martes, 22 de abril de 2025

BBVA. Comercio Internacional El rompecabezas arancelario de México: más complejo de lo que parece

 

Comercio Internacional
El rompecabezas arancelario de México: más complejo de lo que parece

Diego López / Carlos Serrano / Samuel Vázquez
22 de abril del 2025

 

 

El Plan México se perfila como una pieza clave para mitigar el golpe arancelario y reposicionar al país como un destino atractivo para la inversión. De acuerdo a estimaciones propias, México se encuentra en mejor posición relativa entre los cinco países que más exportan a EUA, lo que podría revitalizar el flujo de Inversión Extranjera Directa.

Puntos principales

   Con el marco arancelario actual, las exportaciones mexicanas a Estados Unidos podrían enfrentar un arancel promedio de hasta 23%.

  Para reducir el arancel promedio que enfrenta México, la política industrial debe adoptar como objetivo primordial el aumentar al máximo posible el porcentaje de exportaciones que se realizan a Estados Unidos a través del T-MEC. Para ello es necesario aumentar el contenido doméstico de las exportaciones. Es positivo que este sea uno de los objetivos centrales del Plan México.

  El gobierno deberá continuar cooperando en temas de migración y tráfico de fentanilo —ámbitos en los que ha logrado avances notables, reconocidos incluso por la administración Trump— para lograr que el arancel relacionado con estos temas se reduzca del 25% al 12% o incluso 0% en algunos casos.

 También es clave seguir transmitiendo en Estados Unidos —a congresistas, al sector privado y a la propia administración de Trump— que el proteccionismo hacia México perjudica la competitividad de ese país.

 Si bien México enfrenta actualmente un arancel promedio significativamente más alto en comparación con el año pasado, el nivel de proteccionismo respecto a China (que enfrenta aranceles superiores al 125%) sigue siendo considerablemente menor, lo cual debería abrir la puerta para atraer más inversiones.

¿Cuál es la situación arancelaria actual?

Las medidas arancelarias adoptadas por Estados Unidos con respecto a México están contenidas en cuatro órdenes ejecutivas recientes:

1.      Aranceles por migración y fentanilo Executive Order 14194:

Estos aranceles se aplican exclusivamente a México y Canadá. Las exportaciones mexicanas bajo el marco del T-MEC no están sujetas a aranceles, con excepción de automóviles, autopartes, acero, aluminio y cerveza.[1] En cambio, las exportaciones realizadas fuera del tratado enfrentan un arancel general adicional del 25%, justificado por la administración Trump como respuesta a preocupaciones en materia migratoria y de seguridad. Este porcentaje podría reducirse al 12% si se considera que ha habido avances suficientes en esos temas.[2]

2. Aranceles al sector automotriz: Adjusting Imports of Automobiles and Automobile Parts Into the United States
Se aplica un arancel del 25% a los automóviles (ya en vigor) y a las autopartes (a implementarse a más tardar el 3 de mayo) procedentes de todo el mundo. Solo en el caso de México y Canadá, el contenido estadounidense de los vehículos o componentes queda excluido del cálculo del arancel, lo cual representa una ventaja significativa. Para México, ese contenido representa en promedio el 18.3% del valor de un automóvil exportado.[3]

3. Aranceles al acero y aluminio: Adjusting Imports of Steel into The United StatesAdjusting Imports of Aluminum into The United States

Estos aranceles también son del 25% y aplican a todas las importaciones independientemente de su origen. Sin embargo, estos productos representan apenas el 1.0% del total de las exportaciones de México y a 0.26% del PIB por lo que su impacto será limitado. Además, al ser un arancel que aplicará a todos los países, la competitividad relativa de México frente a terceros países no es afectada.

4. Aranceles a la cerveza: Implementation of Duties on Aluminum Derivatives Beer and Empty Aluminum Cans
La cerveza de malta y las latas de aluminio vacías enfrentan un arancel del 25%, en línea con lo que se impone a exportadores de otros países.

Cabe destacar que México y Canadá no fueron incluidos en el anuncio de aranceles recíprocos del 2 de abril. Por lo tanto, su situación no cambió con la suspensión parcial y temporal (de 90 días) anunciada el 9 de abril.

¿Cómo afectan estos aranceles a México?

La fuente principal de información es la herramienta USA Trade del US Census Bureau la cual recaba información a nivel de distrito de las importaciones estadounidenses siguiendo el Sistema Armonizado (HS) de clasificaciónmismo que sigue el Harmonized Tariff Schedule (HTS) para identificar las partidas gravadas con arancel.[4] Con el objeto de poder hacer una estimación precisa de la exposición de México, debemos separar las fracciones arancelarias consideradas en las órdenes ejecutivas y estimar cuánto representaron de las importaciones con EUA en 2024. La oficina del Census identifica 32,583 fracciones arancelarias en las cuáles México participa en 8,937 (en 27.4% importa al menos mil dólares). Identificamos en las órdenes ejecutivas vigentes las fracciones gravadas. En la orden de Acero y Aluminio se describen 39 partidas arancelarias (a las que se aplican arancel a todas las fracciones contenidas). En la orden de Automotriz se detallan 2 partidas, 28 subpartidas y 117 fracciones arancelarias de la industria automotriz. La orden ejecutiva para la Cerveza describe 2 relacionadas a la cerveza y latas de aluminio. Finalmente, la orden ejecutiva de Seguridad y Migración específica un arancel del 10% para cualquier mineral de potasio importado de Canadá y México que no se beneficie de la preferencia del T-MEC.[5] El cuadro a continuación muestra el volumen de importación de las fracciones correspondientes a cada orden ejecutiva así como de la orden general de Seguridad y Migración.



En 2024, México exportó 505.9 mil millones de dólares (mdd) a Estados Unidos. De ese total, el 48.9% se realizó bajo el T-MEC, mientras que el 51.1% restante quedó fuera del tratado. Esto implica que más de la mitad de las exportaciones mexicanas enfrentarían actualmente un arancel de al menos  25%, una carga tarifaria considerable. A esto se suman los sectores con tarifas adicionales. Por ejemplo, las exportaciones automotrices que no se canalizan a través del T-MEC están sujetas a un arancel combinado del 50%. Éstas suman 86.6 mil mdd, lo que representa el 17.1% de las exportaciones mexicanas a ese país.

En resumen, utilizando los datos al cierre de 2024:

      19.1% de las exportaciones enfrentan un arancel del 50%.

      55.4% enfrentan un arancel del 25%.

      Solo 25.6% están libres de aranceles.

Con esta distribución, el arancel promedio ponderado que enfrenta México es de 23.4%, bajo el supuesto de que las compras estadounidenses de bienes mexicanos se comportan como en 2024 y sólo los bienes sin aranceles específicos vía T-MEC exentan, el resto paga el arancel completo.[6]

¿Qué podría pasar en los próximos meses?


Es probable que esta composición cambie. Muchos exportadores que previamente evitaban utilizar el T-MEC por los costos administrativos de demostrar cumplimiento con las reglas de origen estarían reevaluando su decisión ante el nuevo entorno arancelario. Aunque no se puede determinar con precisión cuántas empresas adoptarán el tratado, se anticipa un uso más intensivo del acuerdo.

En el caso del sector automotriz, se espera que en el corto plazo se documente de manera sistemática el contenido estadounidense de las exportaciones, lo que permitirá aplicar deducciones arancelarias y reducir significativamente la carga fiscal.

Un escenario plausible es que, al considerar el contenido estadounidense en las exportaciones automotrices mexicanas (en promedio 18.3%), el arancel general promedio pronto baje a 13.1%. Si además se alcanza el máximo histórico de exportaciones que se exportan vía T-MEC (64.2%), el arancel podría reducirse aún más. Y si la administración Trump accede a disminuir los aranceles por migración y fentanilo al 12%, el promedio caería hasta 8.4%. Esto colocaría a México entre los países con menores niveles de proteccionismo relativo por parte de Estados Unidos a nivel global.

La tabla a continuación muestra distintos escenarios arancelarios dependiendo del porcentaje de exportaciones que se canalicen a través del T-MEC y de si Estados Unidos decide reducir el arancel de migración y fentanilo del 25% al 12% .



Finalmente, en diversos medios públicos[7] se ha planteado la meta de que México exporte entre 80-90% de sus mercancías bajo el amparo del T-MEC. Si bien esta cifra es ambiciosa y por encima del máximo histórico del 64%; este escenario, sumado a que se lleguen a acuerdos en materia de seguridad y migración que reduzcan el arancel a 12% para mercancías fuera del tratado, reduciría el arancel ponderado hasta un mínimo estimado del 5.4%, siendo este el mejor escenario posible para México.

Algunas reflexiones de Política Pública

Para reducir el arancel promedio que enfrentan las exportaciones mexicanas, la política industrial debe centrarse en maximizar el porcentaje de comercio que se realiza bajo el amparo del T-MEC. Esto permitiría reducir el nivel de proteccionismo que enfrenta México en comparación con otras economías, particularmente China, con la que compite directamente por participación en el mercado estadounidense y por la atracción de inversión extranjera directa. A su vez, esto podría revitalizar el nearshoring, que ha cobrado relevancia en los últimos años.

En ese sentido, es positivo que este objetivo haya sido incluido como una de las prioridades centrales del llamado “Plan México”, una estrategia que busca fortalecer la integración económica con Estados Unidos mediante el incremento del contenido nacional de las exportaciones mexicanas.

Para lograrlo, consideramos necesario crear un padrón nacional de proveedores, que permita a las empresas exportadoras identificar a proveedores nacionales que puedan ayudarlas a cumplir con las reglas de origen del T-MEC y, con ello, aumentar el porcentaje de exportaciones elegibles bajo el tratado.

Además, se debe fortalecer el programa de garantías de NAFIN, de modo que las pequeñas y medianas empresas con potencial para integrarse a las cadenas de valor del sector exportador puedan acceder al financiamiento necesario para expandir su capacidad productiva.

En paralelo, el gobierno mexicano debe continuar colaborando de forma activa en los temas clave que han sido vinculados a la política arancelaria de Estados Unidos, como la migración y el tráfico de fentanilo. Estos esfuerzos han sido muy positivos y ya han sido reconocidos por la administración Trump y, de mantenerse, podrían facilitar una reducción del arancel del 25% al 12%.

Asimismo, es indispensable reforzar el trabajo de cabildeo en Estados Unidos. Es crucial seguir comunicando, tanto a congresistas como al sector privado y a la propia administración, que el proteccionismo hacia México no sólo perjudica a nuestro país, sino que también debilita la competitividad de la economía estadounidense.

Si bien el arancel promedio que enfrenta México es actualmente significativamente más alto que el del año pasado, sigue siendo mucho menor al que se impone sobre China. Esta diferencia puede representar una oportunidad estratégica para atraer inversiones que buscan evitar las barreras comerciales más severas.

Como hemos mencionado en otras ocasiones, para capitalizar esta oportunidad es fundamental reducir la incertidumbre jurídica derivada de la reforma al sistema judicial, así como incrementar la inversión privada en el sector eléctrico, elementos clave para consolidar a México como un destino competitivo y confiable para el capital internacional.





[1] Estas mercancías cuentan con órdenes ejecutivas específicas.

[2] La orden ejecutiva de “Aranceles Recíprocos” del 2 de abril consideran la posibilidad de que las exportaciones mexicanas realizadas fuera del T-MEC tendrán un arancel del 12% en lugar del 25%, en caso de que se alcancen acuerdos satisfactorios en materia de seguridad y migración.

[3] Utilizando las OECD – WTO Inter-Country Input-Output tables (ICIO) y siguiendo la metodología de Borin and Mancini (2019) podemos desagregar el contenido en las exportaciones mexicanas en términos de contenido doméstico y extranjero. En el caso de la industria automotriz, en promedio 18.3% son de contenido estadounidense. En otros medios, se ha hablado que el contenido estadounidense de un vehículo mexicano exportado a este país puede alcanzar hasta el 40%. Ver aquí.

[4] Seleccionamos el reporte: Imports Harmonized System (HS) District-level Data

[5] See Annex for further details.

[6] Estamos considerando que no hay un efecto sustitución por parte del mercado estadounidense. La economía nos dice que, ceteris paribus, si los precios suben, la demanda baja; pero generalmente no en la misma proporción. Nuestro ejercicio simplemente busca estimar el costo adicional del mercado estadounidense de importar la misma canasta de productos mexicanos.

[7] El 7 de marzo de 2025, mediante un comunicado de prensa la Secretaría de Economía estimó que las mercancías bajo amparo del T-MEC pasen “del 50 a 90%”. 

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