balanceado que nos permite enfrentar los retos de la revolución tecnológica; pero no debemos dejar nada por sentado ni bajar la guardia, nuestro pasado y las experiencias internacionales nos demuestran que los desequilibrios financieros pueden llegar de manera repentina y con gran rapidez, y que la confianza que ha costado tanto trabajo construir se puede perder rápidamente.

Hay que mantener el rumbo, hay que mantener la disciplina fiscal, financiera y monetaria, hay que continuar con la implementación de las reformas estructurales y embarcar en nuevas que le den a México nuevos horizontes de crecimiento.

Por ello, le agradezco a la ABM la colaboración que siempre ha tenido y los invito a seguir trabajando juntos para el desarrollo del sector financiero y de todo el país.

Muchas gracias.

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