La demanda interna en febrero repuntó. El
consumo aumentó 0.6% mensual impulsado por el
de bienes importados. La inversión creció 0.7%
mensual, ante el aumento en maquinaria y equipo,
ya que la construcción se redujo.
• El empleo en el IMSS creció 2.5% anual en abril.
Con cifras desestacionalizadas, el aumento mensual
fue de 0.1%, desde 0.3% el mes previo.
Mercados financieros
• Señales de desaceleración en el mercado laboral y
comentarios de Powell impactaron a los mercados
financieros. Los rendimientos de los bonos del
Tesoro de EUA a 2 y 10 años se ubican en 4.82%
(+0.3pb) y 4.49% (-2.4pb), mismo orden. Por su
parte, los Bonos M en México a los mismos plazos
registran 10.48% (-1.0pb) y 9.60% (+0.2pb),
respectivamente. A su vez, el tipo de cambio cotiza
en 16.89
Mañana
Publicaremos nuestra Encuesta Citibanamex de
Expectativas y el INEGI publicará la confianza del
consumidor para abril.
El empleo formal con señales de desaceleración en abril
En abril, el número de trabajadores afiliados al IMSS
llegó a 22.37 millones, un aumento de 2.5% anual.
Esta tasa implica un aumento desde el mes anterior
(2.3%), pero ambas cifras se ubican por debajo del
aumento promedio del año pasado de 3.6%. Por
sectores económicos, el mayor incremento anual se
registró en transportes y comunicaciones (7.0%),
construcción (5.2%) y comercio (3.5%). Al tiempo que
las entidades federativas con los mayores aumentos
fueron Quintana Roo (6.5%), Hidalgo (5.3%) y el Estado
de México (5.1%). Mientras que se registraron caídas en
Tabasco (-9.0%), Chihuahua (-0.5%) y Sinaloa (-0.1%).
Estimamos que, con cifras desestacionalizadas el
empleo creció 0.1% mensual en marzo. Ello después
de registrar 0.3% en marzo, lo que se traduce en un
aumento de 28,242 plazas en el mes.
El salario medio de cotización llegó a 578 pesos
diarios. Ello implicó un aumento anual nominal de
9.6%, mientras que estimamos que el crecimiento del
salario real se ubica en 4.7%, el más bajo desde abril
2023. Con ello, la masa salarial real aumentó 7.3%, la
menor tasa desde febrero de 2023.
Anticipamos que el empleo continúe
desacelerándose en lo que resta del año. En este
sentido, anticipamos que alcanzaría una tasa de
crecimiento de 2.6% desde el 3.6% de 2023, mientras
que para el salario real estimamos un incremento de
3.7%, menor al 5.1% del año anterior.
Señales con sesgo “paloma” impactan a los mercados financieros
Powell cierra la puerta a aumentos en la tasa de
fondos federales. El miércoles en la conferencia de
prensa posterior a la decisión de política monetaria,
Jerome Powell rechazó las apuestas sobre un ajuste al
alza, reafirmando el sesgo hacia recortes del banco
central, y sumando importancia al mandato de empleo
de esta institución.
Señales de desaceleración en el mercado laboral de
EUA. El viernes, la nómina no agrícola de abril
sorprendió a la baja, indicando la creación de 175 mil
nuevos puestos de trabajo, menos de lo esperado por
el consenso (238 mil). A su vez, la tasa de desempleo se
incrementó más de lo esperado, pasando de 3.8% a
3.9%. Esperamos que los datos del mercado laboral
sigan debilitándose en los próximos meses con un
aumento en la tasa de desempleo.
Una revaluación moderada en las expectativas de
política monetaria de la Fed. Con lo anterior, los
mercados financieros ahora anticipan más recortes
que anteriormente, actualmente se estima 29.2% de
probabilidad para un recorte en julio y 48.9% en
septiembre. Por su parte, el rendimiento de los bonos
del Tesoro a 2 y 10 años se ubica en 4.82% (+0.3pb) y
4.49% (-2.4pb), respectivamente.
En México reaccionan las tasas y el tipo de cambio. En
línea con los movimientos en EUA, los Bonos M en el
mercado de renta fija mexicana a 2 y 10 años registran
10.48% (-1.0pb) y 9.60% (+0.2pb), respectivamente. A
su vez, el tipo de cambio cotiza en 16.89 una
apreciación de 0.53% respecto del cierre anterior.
Elección 2024: entre continuidad o alternancia
Prácticamente todo el país podría cambiar de manos
el próximo 2 de junio. 98.3 millones de votantes serán
convocados a las urnas para elegir 629 funcionarios
federales y 20,079 locales. Las elecciones
presidenciales de este siglo han registrado una
participación promedio de casi 63%, eso en esta
ocasión representaría 61.9 millones de votantes. Esto
se debe a la concurrencia sin precedente, de elecciones
federales y locales: presidente, 128 senadores, 500
diputados federales, 9 gobernadores, 1,802
presidentes municipales, 1,098 diputados locales,
1,975 sindicaturas, 14,764 regidurías y 431 cargos
auxiliares. Hoy, Morena y sus aliados dominan la mayor
parte de esos cargos y tratarán de refrendar su
mandato, pero hace tiempo que los votantes
mexicanos saben ejercer alternancia.
En conjunto, Morena y sus aliados (PT, PVEM y PES)
controlan la mayoría de los cargos en disputa. Esto es,
la presidencia de la República; 23 de 32 gobernadores;
mayorías absolutas en ambas cámaras del Congreso
de la Unión; las mayorías de la más de la mitad de los
congresos estatales y la mayor parte de la población
municipal (gráfica 1). A partir de 2018, los dos partidos
históricos del sistema, PAN y PRI han disminuido notoriamente su participación en todos los órdenes de
gobierno, y el PRD a casi desaparecido del panorama
electoral.
De los nueve estados que renovarán gobernador,
Morena gobierna seis, PAN dos y Movimiento
Ciudadano (MC) uno. Cuatro de ellas exhiben alta
competencia y podrían cambiar de partido en el
poder. Antes de 2018, Morena no gobernaba ningún
estado, pero, a lo largo de este sexenio, ha ido
conquistando la mayoría de éstos a costa,
principalmente, del PRI, que hoy ya solo gobierna
Coahuila y Durango (mapa 1). Para Morena y MC ésta
será la primera vez que sus gobiernos estatales se
sometan a la evaluación de los votantes. Según las
encuestas electorales publicadas, el PAN lleva la
delantera en las dos entidades que controla,
Guanajuato y Yucatán. Morena exhibe amplia ventaja
en Chiapas, Puebla y Tabasco. Los cuatro estados
restantes están competidos: la Ciudad de México,
Jalisco, Morelos y Veracruz, ello podría derivar en
alternancia. En lo que va de este sexenio, 59% de las
elecciones de gobernador han concluido en
alternancia.
Morena podría volver a controlar el Senado como en
2018. Como la presidencia, el Senado sólo se renueva
cada seis años. Está integrado por 128 senadores, 64
de primera mayoría, 32 de primera minoría y 32 por el
principio de representación proporcional. Esto significa
que los partidos o coaliciones postulan fórmulas de dos candidatos en cada estado, la opción que más voto
para senador obtiene coloca a sus dos candidatos, y la
opción que queda en segundo lugar (es decir que es la
primera minoría) coloca sólo al primero en la fórmula.
Los 32 escaños restantes se distribuyen de entre las
listas de representación proporcional de cada opción,
según el porcentaje de voto que hayan conseguido. De
acuerdo con las últimas proyecciones por entidad federativa, anticipamos que el Senado podría volver a
quedar mayoritariamente en manos de Morena y sus
aliados, aunque lejos de la mayoría calificada,
equivalente a dos terceras partes o 67% de los asientos
(cuadro 1).
La próxima distribución de la Cámara de Diputados es
más incierta. La Cámara, integrada por 300 diputados
de mayoría relativa y 200 de representación
proporcional, se renueva cada tres años. En 2018, la
disputa legislativa ocurrió entre tres grandes alianzas
PAN-PRD-MC, PRI-PVEM-NA y Morena-PT-PES. La
división de los dos grandes partidos históricos le
permitió a Morena y sus aliados ganar la mayor parte
de los asientos o curules. Habiendo obtenido 46% del
voto para diputados federales se hicieron de 62% de
las curules porque ganaron la mayor parte de las 300
elecciones de mayoría relativa (cuadro 2). En 2021, la
oposición se integró en una alianza y como resultado,
aunque Morena y aliados obtuvieron 44% del voto
(sólo dos puntos menos que en 2018), la alianza
oficialista no ganó tantas elecciones de mayoría
relativa y se quedó con 55.6% de las curules (6 puntos
porcentuales -pp- menos que en 2018). En esta
ocasión, anticipamos que MC podría volver a captar
entre 6 y 8% del voto total, como en 2021. El resto de
esta elección lo disputarán las dos grandes coaliciones,
la oficialista y la de oposición. Si ambas coaliciones empatan más o menos su voto para diputados,
estimamos que la encabezada por Morena se quedaría
con una frágil mayoría de las curules, algo entre 50 y
52%. Si Morena y aliados aventajan a la oposición por
más de 3 y hasta 10pp, conseguirían una mayoría
absoluta robusta, de entre 55 y 60% de las curules, a
partir de la cual podrían avasallar el proceso legislativo,
sin negociar en forma alguna con la oposición, como
han hecho durante el último par de años. Con una
mayoría frágil, los posicionamientos de MC definirían la
fuerza de negociación que la oposición tendría. El único
escenario en el que Morena y aliados no obtendrían
mayoría absoluta en la Cámara sería uno en el que la
oposición los aventajara por más de 3pp del voto total
para diputado federal.
La lucha por el control municipal es muy intensa,
sobre todo en ciudades con más de 100 mil
habitantes. Sólo dos entidades no renovarán
autoridades municipales en esta elección, Durango y
Veracruz. Además, Oaxaca tiene 418 municipios que
eligen autoridades por usos y costumbres, no en
elecciones. En consecuencia, 1,802 municipios
cambiarán de autoridades este año. Morena gobierna
la mayoría de esas poblaciones municipales en 19 de
las 32 entidades federativas, el PAN controla la
mayoría en siete y el PRI, en dos (cuadro 3).
Cada vez más, los mexicanos optan por alternar a los
partidos que los gobiernan. En la medida que el voto
fue adquiriendo garantías democráticas, los electores
mexicanos han aprendido a ejercer su capacidad de
castigar a quienes perciben como malos gobiernos,
retirándolos del poder público. La gráfica 2 muestra el
porcentaje de municipios que han cambiado de partido
en el poder desde fines de los años 70 del siglo pasado.
En 2018, Morena y aliados ganaron la mayor parte de
las alcaldías en juego ya que el voto por López Obrador
arrastró consigo voto hacia todas las otras pistas, En
ese año, 66% de los ayuntamientos que celebraron
elecciones cambió de partido en el poder, PAN y PRI
salieron de sus enclaves y, en los años transcurridos
desde entonces, la tendencia se ha mantenido.
31 congresos estatales estarán en juego, serán
fundamentales para el desempeño de los
gobernadores y para la autorización de reformas
constitucionales. Sólo Coahuila no renovará a su
congreso local, el resto de las entidades sí los someterá
a las urnas en este año. Desde 2018, Morena y aliados
han ganado el control de 15 congresos en elecciones y,
luego, sus bancadas han crecido en otros a partir de
acuerdos políticos, con lo cual hoy están en
condiciones de garantizar que suficientes congresos
estatales respalden las reformas constitucionales de la
Cuarta Transformación (cuadro 4).
En elecciones que concurren con una presidencial
paradigmática tiende a suceder que ésta arrastra
voto hacia las otras pistas en disputa. En las
elecciones generales de 2000 y 2018, el entusiasmo
generado por dos candidaturas presidenciales que
representaban cambio paradigmático (en el 2000 por
la posibilidad de terminar con 70 años de dominancia
priista; en 2018 por la llegada al gobierno de un
proyecto de izquierda por primera vez), el voto por
presidente invadió también a las pistas legislativas, las locales y las municipales que concurrieron. Previo a la
elección del 2000, el PRI todavía constituía un poder
dominante en la geografía política nacional (gráfica 3);
antes de julio 2018, PAN-PRI y PRD ostentaban la
abrumadora mayoría de los cargos de elección (gráfica
4); en ambos casos, el partido que ganó la presidencia
ese año también se llevó la mayor parte de los cargos
en juego. Este año también puede argumentarse que la
elección presidencial plantea una definición
paradigmática, no entre los perfiles de las candidatas a
la presidencia sino entre lo que ellas representan
respecto a darle continuidad al proyecto político del
Presidente López Obrador o detenerlo y revertirlo. Todo
sugiere que Claudia Sheinbaum ganará esa elección, es
decir que la mayor parte del electorado votará por darle
continuidad a la Cuarta transformación. Y el propósito
fundamental de integrar la alianza PAN-PRI-PRD es
contener el efecto de arrastre que el voto presidencial
llegue a tener sobre las otras pistas, en la medida de lo
que posibilite la unificación de sus recursos y bases.
Adicionalmente, las dinámicas de intención de voto
para gobernador, favorables a Morena, pero
cerrándose, en Ciudad de México, Morelos y Veracruz,
muestran una de dos, que muchos electores pueden
anteponer fuertes convicciones locales a su decisión federal -incluso frente a una elección paradigmática- o
simplemente que hay amplios segmentos del
electorado capaces de ejercer voto dividido.