Aquiles Córdova
Morán
El día sábado de
la semana anterior, cayó en mis manos un artículo notable. Se titula “Sobre
Andrés Manuel López Obrador y Antorcha” y apareció el 28 de abril de 2018 en
una página Web llamada “Medium”. Su
autor es Julio Huato, uno de tantos cerebros mexicanos que emigran hacia los Estados
Unidos en busca de oportunidades laborales, si mis breves pesquisas no me
engañan. El artículo se destaca, como digo, por la seriedad de sus argumentos,
por el equilibrio y honradez intelectual de sus planteamientos y por su visible
esfuerzo de romper la dura piel de lo trivial, de lo superficial, y alcanzar el
fondo de las cuestiones que aborda. Difícilmente se encontrará algo parecido en
la prensa nacional. En razón de lo dicho, quiero dar a conocer las reflexiones
que su lectura me ha provocado.
1).- De entrada
quiero asegurarle a don Julio Huato que coincido con el 90 o el 95% de las opiniones
plasmadas en su artículo, porcentaje que incluye tanto lo que favorece como lo
que censura a ambas formaciones políticas.
2).- Es algo del
dominio público, algo sobre lo que hemos trabajado tenazmente por difundir a
través de todos los medios a nuestro alcance, que el Movimiento Antorchista
Nacional no está de acuerdo con la situación social y económica de las grandes
masas populares de nuestro país; que no estamos de acuerdo con la desigualdad y
la pobreza crecientes de dichas masas y, consecuentemente, que tampoco estamos de
acuerdo con el modelo económico que se aplica en el país, el llamado
“neoliberalismo” o “economía de libre mercado” que, a juicio nuestro y de
muchos calificados especialistas de México y del mundo, es el responsable
directo de esta situación.
3).- En esta
sólida base se apoya el trabajo del Movimiento Antorchista Nacional que,
durante sus 44 añosde existencia, se ha dedicado a paliar los efectos más
brutales de la desigualdad y la pobreza de los más humildes, peleando junto a
ellos, hombro con hombro y palmo a palmo, por educación, vivienda, salud,
empleo, servicios urbanos, transporte, etc. Eso en el corto plazo. En el largo,
su lucha es por derrocar el modelo neoliberal y sustituirlo por uno que tome en
cuenta de modo fundamental las necesidades básicas de las mayorías, tanto en el
plano económico, material, como en el político y espiritual. Un modelo que reconozca
sin reservas su pleno derecho a una vida humana y digna por ser las productoras
directas (no únicas) de la riqueza social.
Y en preparación para esta batalla a largo plazo, empleamos las luchas
cortoplacistas como un medio para organizar y educar a los marginados, que son
quienes habrán de librarla en el futuro.
4).- Así las
cosas, no hay razón de fondo, como sugiere Julio Huato, para que MORENA y los
antorchistas no se unan en un frente único de combate a la pobreza, a la
injusticia social y a los privilegios excesivos de una pequeña élite. Y añado
que menos hay razón para negar la lucha cotidiana de los antorchistas en
defensa de los menos favorecidos, para distorsionarla o hacerla a un lado de
plano, con tal de ganar imagen mediática o por intereses electorales no siempre
legítimos. No hay razón ni derecho para
acusarlos de “grupo paramilitar”, “brazo armado del PRI”, “grupo de
choque al servicio del PRI”, “asesinos”, “corruptos”, “chantajistas” y otras
lindezas semejantes. Y sin embargo, eso es lo que han hecho y hacen los
morenistas, los mismos que se declaran sorprendidos y decepcionados al vernos
navegar con bandera priista, en vez de mirarnos humillados y de rodillas
tocando las puertas de MORENA, de cuyos medios y voceros ha salido y sale el
caudal mayor de insultos como los que he enlistado parcialmente.
5).- Sobre este
fondo se aprecia mejor la honradez y la madurez política de Julio Huato cuando llama
a no permitir que nos atrape el pasado. Por ello aclaro que no se trata solo de
agravios pasados ni solo de amargas palabras, sino de agresiones muy presentes
y actuantes al día de hoy, a las que hay que sumar las amenazas, veladas y
abiertas, en el discurso de MORENA, en caso de ganar la Presidencia de la República.
Debo añadir, además, que tal como lo aconseja Huato, nosotros nos hemos
abstenido siempre, antes y ahora, de atacar a nadie, sea quien sea, solo por no
coincidir con nuestro modo de pensar o
de obrar; nos hemos limitado a defendernos cuando se nos ataca sin razón. Y a
quien diga lo contrario, lo desafiamos a que presente pruebas al canto. Por
parte de MORENA, en cambio, bastará una ojeada rápida a medios como La Jornada,
Proceso y otros, para formar una colección de agravios, calumnias e
imputaciones sin prueba, que satisfaría con creces al odio más exigente. Podría
poner, incluso, ejemplos de buena voluntad por nuestra parte, como “negociaciones”
a niveles muy altos que nunca se cumplieron y se pagaron con nuevos ataques, en
el pasado; y hechos de sangre contra antorchistas en el presente, para
apuntalar lo dicho, pero no creo que haga falta.
6).- A pesar de todo,
siento que no es suficiente respuesta al llamado de Julio Huato: el destino de México
y los mexicanos humildes bien vale la pena hacer a un lado agravios en aras de
la unidad de los luchadores sociales. Por eso, creo necesario reconocer, con la
honradez que merece el artículo de Julio Huato, que nuestras discrepancias con
MORENA van más allá de los insultos.
a).- Como ya dije,
Antorcha culpa al modelo económico neoliberal de la pésima situación nacional,
es decir, su crítica va dirigida a la estructura o cimentación del edificio
social. López Obrador, en cambio, culpa de todo a la corrupción del régimen. Ahora bien, para nosotros, la corrupción
tiene también su raíz en el modelo, nace de allí y de allí se nutre, se
alimenta y se fortalece todos los días, de donde se deduce que no es posible
erradicarla sin erradicar el modelo que la alimenta. Además, según nosotros, la
corrupción es mucho más que las
raterías y el peculado de los políticos; en realidad alcanza a todas las
fuerzas dominantes del sistema. La corrupción es la madre nutricia de la
mayoría de las grandes fortunas, nacionales y extranjeras, amasadas con el
sudor de los mexicanos. Pero el candidato de MORENA piensa que la corrupción es
una cuestión de moral personal, fruto de la descomposición moral de los
políticos y solo de éstos; transforma así
el problema en un problema de ética y
deja intocada la corrupción de los grandes capitales. Por eso puede asegurar
que su combate es también moral: el ejemplo del presidente. Su crítica es
puramente superestructural y eso, a nuestro juicio, es un garrafal y peligroso
error de enfoque.
b).- Es verdad que
López Obrador ha dicho también que, si llega al poder, dará de baja a los
corruptos en el gobierno y los sustituirá con gente honesta. Eso se llama, en
buena lógica, destruir el viejo aparato de gobierno para construir uno nuevo. Pero
una cosa así solo se la puede permitir una revolución armada triunfante
(recordemos que eso fue lo que no se atrevió a hacer la Comuna de París) y no
sin graves peligros. ¿Cómo y con quién enfrentará López Obrador la reacción de
los viejos poderes defenestrados? Y ¿de dónde sacará los miles y miles de
“honestos” con que reconstruirá el
aparato del poder? Otro peligroso error de enfoque.
c).- No quiero
meterme a hacer cuentas sobre si los ahorros que obtendrá del combate a la
corrupción le alcanzarán para cumplir sus promesas. Ya otros lo hicieron. Pero
sí debo decir que promesas como echar abajo la reforma energética, la reforma
educativa y el nuevo aeropuerto, tampoco me parecen maduras y bien sustentadas.
Recuperar el petróleo y ponerlo en manos honestas para beneficio del pueblo
suena bien, pero esconde la “enchilada completa”, es decir, calla que no es
solo el petróleo lo que hemos entregado al extranjero, sino también los bancos,
la minería, el comercio al mayoreo y menudeo, los hoteles y todo lo ligado al
turismo, las playas, las líneas aéreas, etc., etc. Por tanto, la pregunta es legítima:
¿por qué el petróleo sí y todo lo demás no? ¿Vale la pena correr el riesgo de
un conflicto internacional por el rescate del petróleo en un país colonizado
como el nuestro? ¿Y quién garantizará que los nuevos administradores no se
corromperán como los del pasado? La educación está mal, necesita una cirugía
mayor que no garantiza la reforma actual. Pero ¿sí la garantizan la CNTE y su
poder sindical? Y lo que se ahorre cancelando el aeropuerto, ¿alcanzará para
sacar de la pobreza a los mexicanos?
d).- Finalmente,
es evidente que las filas lopezobradoristas, con muy insuficientes excepciones,
están repletas de resentidos, oportunistas, trapecistas políticos e incluso de intelectuales
y caciques reaccionarios y opuestos a su proyecto de país. Por tanto, como dice
Julio Huato, López Obrador está ante una disyuntiva peligrosa: si no cumple sus
promesas, provocará la decepción y el rechazo de sus seguidores que virarán hacia
la derecha ultramontana; si las cumple, desencadenará la violencia opositora de
poderosas fuerzas del sistema actual. Y no se ve con qué sus huestes estén
preparadas para resistir el embate que será feroz. Nosotros, por nuestra parte,
no hemos atacado ni atacaremos sin motivo al candidato de MORENA, a pesar de no
estar de acuerdo con él en cuestiones esenciales; y con nuestra propia historia
como respaldo, podemos asegurar que nunca seremos enemigos, ni siquiera obstáculo
involuntario, de un gobierno que, de buena fe, trabaje a favor de los que menos
tienen. Nos abstenemos de alardear de esta verdad porque no queremos dar la impresión
de cobardía u oportunismo ante el probable vencedor de la contienda electoral,
como hace la mayoría de aquellos quienes “hasta el nombre del honor ignoran”,
como dijo el poeta.
En síntesis:
Antorcha no está con el candidato de MORENA no solo por el trato infamante que
le ha dispensado y le dispensa su gente, que pudiera pasarse por alto; sino
también porque su crítica al régimen es parcial, equivocada en cierta medida y
provocadora de una reacción nacional e internacional que no podrá enfrentar,
como no pudieron Dilma Rousseff en Brasil, Cristina Fernández en Argentina y
Correa en Ecuador. Antorcha busca un cambio para México pero no cosmético ni
aventurero. Está consciente de que ese cambio solo lo puede llevar a cabo un
pueblo organizado, politizado y decidido a todo por conquistar una vida mejor,
y lleva 44 años trabajando en ello y para ello. Pero sabe que el éxito depende
también, y mucho, de la correlación mundial de fuerzas entre el imperialismo
guerrerista, voraz y enemigo de la paz mundial, y los países que piden un mundo
multipolar, solidario, pacífico y con progreso compartido para todos los
hombres y todos los pueblos.
Hay que prepararse
bien para la lucha interna seria, que es la única que puede triunfar (no es
causal que en América Latina solo Cuba y Venezuela estén en pie de lucha; solo ellos
están apoyados por un pueblo organizado y consciente), y hay que estar atentos
a la evolución de la correlación mundial. La conjunción de ambos factores será
la señal segura para un cambio exitoso. Y mientras tanto, ¿qué? Mientras tanto,
don Julio, hay que hacer caso al sabio consejo de Cristo “Dejad que los muertos
entierren a sus muertos”. Así se explica sin contradicciones la posición
electoral de Antorcha en esta coyuntura.