Versión
estenográfica Acapulco,
Gro., 08 de marzo de 2018.
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MAESTRO DE CEREMONIAS: Queda en uso de la palabra
el licenciado Alejandro Díaz de León Carrillo, Gobernador del Banco de México.
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LIC. ALEJANDRO DÍAZ DE LEÓN CARRILLO: Señor
Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Enrique Peña Nieto;
Gobernador Constitucional del estado de
Guerrero, licenciado Héctor Astudillo Flores;
Diputado Edgar Romo García, Presidente de
la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados;
Senador Ernesto Cordero Arroyo, Presidente
de la Mesa Directiva del Senado de República;
Secretario de Hacienda y Crédito Público,
doctor José Antonio González Anaya;
Presidente de la Asociación de Bancos de
México, ingeniero Marcos Martínez Gavica;
Legisladores, secretarios subsecretarios,
autoridades locales, representantes de organismos empresariales y muy
distinguidos miembros del presídium.
Señoras y señores:
Es un gusto participar en esta Octogésima
Primera Convención Bancaria, este encuentro se realiza en un ambiente de
profundos cambios e interrogantes entorno a la economía mundial y de importantes
desafíos para la mexicana.
En mi intervención abordaré, primero, la
lógica y sustento histórico que soportan el mandato y el diseño institucional
del Banco de México, después como las acciones de la autoridad monetaria
constituyen un factor de certidumbre ante los escenarios que enfrentamos.
Y finalmente destacaré algunos de los retos
y oportunidades del sector financiero.
Una de las principales finalidades de los
bancos centrales es proveer de moneda a un país o región. Esta facultad, la de
emitir y colocar billetes y monedas, debe de usarse con una enorme
responsabilidad y prudencia.
Esto no siempre ha sido así, en diversos
países, incluido el nuestro, se pretendió sin éxito estimular la actividad
económica mediante el abuso de la emisión de dinero primario.
Esto provocó inflación, creciente
inestabilidad económica y financiera e incluso crisis de gran magnitud.
La inflación es uno de los fenómenos más
lesivos para el bienestar de las personas, el crecimiento económico, por un
lado, redistribuye el ingreso y el poder adquisitivo de manera regresiva
erosionando los salarios y afectando en mayor medida a las familias de menores
ingresos.
Por otro, afecta adversamente la asignación
de recursos en la economía y el financiamiento de todo tipo de proyectos
productivos, obstaculizando especialmente la ejecución de inversiones con alto
rendimiento social en claro detrimento del crecimiento.
La traumática experiencia inflacionaria de
muchas naciones y la evidencia de los límites de la política monetaria, dio
lugar a un consenso respecto a la conveniencia de que los bancos centrales como
instituciones del estado, se concentren permanentemente en mantener una
inflación baja propiciando un entorno de estabilidad indispensable para el
crecimiento económico.
En este sentido, la estabilidad puede
conceptualizarse como un bien público que debe ser provisto por el Estado.
Así, desde las últimas décadas del siglo
pasado, numerosos países otorgaron autonomía a sus bancos centrales,
garantizándoles una sana independencia de las necesidades fiscales de los
gobiernos y del ciclo político.
Con la autonomía del Banco Central, el
objetivo de abatir la inflación queda cimentado en un mandato institucional
claro y preciso, más que en la eventual coincidencia entre las autoridades
monetarias y fiscales.
La decisión de otorgar autonomía al Banco
de México no sólo se deriva de la experiencia internacional, nuestro país
también ha experimentado en diversas etapas y con terribles consecuencias el
flagelo de la inflación.
En particular en los años 70 y 80 del siglo
pasado, se aplicaron políticas de gasto público excesivamente expansivas y se
impuso al Banco Central la obligación de extender crédito para financiar los
consecuentes déficits fiscales. Esto propició inflaciones agudas, prolongadas y
profundamente dañinas para la sociedad.
Tras estas experiencias, en 1993 se planteó
la reforma del artículo 28 de la Constitución, que concedió al Banco de México
autonomía en su administración y funciones, asignándole el objetivo prioritario
de mantener la estabilidad de poder adquisitivo de la moneda y señalando
explícitamente que ninguna autoridad puede ordenarle conceder financiamiento.
Permítanme ahora referirme al cumplimiento
de las funciones del Banco de México en un entorno externo e interno, complejo
e incierto como el actual.
Para cumplir con su mandato que es la
estabilidad de precios, el Banco de México ha adoptado para la conducción de su
política monetaria un esquema de objetivos de inflación. En nuestro caso éste
se basa en una meta específica para la inflación general de 3 por ciento, con
un marco de transparencia y con una estrategia de comunicación que dé certeza y
coordine las expectativas de los agentes económicos.
Cuando el público tiene confianza en que el
Banco Central reaccionará ante los choques que pudieran desviar de manera
sostenida la inflación de su objetivo, sus expectativas tienden a estar
alineadas a dicho objetivo.
Para reforzar este canal de comunicación,
la Junta de Gobierno del Banco de México ha decidido hacer públicos trimestralmente los
pronósticos de inflación para los siguientes ocho trimestres, éstos se
publicaron por primera vez la semana pasada en el último informe trimestral del
banco.
De esta manera, el Banco de México
evaluará, entre otros factores, si las eventuales desviaciones de la inflación
respecto de sus pronósticos en el horizonte en el que opera la política
monetaria dan lugar a alguna adecuación en la tasa de interés objetiva.
Cabe destacar que los esfuerzos del Banco
de México para alcanzar una inflación baja y estable, han propiciado una menor
persistencia de la inflación, un anclaje de las expectativas de mediano y largo plazo en niveles próximos a la
meta y un menor traspaso a la inflación del cambio de precios relativos, en
especial, de fluctuaciones cambiarias.
Así, con sus acciones, el
Banco de México ha buscado evitar que los movimientos del tipo de cambio real,
que son ajustes naturales ante distintos choques, den lugar a efectos de
segundo orden en la formación de precios, o afecten las expectativas de
inflación de mediano y largo plazo.
Sin duda, tener un tipo
de cambio flexible y una política monetaria que se conduce con un esquema de
objetivos de inflación, ha contribuido a un mejor funcionamiento del proceso de
formación de precios en la economía. Esto conlleva a importantes beneficios
para la sociedad, pues ha permitido enfrentar diversos choques con menores
afectaciones a la actividad económica.
En los últimos años,
México, al igual que otras economías emergentes, ha enfrentado un panorama
complejo, debido a la confluencia de diversos choques y fuentes de
incertidumbre. El primero se refiere a los menores precios de las materias
primas que han prevalecido y por varios años y que han implicado un importante
deterioro en los términos de intercambio en diversas economías emergentes,
menores ingresos fiscales e, incluso, reducciones en el producto cíclico y
potencial.
En el caso de México,
tanto la baja en los precios del petróleo como la contracción en su plataforma
de producción redujeron significativamente los ingresos petroleros.
El segundo factor
corresponde al aumento a las tasas de interés externos, asociado al proceso de
normalización de las políticas monetarias en las principales economías
avanzadas, especialmente en Estados Unidos, el cual, constituye un riesgo para
los mercados financieros internacionales y podría propiciar ajustes en los
portafolios de inversión con posiciones en las economías emergentes.
Este factor ha cobrado
mayor relevancia, considerando la posición cíclica de la economía
estadounidense y los efectos del estímulo fiscal recientemente aprobado.
El tercer factor es el
riesgo creciente de adopción de medidas proteccionistas y la revisión que
algunas economías avanzadas han propiciado respecto a los modelos de
integración regional y global.
Algunos ejemplos de ello
son el caso del Brexit y la
renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Este último
definirá el marco para el comercio y la inversión en la región.
Por ello, a lo largo de
la negociación, las percepciones cambiantes sobre sus posibles resultados han
generado incertidumbre y volatilidad en nuestros mercados financieros,
especialmente el cambiario.
Los efectos de este
complejo entorno externo, y de otros choques internos, afectaron significativamente
la inflación en México. A principios de 2017 ésta se vio presionada tanto por
una fuerte depreciación del peso como por aumentos en los precios de varios energéticos en el mercado interno.
Adicionalmente, a finales de 2017 se
registraron choques adicionales no previstos, como el aumento del precio del
gas natural y algunas verduras por factores transitorios.
Todo lo anterior propició un repunte de la
inflación que alcanzó 6.77 por ciento al cierre de 2017, y la subyacente 4.87
por ciento. En febrero de este este año la inflación disminuyó a 5.34 por
ciento, resultado de una importante reducción de la inflación no subyacente y
una de menor magnitud en la subyacente, que alcanzó 4.27 por ciento.
Cabe señalar que en los últimos años la
economía mexicana ha venido transitando por un ciclo económico atípico, tanto
por las condiciones externas inéditas, como por el tipo de choques que la han
aquejado, esto ha complicado la evaluación de las condiciones de holgura de la
economía y su papel en la formación de precios, la cual se ha venido
estrechando y podría estar afectando la asimilación de dichos choques.
Ante la complejidad de este entorno y a fin
de evitar efectos de segundo orden en la formación de precios y reforzar la
tendencia decreciente de la inflación, la junta de gobierno restringió la
postura de política monetaria alcanzando la tasa de interés objetivo, 7.5 por
ciento en febrero de este año.
Tomando en consideración el comportamiento
actual de la inflación la evolución de sus determinantes, la postura vigente de
política monetaria y el horizonte temporal en el que ésta surte efectos, se
espera que en ausencia de nuevos choques y presiones no anticipadas se
consolide la inflación a la baja de la inflación general aproximándose a lo
largo del año hacia el objetivo de 3 por ciento, y alcanzándolo en el primer
trimestre de 2019.
El Banco de México estará atento a todos
los factores determinantes de la inflación y su balance de riesgos, a fin de
mantener la convergencia de la inflación a su meta.
Por último, permítanme hacer algunas
reflexiones relacionadas con el sistema financiero. La experiencia demuestra
que para alcanzar un crecimiento económico sostenido es indispensable contar
con un sistema financiero bien capitalizado y con un marco normativo adecuado
que ofrezca los incentivos correctos para que las instituciones financieras
intermedien de manera segura y eficiente el ahorro del público en proyectos
rentables y con derrama social.
El Banco de México busca que el sistema
financiero ofrezca servicios de oportunidades de desarrollo para todos los
ciudadanos de manera sostenida, para ello trabaja en dos grandes vertientes: la
primera atañe sus facultades como regulador y supervisor para promover la
estabilidad del sistema y mitigar sus riesgos.
Al respecto, destaca que el financiamiento
de la banca comercial al sector privado se ha venido recuperando de manera
sostenida por ya varios años.
Este proceso de mayor apalancamiento tanto
de hogares como de empresas, se ha dado sobre las bases de un sistema
financiero sano, ello, en parte, por la adopción oportuna de nuestro país de
los mejores estándares internacionales de regularización y supervisión que
buscan reforzar la resiliencia del sistema y alinear los incentivos entre los
intermediarios y los usuarios del sistema financiero.
Con ello, el sector financiero mexicano se
encuentra en una situación sólida y capaz de resistir riesgos diversos.
La segunda vertiente de responsabilidad del
Banco de México respecto del sistema financiero, está orientado a promover una
mayor cobertura de los servicios financieros, priorizando la seguridad y la
protección de los intereses del consumidor.
Para ello, se redoblarán los esfuerzos para
alcanzar una mayor eficiencia en la intermediación financiera, reforzar la
competencia y que ello se refleje en beneficios para todos los usuarios.
Como parte de estos esfuerzos la Junta de
Gobierno aprobó hace unos días las políticas para la consulta pública de las
disposiciones de carácter general que emita el Banco de México.
Con ello, se adoptaron estándares
internacionales en mejora regulatoria con procesos abiertos y transparentes que
permitirán contar con regulación más eficaz.
Por otro lado, como nunca antes contamos con
nuevas herramientas tecnológicas que permiten abatir costos de cobertura,
brindar acceso a los servicios financieros, a diversos sectores de la población
y atender los rezagos en materia de inclusión financiera.
A fin de aprovechar cabalmente el potencial
de este sector denominado Fintech, el Poder Ejecutivo presentó un proyecto de
ley para regular a las instituciones de tecnología financiera que fue aprobado
por el Congreso de la Unión el 1° de marzo del presente año.
Con este nuevo marco legal, se brinda orden
y transparencia en un sector de importancia ascendente y se genera un poderoso
instrumento para aprovechar las nuevas tecnologías financieras en beneficio de
todos los usuarios.
Señoras y señores, la solidez de los
fundamentos macroeconómicos de México ha permitido que pese a la severidad de
los choques que se han enfrentado en los últimos años, la economía haya
mantenido un entorno de estabilidad con crecimiento.
En esta estrategia convergen la política
monetaria, la fiscal, la cambiaria y la solidez del sistema financiero, contar
con un entorno de estabilidad es indispensable para el crecimiento y el
desarrollo, y debe ser entendida como una obligación permanente del Estado.
Por lo que toca a la política monetaria, la
Constitución contempla que el Estado tenga un Banco Central autónomo en el
ejercicio de sus funciones y en su administración con el objetivo prioritario
de procurar el poder adquisitivo de la moneda nacional.
El Banco de México mantiene este claro y
preciso mandato como el faro y guía de todas sus actividades.
Muchas gracias.
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