martes, 14 de junio de 2022

Inclusión Financiera de las Empresas en México

En los últimos años se han hecho diversos esfuerzos encaminados a desarrollar un sistema financiero más estable, sólido e incluyente. Estas acciones han posicionado a México como un país que busca promover un mayor acceso al sistema financiero formal.

En la FUNDEF hemos publicado diferentes estudios sobre cómo se da el proceso de inclusión financiera para las personas. 

Los resultados indican que a nivel producto la mayor inclusión se da en ahorro y ahorro para el retiro y la menor en crédito y seguros. El 68% de los adultos en México tiene al menos un producto financiero. Los que tienen tres productos (ahorro, crédito y seguro) son solamente el 13.5% de la población.

El objetivo de este documento es entender el proceso de inclusión financiera de las empresas a partir de los resultados de la ENAFIN. La hipótesis del trabajo es que el proceso de inclusión financiera de las empresas tiene un cierto paralelismo con el de las personas.

La ENAFIN es representativa de 273 mil empresas que tienen 6 o más trabajadores, se ubican en poblaciones de más de 50 mil habitantes e incluye a los sectores de la construcción, manufacturas, comercio y servicios.  No es representativa de todas las empresas que hay en México. De acuerdo con el Censo Económico del 2019 había 6.3 millones de establecimientos en nuestro país. 

Por lo tanto, las conclusiones de este trabajo solo serán representativas para un grupo limitado de empresas que operan en México. Aunque no se puedan generalizar sus resultados, si da una idea del proceso de inclusión.

El nivel de inclusión de las 273 mil empresas es adecuado ya que el 87% declaró tener al menos un producto. 

El dato de tener al menos un producto para personas físicas en localidades de más de 100 mil habitantes es de 79%. La brecha de inclusión entre personas y empresas no es tan grande en las localidades de mayor tamaño sobre todo si se considera que se excluyen a las empresas con cinco o menos trabajadores.

La ENAFIN nos revela un buen uso de los productos de captación y de seguros. También se aprecia una alta utilización de los canales transaccionales tradicionales que ofrece la banca como la sucursal. Hay una tendencia a usar menos el efectivo.

En la dimensión en la que la inclusión es baja y la brecha no es grande es en crédito. La inclusión de crédito para personas en 2018 era del 31%. El dato no es muy distinto a los de la ENAFIN. 

A continuación, se presentan algunos de los resultados específicos de la ENAFIN para entender mejor el comportamiento de inclusión de las empresas.

El producto de captación es el que más utilizan. En la gráfica se presenta el porcentaje de inclusión para tres productos de captación. Al igual que para las personas se puede considerar que es el producto de entrada al sistema financiero.


Para hacer sus transacciones, las empresas prefieren realizarlas en sucursal o en línea. Utilizan menos otros canales como es el caso del bajo uso de los cajeros automáticos. Es interesante que el uso de los canales para hacer transacciones no depende del tamaño de la empresa.


Sobre qué tan relevante es el uso del efectivo como único medio de pago para las empresas de la ENAFIN, el nivel de aceptación de solo efectivo es muy bajo.

 

El porcentaje de empresas que reciben pagos electrónicos con tarjeta es muy alto en el sector de comercio y de servicios y menor en los otros dos, lo que es consistente con su actividad. En la siguiente gráfica se presentan los datos por sector para 2015 y 2018.

 


 

Sobre las empresas que no aceptan pagos con tarjeta, es interesante que la principal explicación es debido a que prefieren el pago por transferencia que es otro medio de pago electrónico. Solo el 18% del total de las empresas encuestadas prefiere el efectivo.

 


En cuanto al producto de seguros, se puede apreciar una alta participación en los distintos sectores teniendo un nivel de inclusión promedio de un 70%. El principal seguro que tienen es el de daños con una participación del 85% dentro de las empresas incluidas.


Los datos de la ENAFIN nos revelan que el porcentaje de las empresas que tuvieron acceso a un financiamiento durante 2018 es limitado con un 21.2%.

Se aprecian dos fenómenos en las gráficas. El primero es que hay un mayor acceso al financiamiento por parte de las empresas medianas y grandes respecto del resto y el otro es que la principal fuente de financiamiento es la banca comercial.


Otros datos que se presentan en el documento como los bajos niveles de solicitudes de crédito y las razones para no pedir un crédito nos indican que puede existir un fenómeno de exclusión voluntaria.

En síntesis, encontramos que hay comportamientos similares y divergentes entre personas y empresas. Los paralelismos en inclusión financiera entre ambos grupos son que inician por el producto de captación y el limitado nivel de inclusión en crédito. Las diferencias son que se usan más los pagos electrónicos y la inclusión de seguros es elevada para las empresas en comparación con la de las personas.

En cuanto a los niveles absolutos de inclusión, los datos nos muestran que el principal reto de política pública y para el sector financiero en los próximos años es aumentarla para el producto de crédito.

Una última reflexión. Dada la limitada representatividad de la ENAFIN respecto del total de establecimientos es claro que el reto de inclusión en empresas es mayor al que muestra la encuesta. Esto debido a que no se incluyeron los establecimientos de menor tamaño y los de zonas rurales. Por lo tanto, la realidad de la inclusión de empresas es menos favorable que la que se presentó.

Te invitamos a descargarlo en el siguiente link: “Inclusión Financiera de las Empresas en México”

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