Con el propósito de garantizar la interoperabilidad aérea y
facilitar el trabajo simultáneo, actual y futuro, de los aeropuertos
internacionales de la Ciudad de México, de Toluca, y del Felipe Ángeles,
que conforman el Sistema Aeroportuario Metropolitano (SAM), en
diciembre de este año entrará en operación el rediseño del espacio aéreo
del Valle de México.
El nuevo espacio aéreo, elaborado por los Servicios a la
Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM), está basado en la
implementación del procedimiento conocido como PBN (Navegación Basada en
Performance), que incorpora sistemas de navegación terrestres y
satelitales, tomando en cuenta las capacidades de cada tipo de aeronave
en los despegues y aterrizajes.
Las rutas han sido diseñadas considerando el balance en el
volumen de las operaciones aéreas y el segmento del espacio aéreo de
cada aeropuerto, garantizando la separación reglamentaria en los flujos
de llegada y salida, para cumplir con las disposiciones de seguridad y
eficiencia de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
El rediseño del espacio aéreo ha sido probado en simuladores de
vuelo por pilotos nacionales y extranjeros, en diferentes escenarios, a
fin de asegurar el cumplimiento de los criterios de gestión de calidad y
la metodología para evaluación de la seguridad operacional que
garanticen la viabilidad desde el punto de vista del vuelo.
El nuevo espacio aéreo ha sido evaluado utilizando sistemas de
simulación acelerada, en la que se destaca que el SAM tendrá una
capacidad suficiente para atender hasta 125 millones de pasajeros al
año:
- Hasta 50 millones de pasajeros en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en mil 300 operaciones diarias, que son las que se alcanzaron a fines de 2019.
- Hasta 60 millones de pasajeros en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, con mil 300 operaciones diarias.
- Hasta 15 millones de pasajeros en el Aeropuerto Internacional de Toluca, a diferencia de los 700 mil que recibe actualmente.
El proyecto incluye un análisis de la orografía del Valle de
México, mediante el cual se identificaron los obstáculos en la cercanía
de los tres aeropuertos, con base en imágenes satelitales de alta
resolución y mediciones físicas, a fin de garantizar la seguridad
operacional aérea.
Los beneficios de usar este nuevo espacio aéreo también
incluyen una reducción en la transmisión por radio frecuencia, rutas más
predecibles y disminución en la carga de trabajo para pilotos y
controladores de tránsito aéreo, quienes actualmente son capacitados por
SENEAM en estos nuevos escenarios.
Para el rediseño del nuevo espacio aéreo se ha contado con la
activa participación de actores clave de la industria, como: la Agencia
Federal de Aviación Civil, la OACI, la Asociación Internacional de
Transporte Aéreo (IATA), la Cámara Nacional de Aerotransportes
(CANAERO), NAVBLUE, representantes de las aerolíneas, operadores de
aviación general, aviación militar, colegios de especialistas y
expertos, entre otros.
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