martes, 1 de abril de 2025

Hacienda entrega al H. Congreso de la Unión los Pre-Criterios 2026


  • En 2025 y 2026, México implementará una convergencia fiscal prudente hacia
    déficits menores para mantener la deuda pública en niveles sostenibles y
    fortalecer la confianza en la política fiscal, en un entorno económico complejo
    y con incertidumbre que representan desafíos para las finanzas públicas.
  • Se prevé que el crecimiento económico se sostenga gracias al consumo
    interno, la generación de empleos y las inversiones en sectores estratégicos,
    tanto públicas como privadas.
  • Los programas sociales seguirán siendo un pilar para proteger a la población
    más vulnerable frente a choques económicos. Su carácter progresivo y
    contracíclico contribuye a reducir brechas sociales, amortiguar impactos
    económicos y fortalecer la cohesión social del país.
  • La Secretaría de Hacienda y Crédito Público actualiza su estimación de
    crecimiento para 2025 a un rango de 1.5 a 2.3 por ciento. Para 2026, se anticipa
    un escenario de menor incertidumbre externa, lo que permitirá un crecimiento
    económico más sólido, con una expansión proyectada entre 1.5 y 2.5 por ciento.
  • México cuenta con amortiguadores fiscales que respaldan su estabilidad
    macroeconómica, entre ellos fondos de estabilización, líneas de crédito con
    organismos internacionales y coberturas financieras frente a riesgos externos.
    Resumen ejecutivo
    En 2025 y 2026, la economía mexicana mantendrá una trayectoria de crecimiento
    positivo, impulsada por una demanda interna sólida. El consumo de los hogares y la
    inversión pública y privada seguirán siendo los principales motores del PIB.
    A pesar de un entorno externo incierto por las tensiones comerciales globales y los
    conflictos geopolíticos, México cuenta con una economía más diversificada y un
    mercado interno robusto, lo que mejora su capacidad de respuesta ante choques
    internacionales.
    El consumo privado se fortalecerá por la creación de empleos, el crecimiento de los
    salarios y un mayor acceso al crédito. Los programas sociales seguirán elevando el
    ingreso de los hogares y reforzando su poder adquisitivo.
    La inversión avanzará con fuerza gracias a proyectos de infraestructura logística y
    energética que mejoran la competitividad, favorecen el Nearshoring y refuerzan la
    integración de México en las cadenas globales de valor.
    Los Polos de Desarrollo para el Bienestar serán un catalizador clave del crecimiento,
    con la construcción de 100 parques industriales en 10 sectores estratégicos que
    atraerán inversión, generarán empleos bien remunerados y promoverán
    encadenamientos productivos nacionales.
    En este contexto, se estima que la economía crecerá entre 1.5 y 2.3 por ciento en 2025,
    y entre 1.5 y 2.5 por ciento en 2026. La menor incertidumbre global y un entorno
    interno estable darán soporte a esta expansión.
    La revisión a la baja para el crecimiento de 2025 responde a un menor dinamismo en
    la inversión residencial y a la persistencia de choques de oferta desde finales del año
    pasado. También incide la cautela empresarial ante la incertidumbre sobre la política
    comercial de Estados Unidos.
    La política fiscal seguirá una ruta de normalización prudente y responsable en 2025 y
    2026, con el objetivo de mantener una deuda sostenible y fortalecer la confianza en la
    estabilidad macroeconómica del país.
    Para 2025, se prevé que los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) se
    ubiquen en un nivel entre 3.9 y 4 por ciento del PIB. La deuda pública se mantendrá en
    niveles estables, en torno a 52.3 por ciento del PIB.
    En 2026, los RFSP se estiman entre 3.2 y 3.5 por ciento del PIB, lo que permitirá
    continuar con una trayectoria de deuda descendente frente a economías comparables.
    La estrategia de ingresos se apoyará en una mayor eficiencia recaudatoria y el uso de
    tecnologías digitales. El gasto público, por su parte, se centrará en programas sociales
    e inversión en infraestructura y transición energética.
    El financiamiento del sector público priorizará el endeudamiento en moneda local, a
    tasa fija y largo plazo, lo que reduce la exposición a la volatilidad financiera
    internacional.
    Para 2026, se anticipa una menor presión sobre el costo financiero de la deuda, gracias
    a un entorno global de tasas más bajas y a un menor nivel de endeudamiento en
    México.
    Frente a los riesgos externos, México cuenta con una sólida red de protección
    macro- financiera: fondos de estabilización, líneas de crédito con organismos
    internacionales y coberturas financieras que respaldan la estabilidad fiscal.
    Por último, el sistema financiero del país mantiene niveles de capitalización y liquidez
    por encima de los estándares internacionales, lo que refuerza su capacidad de
    resistencia ante episodios de volatilidad global.

 

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