Uno
de los principales retos que hoy enfrenta nuestro país es el de
atraer mayores inversiones, lograr que los extranjeros confíen en
México y que también los empresarios nacionales --los grandes, los
medianos y los pequeños--, tengan confianza en que en nuestro país
se puede invertir con seguridad.
Toda
inversión implica riesgos. Cuando los riesgos se vuelven
incontrolables e imprevisibles las inversiones se detienen o se
posponen. En estos días está por sentarse en México un precedente
gravísimo para la confianza en las inversiones. Una instalación
industrial que se está construyendo en Mexicali, Baja California,
con una inversión de 1,400 millones de dólares, que es la inversión
más importante en varias décadas en esa región, está en riesgo
debido a una “consulta popular” que el Presidente López Obrador
ha convocado recientemente.
No
obstante que la empresa que está realizando esta inversión ha
cumplido con todos los permisos, y de que ha ganado varios litigios
donde se le ha cuestionado si debe llevarse a cabo o no la
instalación, ahora de manera sorpresiva el Gobierno Federal pretende
poner a consulta si continúa la instalación de esta empresa.
En
Coparmex consideramos que al gobierno le corresponde brindar
certidumbre y brindar confianza a los inversionistas. Si hay un acto
ilegal, si existe un permiso que se haya otorgado de manera
inadecuada, la vía correcta para que se revise es a través de las
facultades de las propias autoridades. Llevar al plano político si
continua o se cancela una inversión privada parece francamente un
acto irracional.
En
noviembre de 2018, todavía en su calidad de Presidente electo, López
Obrador canceló, validando su decisión por medio de una consulta,
una obra en marcha, una inversión pública de gran magnitud como lo
era el aeropuerto de Texcoco. Eso sin duda alguna fue un
despropósito. Aun estamos sufriendo los daños que generó esa
decisión en la confianza en el país. La realización de esa
consulta minó la confianza de los inversionistas y esta fue una de
las causas del decrecimiento de la economía en 2019. Empezar 2020
con un error de este calado, ahora no en una inversión pública sino
en una inversión privada, como es el caso de la inversión de la
industria cervecera en Baja California, sería continuar por el
sendero equivocado.
Hacemos
un llamado al Presidente López Obrador, y a todo su gobierno, para
que valore la circunstancia tan compleja y grave que atraviesa México
y el mundo. Hoy como nunca antes es fundamental proyectar señales de
confianza y de certidumbre. Las inversiones a nivel global frenarán
su marcha debido a los fen
ómenos
económicos y de salubridad que actualmente enfrentamos. Es el peor
momento para que México lance al mundo una señal de desconfianza.
Ojalá que la cordura, la altura de miras y el bien por México sea
lo que inspire finalmente las decisiones del Gobierno Federal.
Muchas
gracias.
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