Los saltos visibles en el año 2020, especialmente para los deciles I a IV, podrían responder a la confluencia de tres factores durante la crisis sanitaria, que terminaron por afectar en mayor medida a los hogares en el decil más pobre: el incremento de los precios de los equipos, la mayor demanda y la reducción de los ingresos de los hogares.
Conclusiones y propuestas para combatir la brecha tecnológicaA pesar de la diversidad en la oferta de equipos móviles y las mejoras en los ingresos de los hogares mexicanos, aquellos ubicados en el decil de ingreso más bajo han enfrentado barreras significativamente mayores a lo largo del tiempo para acceder a dispositivos y servicios móviles en comparación con el resto de los hogares.
Como resultado, los hogares más desfavorecidos no logran aprovechar plenamente las capacidades tecnológicas incorporadas los smartphones, las cuales, junto con la conectividad, facilitan un ejercicio más completo de derechos fundamentales como a la educación y la salud, así como el aumento de la productividad que estas tecnologías posibilitan.
Para aliviar esta carga económica para los hogares económicamente más vulnerables y garantizar el derecho a la conectividad, se proponen tres medidas de política fiscal que podrían aproximar a un escenario de universalidad, al menos en lo que respecta al acceso a los smartphones, y que a su vez incentivaría la migración hacia dispositivos con capacidades tecnológicas superiores.
En primer lugar, se propone la eliminación de impuestos al consumo tanto para los teléfonos inteligentes como para la prestación de servicios a través de redes de telecomunicaciones, especialmente si están vinculados a la salud o la educación.
Además, se sugiere otorgar subsidios a los hogares ubicados en los primeros tres deciles de ingreso, especialmente a los estudiantes, para que puedan adquirir equipos y servicios que faciliten sus estudios de manera remota y así evitar la deserción académica.
Por último, se plantea la implementación de financiamientos gubernamentales o programas donde el gobierno actúe como aval solidario para permitir el acceso o la migración a equipos de mejor calidad, especialmente dirigidos a los hogares pertenecientes al decil con menores ingresos (decil I).
Estas medidas tienen por objeto no solo aumentar la accesibilidad de los hogares mexicanos a la tecnología, sino también promover una distribución más equitativa que contribuya a maximizar el aprovechamiento de los beneficios que habilitan los smartphones y la conectividad móvil entre los hogares con menores ingresos.
[1] En la construcción de este análisis, se separó a los hogares en deciles según su ingreso trimestral, es decir, se acomodó al total de hogares con base en sus ingresos y se dividieron en 10 grupos del mismo tamaño. Así, el decil I representa el 10% de los hogares con menores ingresos, el decil II representa al siguiente 10% de hogares con menos ingresos, y así sucesivamente hasta llegar al decil X, en donde está el 10% de los hogares con mayores ingresos.
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