En el informe recientemente publicado “High Compliance: una legalización lex lata para la industria del cannabis no medicinal“,
Kenzi Riboulet-Zemouli afirma haber descubierto una nueva justificación
legal para regular el cannabis recreativo, en conformidad con la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes de
las Naciones Unidas. Esta vía, según Riboulet-Zemouli, ha pasado
desapercibida en las últimas décadas para gobiernos y numerosos expertos
ostensiblemente cegados por una interpretación ortodoxa prohibicionista
de los tratados. El informe sostiene que “encuentra fácilmente una vía donde es posible una ‘legalización del cannabis’ de buena fe”, argumentando que el uso no médico del cannabis se ajusta a la exención del tratado en el Artículo 2(9), para “los estupefacientes que se usan comúnmente en la industria para fines que no sean médicos o científicos”.
Extenso y amplio en recursos, el documento parece impresionante.
Y el análisis sí tiene en cuenta varios argumentos válidos que
supuestamente contribuyen a defender una reinterpretación tan creativa
de la flexibilidad incrustada en la Convención Única. A primera vista,
el argumento de que la Convención Única ya permite la legalización del
cannabis recreativo puede resultar atractivo, pues pretende ofrecer una
alternativa tentadoramente facilista para superar los obstáculos
relacionados con los tratados que enfrentan los países que eligen el
camino de la regulación legal del cannabis no sólo para fines médicos,
sino también para usos recreativos.
Sin embargo, una lectura más atenta revela
rápidamente la naturaleza confusa y legalmente indefendible de la ruta
de escape propuesta en el documento. Y si bien consideramos que los
tratados de control de drogas de la ONU están desactualizados y no son
aptos para su propósito, discrepamos rotundamente con las propuestas que
buscarían superar los desafíos basados en argumentos legalmente
erróneos e inválidos. El documento de High Compliance construye un castillo de naipes legal que se derrumba cuando sus argumentos centrales son impugnados y eliminados.
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