Se
espera que el sistema bancario mantenga adecuados niveles de
capitalización y liquidez, dada la solidez de sus fundamentos.
▰ El
incremento de la demanda de recursos líquidos de corto plazo por
motivos precautorios asociados a la pandemia y la depreciación
cambiaria, son los factores que explican el reciente cambio de
tendencia en el crecimiento de la captación y el crédito bancarios.
▰ El
crédito al Sector Privado No Financiero creció 10.4 y 11.2% anual
en términos nominales
en marzo y abril, respectivamente, impulsado por el crédito a
empresas. Alrededor
del 30% de este crecimiento está asociado al efecto de la
depreciación del peso.
▰ El
crecimiento de la captación bancaria se aceleró hasta 15.6% anual
nominal en abril
apoyado en los depósitos a la vista de empresas y personas físicas.
Al igual que en el caso del
crédito, cerca de 30% de este crecimiento está asociado al impacto
contable de la depreciación del peso.
▰ Las
fuentes de financiamiento externas continúan disminuyendo.
Inversionistas extranjeros
reducen adicionalmente su tenencia de activos domésticos durante la
pandemia.
▰ La
respuesta regulatoria de Banxico y la CNBV ha sido adecuada.
Se estima necesario un
impulso fiscal y un apoyo vía garantías a través de la banca de
desarrollo para mitigar la crisis y favorecer a una recuperación más
pronta.
BBVA México
destaca en su Informe “Situación Banca”, correspondiente al
primer semestre de 2020, que la incertidumbre y las expectativas
sobre los efectos económicos adversos relacionados con la pandemia
del COVID-19 han generado un incremento extraordinario en la demanda
de liquidez por motivos precautorios. En los últimos meses, tanto
empresas como familias han buscado incrementar lo más posible sus
saldos líquidos para hacer frente a pasivos de corto plazo ante la
falta de certidumbre sobre la duración y el grado de afectación por
la pandemia y las medidas asociadas a su contención.
En consecuencia, este estudio señala que
en los últimos dos meses los depósitos y el crédito total otorgado
por el sistema bancario han mostrado un repunte en su crecimiento, el
cual ha sido potenciado por la depreciación cambiaria y por las
medidas adoptadas por las autoridades y el sector bancario para
apoyar a los acreditados.
No obstante, BBVA México considera que
este crecimiento podría limitarse al corto plazo, no sólo por la
desaceleración económica que ya venía observándose antes del
inicio de la pandemia, sino también porque en la medida en que se
vayan materializando los efectos adversos de esta sobre los ingresos
y, sobre todo, el empleo en la economía, las empresas y las familias
tendrán que hacer uso de los recursos líquidos acumulados en el
sistema bancario. Cabe destacar que la banca mexicana mantiene
fundamentos sólidos y puede hacer frente a los escenarios de riesgos
sobre la actividad económica sin comprometer sus niveles de
capitalización por debajo del mínimo regulatorio.
El crecimiento del crédito al sector
privado no financiero (SPNF) durante los meses de marzo y abril se
elevó a 10.4 y 11.2% anual en términos nominales, respectivamente,
principalmente ante el impulso del crédito a empresas que representa
el 59% del saldo total al SPNF. El repunte en el uso de líneas de
crédito se puede identificar como el principal factor que llevó al
saldo del crédito a empresas a un crecimiento a tasa anual del orden
de 13.5 y 16.0% en términos nominales en marzo y abril,
respectivamente. Sin embargo, el estudio señala que es relevante
que, además de las líneas de crédito, casi el 38% de este
crecimiento se explica por la significativa depreciación del tipo de
cambio, pues el 27% del saldo del crédito a empresas se encuentra
denominado en moneda extranjera. Esto significa que al corregir por
el efecto del tipo de cambio y de la inflación, el crecimiento del
crédito vigente al SPNF se ubicó en 5.0 y 7.5% en términos reales,
respectivamente. Estas tasas aún son elevadas si se toma en cuenta
que en febrero de 2020 el crecimiento anual del crédito a las
empresas en términos reales fue negativo (-0.2%).
En contraste, el informe “Situación
Banca” revela que la tendencia de desaceleración del crecimiento
del crédito al consumo se exacerbó por la menor transaccionalidad
derivada de las medidas de confinamiento y la mayor pérdida de
empleo formal, a tal grado que en abril registró su primera tasa de
crecimiento negativa (-1.9%) en términos reales desde octubre de
2010. Esta desaceleración del crecimiento del crédito al consumo se
refleja en su casi nula aportación al crecimiento anual del crédito
total durante los primeros cuatro meses del año, aun cuando este
tipo de crédito representa 22% del saldo total al SPNF.
Por su parte, el crédito a la vivienda
mantuvo un crecimiento anual de 6.8% en términos reales durante los
primeros cuatro meses del año, un alza de 1.1 puntos porcentuales
respecto al mismo periodo de 2019. Los riesgos sobre el crecimiento
de este segmento son elevados, pues la pandemia intensifica la
tendencia de desaceleración del empleo formal permanente (principal
determinante de la demanda por créditos hipotecarios) observada
desde mediados de 2018.
En lo que se refiere a los riesgos que
plantea el contexto económico sobre varios segmentos del crédito,
el estudio señala que el sistema bancario mantiene niveles bajos de
morosidad y se encuentra bien capitalizado al inicio de la pandemia.
En particular, al cierre de abril el índice de morosidad del SPNF se
ubicó en 2.6%, 0.1 puntos porcentuales por encima de lo observado en
el mismo mes de 2019. Mientras tanto, el índice de capitalización
de la banca múltiple se ubicó en 15.7% en marzo pasado, claramente
por encima del mínimo regulatorio de 10.5%.
La mayor demanda por liquidez también se
reflejó en un crecimiento anual de la captación tradicional de 13.9
y 15.6% en términos nominales en marzo y abril, respectivamente. La
magnitud de esta alza contrasta con la desaceleración de la
captación tradicional observada previo al inicio de la pandemia, que
cerró 2019 con una tasa anual de crecimiento nominal de 5.5%,
producto de la debilidad de la actividad económica y los recortes de
la tasa de interés de corto plazo. De manera similar al crédito, es
relevante destacar que el 28% del crecimiento de la captación
tradicional en marzo y abril se derivó de la significativa
depreciación del peso frente al dólar (17% del saldo de la
captación tradicional está denominado en moneda extranjera). En
consecuencia, al descontar el efecto del tipo de cambio y de la
inflación, el crecimiento de la captación tradicional se ubicó en
6.6 y 8.9% en términos reales, respectivamente. Tasas de crecimiento
de magnitud similar no se observaban desde 2017.
Al interior de la captación tradicional,
tanto los depósitos a la vista como los depósitos a plazo
observaron una relevante aceleración de su crecimiento ante el mayor
ahorro por parte de los consumidores frente a las medidas de
confinamiento y ante la acumulación de los saldos de las líneas de
crédito solicitadas por parte de las empresas. En particular, la
captación a la vista creció 6.6 y 8.9% anual en términos reales,
respectivamente. Esto ya descontando los efectos de la depreciación
del tipo de cambio. Por su parte, la captación a plazo creció 3.1 y
4.3% anual en términos reales después de descontar la depreciación
cambiaria. Estas tasas de crecimiento destacan sobre todo por tener
lugar en un contexto de pérdidas de empleo y de reducciones de la
tasa de interés de corto plazo. Lo anterior refleja que esta
tendencia será de corto plazo y podría revertirse en los próximos
meses a medida que los efectos de la crisis económica comiencen a
impactar a la población.
El incremento de la demanda por liquidez
y el contexto de aversión al riesgo en los mercados financieros que
desató la pandemia se tradujeron en una mayor importancia de los
flujos internos para el financiamiento de la economía del país. El
estudio señala que los inversionistas extranjeros han reducido su
tenencia de instrumentos de renta fija y renta variable emitidos por
el gobierno y las empresas del país, a tal grado que entre marzo y
mayo la tenencia de bonos gubernamentales de mediano y largo plazos
(bonos M) por parte de no residentes se redujo en alrededor de 12,000
millones de dólares. Asimismo, señala que el financiamiento a la
economía que proveen los recursos del Sistema de Ahorro para el
Retiro ha estado sometido a los vaivenes de los mercados financieros
y a una mayor cantidad de retiros por desempleo por parte de
cuentahabientes que perdieron su fuente de ingresos como consecuencia
de la contracción económica.
En suma, la mayor demanda de liquidez por
motivos precautorios y, en buena medida, la depreciación cambiaria,
influyeron en el repunte del crecimiento del crédito y la captación
del sistema bancario. BBVA México considera que este repunte es una
respuesta de corto plazo de empresas y familias para afrontar la
emergencia sanitaria y no es consistente con la recesión económica,
las pérdidas de empleo y las menores tasas de interés que se
esperan en los próximos meses, por lo cual es previsible que las
elevadas tasas de crecimiento no se mantengan a lo largo del año.
Aun ante el contexto económico adverso que se avizora, se espera que
el sistema bancario mantenga niveles adecuados de capitalización y
liquidez, dada la solidez de los fundamentales con que cuenta.
Por lo que toca a las acciones de las
autoridades frente a la contingencia sanitaria, el estudio “Situación
Banca” destaca, por una parte, la respuesta de Banxico al proveer
liquidez a los mercados e introducir medidas destinadas a fomentar el
otorgamiento de crédito por parte de la banca. Por otra parte,
destaca el papel de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores
(CNBV) en la emisión de criterios contables especiales necesarios
para implementar los programas de apoyo de la banca comercial y la
introducción de ajustes temporales a la regulación que buscan
atender la complicada situación que enfrenta el sistema bancario. De
manera adicional, el estudio considera que sería deseable un
programa fiscal expansivo que contribuya a mitigar los efectos de la
crisis sobre las empresas y las familias, así como un despliegue de
las capacidades de la banca de desarrollo mediante programas de
garantías que ayuden a reactivar el crédito.
Acerca
de BBVA México
BBVA
México es una institución líder en México en términos de cartera
y captación. Su modelo de negocio, basado en el cliente como el
centro de negocio y apalancado en la continua innovación, así como
en la mejor tecnología, le permite ofrecer servicios bancarios a
21.6 millones de clientes. Para ofrecer un mejor servicio al cliente,
cuenta con la infraestructura bancaria más amplia del sistema,
integrada por 1,864 sucursales, 13,066 cajeros automáticos y 476,417
terminales punto de venta totales (a febrero de 2020). La continua
inversión en canales alternos a la sucursal ha permitido dar acceso
rápido, fácil y seguro a los servicios financieros a través de la
banca digital a 10.7 millones de clientes. Adicionalmente, a través
de los corresponsales bancarios se ha logrado incrementar el horario
y los puntos de venta en 35,322 tiendas y comercios asociados. La
Responsabilidad Social Corporativa es una constante en el negocio
bancario y por medio de la Fundación BBVA en México se fomenta la
educación, la cultura y el cuidado del medio ambiente.