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Pueden propios y extraños alistar maletas y planificar su viaje a los
Pueblos Mágicos mexiquenses, experiencias únicas para compartir en
familia.
• Invitan a descubrir las riquezas naturales, históricas, culturales y gastronómicas que hay en estos sitios.
Toluca, Estado de México, 18 de noviembre de 2020. El
Estado de México es uno de los destinos preferidos en todo México y
cada vez que alguien viene a visitarlo es normal que regrese más de una
vez, ya que es imposible conocer todo lo bueno de la entidad mexiquense
en un fin de semana.
Durante
su visita, los paseantes pueden disfrutar de grandes experiencias
turísticas y culturales, y son cinco motivos que los convencen por
completo y que hacen del Estado de México el lugar favorito para pasear.
Uno
de ellos son los Arcos del Sitio, en Tepotzotlán, centro ecoturístico y
es el acueducto más alto de México, construido durante el siglo XVIII
por los padres Jesuitas del Colegio de Novicios de Tepotzotlán para
llevar agua del río del Oro, que nace en el monte del Pinal, hasta la
hacienda de Xalpa, empleándola en el riego de tierras y demás menesteres
de la finca.
El
monumental acueducto, de singular belleza, tiene una extensión de 5 mil
500 metros de longitud, con una arquería de 438 metros de largo, con un
total de 43 arcos repartidos en cuatro niveles, alcanzando una altura
de 61 metros, por lo que es considerado el más alto de Latinoamérica y
una importante obra arquitectónica hidráulica de los siglos XVIII y XIX.
Para
pasar todo un día en el centro ecoturístico, hay área de comida con
palapas, zona de fogatas y alberca, paseos a caballo y cuatro tirolesas,
además de que también pueden visitar el Pueblo Mágico de Tepotzotlán.
Viaja al pasado minero en El Oro
La
explotación del metal precioso que le da el nombre a este Pueblo Mágico
le proporcionó el patrimonio cultural que sustenta su presente
turístico, su pasado rico y legendario es testimoniado por el Tiro
Norte, el Socavón San Juan, el Teatro Juárez y el Museo de la Minería,
vestigios del esplendor minero de la época colonial que han sido
magníficamente restaurados y te ofrecen una experiencia única.
Este
Pueblo Mágico cuenta con un gran patrimonio arquitectónico, como el
Palacio Municipal, construcción que destaca por sus líneas y
decoraciones en los acabados de madera de su vestíbulo y donde también
se puede admirar el impresionante mural Génesis Minera del artista
mexicano Manuel D’Rugama, alusivo a los tiempos del esplendor minero.
El
Palacio Municipal y el Teatro Juárez son recintos con una clara muestra
de la arquitectura afrancesada con estilos neoclásicos y art nouveau,
tan popular en esta zona a principios del siglo XX.
Una
parada turística obligada es la Presa Brockman, construida para apoyar
la antigua actividad minera y actualmente, se puede andar en bicicleta,
montar a caballo, practicar pesca deportiva o pasear en lancha mientras
disfrutan del paisaje boscoso y el aroma a pino y cedro, además, se
pueden practicar deportes de aventura en esta presa rodeada de
maravillosos paisajes.
Por
otra parte, ubicado en el corazón de la capital del estado, está el
Cosmovitral Jardín Botánico, cuya principal atracción es un inmenso
vitral inspirado en el universo dual día-noche, hombre-mujer y
vida-muerte, del artista tenancinguense Leopoldo Flores.
Se
aloja en un inmueble construido entre 1909 y 1933, que antiguamente
fuera la sede del Mercado 16 de Septiembre. Tiene una elegante fachada
exterior y un alma de hierro forjado estilo art nouveau, fue construido
durante el Porfiriato.
El
jardín está formado por medio millón de fragmentos de vidrio de 28
diferentes colores. Este recinto te sorprenderá con su colección de
plantas y los fantásticos vitrales.
Magia de Teotihuacán y San Martín de las Pirámides
Estos
fraternos y fronterizos municipios mexiquenses forman un solo Pueblo
Mágico que comparte el invalorable patrimonio arqueológico de
Teotihuacán, uno de los yacimientos con más visitantes en México.
El
impresionante conjunto está formado por la Pirámide del Sol, la
Pirámide de la Luna y la Pirámide de la Serpiente Emplumada o Templo de
Quetzalcóatl, dotada de relieves y esculturas que son joyas del arte
prehispánico.
El
Valle de Teotihuacán ofrece un sinfín de actividades y lugares para
hacer una visita única e inolvidable, desde viajar en globo a más de 800
metros de altura sobre las emblemáticas pirámides milenarias, probar
las delicias de la cocina prehispánica, como los gusanos de maguey o dar
un paseo en bicicleta por la zona ecoturística.
Aquí
hay un gran número de talleres artesanales de obsidiana, licores y
conservas de tuna y xoconostle, así como platillos prehispánicos que
puedes deleitar en el interior de una gruta.
Al
sur del Estado de México, Valle de Bravo brinda experiencias
turísticas, deportivas y culturales. Como punto de encuentro se ubica su
extenso lago, ideal para la práctica de deportes acuáticos como kayak,
velero, water ski, standup paddle y flyboard, además de paseos en
lanchas y pequeños yates o bien los deportes extremos como vuelos en Ala
Delta y parapente, escalada y rapel.
Entre
sus espectaculares atractivos turísticos naturales se encuentra la
Cascada Velo de Novia, la más grande de este Pueblo Mágico, el Parque
Monte Alto y sus 20 kilómetros de senderos recreativos para ciclistas y
caminantes, el Parque El Pino, que preserva el famoso ahuehuete de más
de 600 años o el Cerro de La Peña, que ofrece una bella panorámica del
lago de Valle de Bravo.
Recintos
religiosos de gran valor histórico como la Iglesia de San Francisco de
Asís, que resguarda en su interior obras escultóricas del siglo XVII y
es considerado el templo más alto del Estado de México.
Un
punto obligado para los turistas y visitantes de este Pueblo Mágico es
el Templo de Santa María Ahuacatlán, una construcción del siglo XVII que
preserva la histórica imagen de un Cristo negro, muy venerada por los
lugareños y cuyo origen encierra numerosas leyendas que pueden ser
apreciadas en el recinto.
La
Secretaría de Cultura y Turismo del estado que encabeza Marcela
González Salas, invita a seguir descubriendo la riqueza turística y
cultural del estado que está listo para recibir a sus visitantes con la
calidez que caracteriza a las y los mexiquenses.