Muy buenos días. Agradezco a Susan Segal, presidenta y CEO del Consejo de las Américas, por la amable invitación. Saludo también a los representantes del sector privado y del sector público que nos acompañan en este espacio. Es un enorme gusto contar con un foro para discutir temas de la mayor trascendencia, como lo es el potencial económico de nuestro país. Permítanme comenzar destacando que, pese a un panorama económico internacional desafiante, la economía mexicana ha demostrado una fortaleza notable, caracterizada por una profunda transformación que está reconfigurando el tejido mismo de nuestra sociedad y economía. La transformación se ha basado en cuatro pilares fundamentales. El primer pilar se centra en fortalecer los ingresos familiares, especialmente en los deciles más bajos. Lo anterior se ha impulsado a través de medidas como el aumento del salario mínimo, la eliminación de prácticas de subcontratación laboral y la implementación de extensos programas sociales dirigidos a grupos vulnerables. Este incremento de ingresos ha elevado significativamente la tasa de crecimiento del consumo, que actualmente se sitúa en 4.3%, cifra superior 2 al promedio histórico de 2.6%. Con ello el consumo se ha convertido en una fuerza impulsora del crecimiento económico. En segundo lugar, se ha apostado por grandes proyectos de desarrollo regional mediante una inversión pública sin precedentes, desde el ambicioso proyecto del Tren Maya hasta la revitalización del Istmo de Tehuantepec. Destaca también la expansión de la capacidad de refinación nacional, la modernización de vías férreas, caminos y puertos, entre otros proyectos que están sentando las bases para un crecimiento equitativo y sostenible en todas las regiones de nuestro país. Reconocemos la importancia de reforzar las políticas del lado de la oferta como modernizar nuestros acuerdos comerciales, no aumentar ni crear nuevos impuestos e impulsar proyectos como el PACIC. Por último, el cuarto pilar son las finanzas públicas equilibradas, fundamentadas en el compromiso de mantener un nivel sostenible de deuda pública. Con ello, sentamos las bases para la estabilidad y confianza necesarias para atraer inversiones, estimular el crecimiento y salvaguardar la prosperidad futura de nuestra nación. En los últimos tres años, el crecimiento económico de nuestro país ha estado por arriba de su promedio histórico y ha superado las expectativas de analistas y participantes del mercado. 3 Para los próximos años, estamos anticipando que esta dinámica positiva se mantenga. Ello por el espacio que aún tiene la economía para recuperar la tendencia previa a la pandemia y por el impulso generado por los procesos de reconfiguración de las cadenas globales de valor. Durante estos años de sólido crecimiento, hemos observado varias características distintivas respecto a otras etapas en la historia económica de nuestro país. En primer lugar, destaca el dinamismo de la actividad económica en los estados del sur del país. La región sur, no solo fue la primera en recuperarse de los impactos negativos de la pandemia, sino que además ha mostrado el mayor dinamismo en los últimos años. Destaco que, entre el cuarto trimestre de 2018 y el tercero de 2023, 4 de los 6 estados con mejor desempeño económico pertenecen a esta región. Tabasco con un crecimiento acumulado de 49%, Oaxaca con 18%, Quintana Roo con 13% y Chiapas con 10%. De esta manera, ha comenzado un proceso de convergencia que está allanando el camino hacia un desarrollo económico equitativo en todas las regiones de México y que permitirá emparejar las condiciones económicas y sociales de los estados del sur con las del resto del país. 4 Así, se está consolidando cada vez más un desarrollo económico próspero e igualitario entre todos los rincones de México. Este notable desempeño económico se ha dado en un entorno en el que el sector externo se mantiene en equilibrio, con déficits de cuenta corriente moderados y con reservas internacionales en máximos históricos. Asimismo, el tipo de cambio se ha fortalecido en los últimos años. Desde finales de 2019 a la fecha, el peso se ha apreciado en más de 10% y se encuentra en niveles similares a los que tenía a finales de 2015. El otro elemento que ha caracterizado al desempeño económico de los últimos años ha sido su carácter intensivo en inversión, tanto pública como privada. Tan solo en 2023, la inversión creció a un ritmo récord de 19.5%, con lo que alcanzó un máximo histórico, ya sea que se le mida en pesos constantes o en porcentaje del PIB. Conviene destacar que la mayor parte del crecimiento de la inversión proviene de inversión en construcción no residencial. Esto es importante porque estas nuevas estructuras elevan la capacidad productiva del país, con efectos positivos sobre el crecimiento potencial de la economía. Nuestras perspectivas para el desempeño de la inversión se mantienen positivas en la medida en que la confianza empresarial permanece en niveles muy por arriba de su promedio histórico. 5 Aunado a lo anterior, nuestro país se ha consolidado como uno de los destinos más importantes para las inversiones internacionales. Durante 2023, la economía recibió un monto histórico de 36 mil millones de dólares por concepto de inversión extranjera directa. En la actualidad nuestro país se encuentra en la posición ideal para consolidar y extender los resultados económicos mencionados. Como ustedes saben, el nearshoring representa una gran oportunidad para que México se consolide como jugador líder en el mercado internacional. Así, nuestro país se encuentra en una posición privilegiada para aprovechar las tendencias de reconfiguración de las cadenas globales de valor. Empresas de todo el mundo están mirando hacia nosotros para establecer sus operaciones y aprovechar las numerosas bondades que nuestro país ofrece. Ya hemos visto algunas señales tempranas de los beneficios de estas tendencias. Por ejemplo, en 2023 México se consolidó como el principal socio comercial de los Estados Unidos. Hay sectores como el automotriz en los que México lleva varios años siendo uno de los competidores más importantes a nivel internacional. Sin embargo, estamos viendo el surgimiento de nuevas industrias en sectores menos tradicionales como la producción de vehículos eléctricos. 6 Asimismo, los anuncios de inversión por parte de empresas internacionales nos permiten anticipar que durante este año y el siguiente seguiremos viendo cifras importantes de Inversión Extranjera Directa que podrían incluso superar las de 2023. Las razones que hacen de nuestro país el destino ideal en la coyuntura actual son bien conocidas. Nuestra extensa red de tratados comerciales, nuestra posición geográfica, fuerza laboral calificada y el entorno de estabilidad económica y social que prevalece en nuestro país son algunas de las más importantes. Por supuesto, si bien las oportunidades son abundantes, también debemos reconocer los desafíos que se avecinan y en los que, de manera coordinada el sector público y la iniciativa privada deberemos seguir trabajando. Reforzar la oferta de energía limpia, la reconversión de habilidades laborales y la certificación internacional de proveedores son algunos de los desafíos que demandan nuestra atención para fortalecer la integración en las cadenas globales de valor. Estamos confiados en que gracias al trabajo conjunto de la iniciativa privada y el sector público nuestro país será capaz de atender estas y otras necesidades que demanden los procesos de relocalización. En este sentido, el nearshoring puede ser también un catalizador del desarrollo regional. 7 Los beneficios de las nuevas y mayores inversiones se pueden y deben extender a lo largo y ancho del territorio. Esto asegurando que cada región pueda desarrollar su potencial, aprovechando sus ventajas comparativas en dotación de recursos, especialización sectorial y conectividad con el mercado global y nacional. En este sentido, me gustaría señalar que la inversión de la que les hablaba hace unos minutos ha significado también una expansión de la capacidad productiva de nuestro país y sentado las bases para el buen desarrollo de la producción y la innovación. Esto permitirá que los beneficios de la relocalización de empresas se extiendan a todas las regiones de México. En suma, el sector público y privado debemos trabajar juntos para crear un entorno propicio para los negocios, invertir en nuestra gente y promover la innovación. Con estos esfuerzos conjuntos, estoy seguro de que México avanzará hacia un futuro con bienestar. Concluyo agradeciendo nuevamente la invitación y reitero nuestro compromiso desde la Secretaría de Hacienda para seguir trabajando con la iniciativa privada en promover el desarrollo económico de nuestro país.
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