Un encuentro que une historia, arte y sabor para rendir homenaje a la tradición viva de México. Menú de autor que reinterpreta la tradición huasteca del Día de Muertos.Sala Gastronómica y CMR presentan una propuesta basada en investigación de campo, técnicas contemporáneas y cocina de territorio.Un recorrido gastronómico por la Huasteca, con ingredientes, colores y emociones que narran historia y cultura que conectan con la memoria y la identidad cultural de nuestro país.“La Fiesta de Xantolo”: memoria y precisión
Ciudad de México – Desde el corazón del Museo Nacional de Antropología e Historia, CMR y Sala Gastronómica presentan La Fiesta de Xantolo, una experiencia que se transforma en un homenaje al legado culinario, artístico y simbólico de México. El evento nos dará la bienvenida con un menú degustación inspirado en la Huasteca donde esta festividad adquiere su expresión más profunda.El Xantolo, que en lengua náhuatl significa “fiesta de todos los santos”, es una tradición que combina el mundo espiritual con la celebración de la vida. En esta edición, el chef Alberto Molina traslada su esencia a la mesa con una propuesta que une ingredientes autóctonos y técnicas contemporáneas. Cada plato es una interpretación visual y gustativa de los rituales que honran la memoria de los ancestros.La experiencia comienza con la exploración de los orígenes prehispánicos del culto a los muertos, conocer el significado de los altares, las ofrendas y los símbolos que acompañan esta celebración. Después, el invitado se sienta a la mesa de Sala Gastronómica, donde los aromas, texturas y colores evocan la espiritualidad huasteca a través del lenguaje del sabor en una experiencia culinaria de autor. “Queríamos llevar al comensal a un viaje donde el pasado se siente en el presente, donde el fuego, el maíz y los aromas del campo dialogan con técnicas modernas sin perder la esencia”, explica el Chef Alberto Molina.Sabores que cuentan historiasEl menú de La Fiesta de Xantolo para redescubrir el sentido profundo de una de las tradiciones más emblemáticas de México a través de los sentidos, está compuesto por creaciones originales que celebran la diversidad de la región. Entre los platillos destacan la mazorca de huitlacoche con pipián rojo y amaranto (con tortillas hechas a mano), los tamales de pulacle y de cacahuate, pan de calabaza relleno de mole, el robalo en salsa de vainilla con verduras y zanahorias de colores, el pollo en crema de jalapeño con chilacayotes, y la picadita veracruzana con filete y adobo.Para cerrar, el comensal disfruta un postre que simboliza la unión entre la vida y la memoria: pan de muerto relleno de camote morado y guayaba, acompañado de un shot de café de olla y helado de vainilla de Papantla.La propuesta busca mostrar cómo la alta cocina puede dialogar con el patrimonio sin caer en la nostalgia. El uso de productos locales, la aplicación de técnicas precisas y la conexión con el entorno del museo hacen de esta experiencia una reflexión sobre el papel del cocinero como custodio de la cultura.Cada preparación es resultado de un trabajo de investigación en comunidades huastecas, donde el equipo de cocina documentó ingredientes, técnicas y costumbres que se transmiten de generación en generación. Con un equilibrio entre lo ancestral y lo contemporáneo, el menú refleja cómo la gastronomía puede preservar la identidad de un pueblo y mantener vivas sus tradiciones. “En CMR creemos que la gastronomía es una forma viva de cultura, una manera de contar quiénes somos. Con esta propuesta, Sala Gastronómica demuestra que la cocina es una forma de narrativa que privilegia la técnica sin perder la emoción y así, mantener nuestras tradiciones mientras seguimos innovando. La Fiesta de Xantolo es una celebración del México que fuimos, que somos y que seguiremos siendo”, comentó Joaquín Vargas, presidente ejecutivo de CMR.Cultura viva en el corazón de PolancoEl ambiente de Sala Gastronómica refuerza la narrativa con una atmósfera que combina arte y evocación: flores de cempasúchil, iluminación cálida y elementos visuales inspirados en la zona huasteca de Veracruz, Hidalgo y San Luis Potosí.El espacio invita a los comensales a reflexionar sobre la relación entre la gastronomía y la identidad, recordando que cada ingrediente tiene un origen, un territorio y una historia. La unión de hospitalidad y cultura hacen que la cocina de Sala Gastronómica se convierta en un medio para conectar pasado y presente, una forma de preservar la herencia mexicana y de compartirla con nuevas generaciones.En esta edición, el Día de Muertos se celebra en los altares y también en la mesa, donde el sabor se transforma en memoria y la memoria, en vida.
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