Mariana A. Torán, Iván Martínez Urquijo, Jorge A. Campos Soto
Banca y Sistema Financiero
La captación bancaria sigue moderando su ritmo de crecimiento
En octubre de 2025, el saldo de la captación bancaria tradicional (vista + plazo) alcanzó un crecimiento real anual de 2.2% (5.9% nominal), cifra inferior al crecimiento promedio observado en el 3T25 (de 3.9% real). Al crecimiento observado en octubre, la captación a la vista contribuyó con 0.9 pp, mientras que la captación a plazo aportó 1.3 pp. En el décimo mes del año,el crecimiento de la captación bancaria sigue mostrando el impacto negativo asociado a la apreciación del tipo de cambio, pues dicho efecto contable restó 1.0 pp al dinamismo. Aún limpiando este efecto continúa observándose una disminución en el crecimiento de los saldos, pues el crecimiento real a tasa anual en octubre ascendió a 3.2% (6.9% nominal), cifra inferior al promedio observado en el 3T25 (4.5% sin efecto inflación y tipo de cambio).
En octubre, los depósitos a la vista registraron un crecimiento anual real de 1.4% (5.0% nominal), inferior al promedio observado en el 3T25 de 3.5% real.Al descontar el efecto contable del tipo de cambio, el crecimiento observado en octubre (2.4%) también se ubicó por debajo del crecimiento observado durante el 3T25, cuya tasa promedio fue del 4.1%.
Por tenedor, se observa un comportamiento mixto. Excepto en el caso de las personas físicas, el resto de los tenedores incrementó su ritmo de crecimiento. En el caso de las personas físicas, la variación anual anual real pasó de 2.1% en septiembre a -7.2% en octubre, la caída más fuerte observada desde febrero de 2023. Por el contrario, para las empresas dicha tasa se incrementó de -0.2% a 5.1% en el mismo periodo de referencia; en tanto que para el sector público no financiero la tasa de crecimiento anual real subió de 16.9% a 21.0% y en el caso de otros intermediarios financieros (OIFs) la tasa de crecimiento real aumentó de 0.8% en septiembre a 3.7% en octubre.
El menor crecimiento de los saldos líquidos en el caso de los hogares (40% de los saldos de captación a la vista) podría estar asociado a un mayor gasto, como lo refleja el desempeño reciente del consumo privado, pues en septiembre (última información disponible) dicho indicador reportó una tasa de crecimiento real anual de 3.6%, la más alta observada desde abril de 2024. Adicionalmente, el indicador de ventas en tiendas totales de la ANTAD también mostró un repunte en octubre al mostrar ese mes un crecimiento real de 1.3%, después de la contracción a tasa anual de 0.9% reportada el mes previo.
En el caso de las empresas (41.1% de los saldos de captación a la vista), el mayor dinamismo de la captación a la vista podría estar asociado a la recuperación en sus ingresos, como lo muestran los indicadores de ingresos por el suministro de bienes y servicios: en el caso de comercio al por mayor dicho índice se pasó de una contracción de 5.7% en agosto a un crecimiento de 2.7% a tasa anual en septiembre (última información disponible) y para el comercio al por menor el crecimiento anual pasó de 2.4% a 3.3% en el mismo periodo. En el sector servicios, también se registró una mejoría, pues el índice de ingresos mostró un crecimiento anual de 4.7% en septiembre, mayor a la tasa de 3.9% observada el mes previo. En el caso de los OIFs, el incremento en los saldos a la vista está asociada a una reasignación de su tenencia a plazo hacia instrumentos más líquidos.
En octubre, la captación a plazo creció a una tasa real anual de 3.8% (7.5% nominal), superando ligeramente el crecimiento de 3.5% observado en septiembre, pero menor a la tasa promedio real anual de 4.8% observada en el 3T25. Descontando el efecto contable del tipo de cambio, el crecimiento real en en el décimo mes del año sería de 4.9%, es decir, por tercer mes consecutivo el efecto contable de la apreciación del tipo de cambio impactó negativamente el dinamismo de la captación a plazo.
Por tenedor se observa un mejor desempeño respecto a septiembre en la mayoría de los sectores ahorradores. Para las personas físicas, los saldos de ahorro a plazo mostraron una expansión del 0.7%, marginalmente menor al 0.8% registrado en septiembre de 2025. Por su parte, los saldos a plazo de las empresas crecieron a una tasa real anual de 0.1%, remontando la caída de 0.2% observada el mes previo. El sector público no financiero incrementó sus saldos a plazo, registrando una tasa real anual de 25.1%, superando el crecimiento real promedio de 17.8% observado en el 3T25). Los OIFs, por su parte, redujeron ligeramente su dinamismo (de 19.3% en septiembre a 17.1% en octubre).
En el caso de hogares y empresas, el desempeño podría estar asociado a la lenta disminución en las tasas de interés pasivas, que han reflejado en parte, la competencia entre intermediarios por atraer depositantes. En el caso de la tenencia del sector público no financiero, el incremento en sus saldos a plazo estaría asociado a un subejercicio del gasto por lo que es de esperarse se corrija hacia el cierre del año fiscal y los saldos a plazo se dirijan hacia instrumentos más líquidos.
La tenencia de acciones en fondos de inversión de deuda mostró una mejoría al registrar una tasa de crecimiento real anual de 14.5% en octubre (18.6% nominal), mayor al 13.6% registrado en septiembre e igual al promedio observado en el 3T25. El ahorro en este tipo de instrumentos sigue ha logrado mantener su dinamismo a pesar de la paulatina desaceleración de las tasas de interés y la debilidad en la generación de ingresos de hogares y empresas. Un entorno económico incierto y una mayor aversión al riesgo estaría favoreciendo la inversión en instrumentos de deuda locales cuyo mercado ha logrado una mayor profundidad en años recientes.
Es de esperarse que la captación tradicional y otros instrumentos de ahorro debiliten su dinamismo en adelante, reflejando tanto la reducción en las tasas de interés como el menor dinamismo en el crecimiento de los ingresos de los agentes, ante indicadores de actividad económica y empleo que aún no muestran señales de recuperación.
La cartera crediticia reduce su dinamismo en octubre respecto al promedio del tercer trimestre del año.
En octubre de 2025, el saldo de la cartera de crédito vigente otorgado por la banca comercial al sector privado no financiero (SPNF) registró un crecimiento real anual de 4.5% (8.2% nominal), en línea con lo registrado el mes inmediato anterior (MIA) aunque por debajo del 5.3% promedio registrado en el 3T25. La tasa de crecimiento real anual de octubre es la segunda tasa más baja en lo que va del año, solo después del 4.4% reportado en septiembre, y con ello se acentúan las señales de desaceleración de la cartera crediticia. A la tasa de crecimiento real anual de octubre, el crédito vigente a empresas aportó 1.9 pp, mientras que las carteras de consumo y vivienda contribuyeron con 2.2 y 0.4 pp, respectivamente.
En octubre, el crédito vigente al consumo alcanzó un crecimiento real anual de 8.8% (12.6% nominal), ligeramente menor a la tasa de 9.0% real observada el mes previo y menor al promedio de 9.4% observada en el 3T25. A la tasa de crecimiento real observada en octubre, el crédito para la adquisición de bienes de consumo duradero (ABDC) contribuyó con 3.2 pp, el crédito a través de tarjetas aportó 2.6 pp, el crédito de nómina 1.2 pp, los créditos personales 1.4 pp y otros créditos al consumo 0.4 pp.
El segmento de crédito para la adquisición de bienes de consumo duradero (ABCD, 21.0% del crédito al consumo) moderó su dinamismo al registrar una tasa anual de crecimiento real de 16.5%, la tasa de crecimiento observada más baja desde marzo de 2024. Los dos segmentos que forman parte de esta cartera (automotriz y bienes muebles) disminuyeron su dinamismo respecto a septiembre.
El crédito automotriz continúa moderando su dinamismo al registrar una tasa de crecimiento real anual de 17.9% en octubre, la menor tasa observada desde noviembre de 2023. El segmento de bienes muebles pasó de un crecimiento real de 8.4% en septiembre a uno de 6.9% en octubre. La moderación en el crecimiento del crédito automotriz refleja la desaceleración de las ventas de vehículos, sin embargo, al mes de octubre el indicador de venta al público de automóviles nuevos registró una moderada recuperación al registrar un crecimiento a tasa anual de 1.0%, después de haber mostrado contracción en los últimos seis meses.
Por su parte, el segmento de tarjetas de crédito se mantuvo como el segundo con mayor contribución al crecimiento de la cartera de consumo, alcanzando en octubre un crecimiento real anual de 7.1% (12.6% nominal), por debajo del resultado obtenido en septiembre (7.7% real) y del promedio observado en el 3T25 (8.2%). La tasa de crecimiento real observada en octubre es la menor tasa observada en los últimos 37 meses reflejando la desaceleración de este tipo de crédito.
Los indicadores de uso de tarjetas de crédito (TDC) muestran que, en octubre, el crecimiento tanto del monto transaccionado como del número de operaciones se desaceleró en comparación con septiembre. Entre los distintos giros de consumo, solo los asociados a consumo básico y transporte lograron incrementar marginalmente su dinamismo respecto al mes previo.
Las carteras de crédito de nómina y personales en octubre registraron un desempeño mixto. Los créditos de nómina incrementaron su crecimiento real anual al pasar de 4.7% en septiembre a 4.9% en octubre (8.7% nominal), mientras que los créditos personales pasaron de una tasa de crecimiento real anual de 10.1% en septiembre a una de 9.1% en octubre (13.0% nominal). Pese a que la tasa registrada por la cartera de nómina muestra un comportamiento relativamente estable con respecto a la tasa promedio real de los primeros nueve meses del año (de 4.6%), la tasa registrada por la cartera de créditos personales muestra una desaceleración respecto al promedio del mismo periodo (de 9.7%) reflejando en mayor medida la desaceleración en el empleo formal y del salario real.
El crédito vigente a la vivienda registró en octubre una tasa de crecimiento real anual de 1.7% (5.3% nominal), marginalmente mayor a la tasa registrada en septiembre (1.6%), aunque con un menor dinamismo que el promedio observado en los primeros nueve meses del año, cuya tasa de crecimiento real fue de 2.3%
Por segmento de crédito, el saldo de crédito para vivienda media-residencial (97.1% del saldo del crédito total a la vivienda), en octubre registró una tasa de crecimiento real de 2.0% (5.7% nominal), por encima del resultado registrado el mes previo y marginalmente por debajo del promedio observado en el 3T25 (de 2.1%). Por el contrario, el crédito para la vivienda de interés social acentuó su desaceleración, al pasar de un crecimiento real de 0.4% en septiembre a una caída de 8.5% en octubre.
La relativa estabilidad en el dinamismo del crédito a la vivienda podría explicarse por el desempeño en los indicadores del mercado laboral. Tomando en consideración que el crédito a la vivienda responde con rezago al comportamiento del empleo formal, la demanda observada estaría respondiendo a las condiciones de empleo registrados a mediados 2024, cuando las tasas de crecimiento del empleo aún se mantenían alrededor de 2.0%. Por su parte, el salario real ha logrado mantener su crecimiento anual alrededor de 3.5%. Estos elementos sugieren que en el corto plazo la demanda de crédito a la vivienda continúe desacelerándose en la medida en que la pérdida de dinamismo en la generación de empleo se vaya reflejando y la recuperación de los salarios reales se modere.
Por su parte, el crédito vigente empresarial (52.9% de la cartera vigente al SPNF) registró en octubre un crecimiento en términos reales de 3.5% (7.2% nominal), marginalmente superior al mes previo (3.3%) aunque más moderado que el promedio del 3T25 (4.7%).
Por sector de actividad, en octubre, el sector servicios (56.1% del total) contribuyó con 3.7 pp a la tasa de crecimiento de la cartera vigente empresarial; el sector manufacturero redujo su aportación a 0.2 pp y la construcción aportó 1.0 pp, mientras que el resto de los sectores (agropecuario, minería, electricidad, agua y gas, y otros) restó al dinamismo total 1.3 pp debido a que continúa la reducción en sus saldos de cartera. Aunque las tasas reportadas por los sectores de servicios, manufacturero y construcción siguen siendo positivas, muestran una fuerte desaceleración en sus saldos vigentes de cartera respecto a los observados en la primera mitad del año.
En su composición por monedas, destaca que la cartera vigente en moneda nacional (M.N. 75.5% del crédito vigente a empresas), logró en octubre un crecimiento real de 6.4%, cifra en línea con la tasa registrada en el 3T25 (6.3%). Por su parte, la cartera vigente en moneda extranjera (M.E.), redujo el ritmo de desaceleración al pasar de una tasa de crecimiento de -5.4% a una caída más moderada de -4.5%. Tal como se ha observado en los últimos meses, el comportamiento del tipo de cambio restó dinamismo a la cartera en M.E., ya que sin tomar en cuenta este efecto la tasa de crecimiento de octubre se habría situado en 3.3%, es decir, el efecto contable de la apreciación del tipo de cambió resto 7.8 pp al dinamismo.
Para el total de la cartera empresarial, al ajustar por el efecto contable del tipo de cambio, se observa un mejor desempeño respecto al mes previo, pues el crecimiento pasó de una tasa real anual de 5.1% en septiembre a una de 5.6% en octubre.
La desaceleración observada en las distintas carteras en octubre refleja la debilidad de la demanda interna, por lo que es de esperarse que el crédito siga mostrando un crecimiento moderado en los próximos meses.
El sector bancario registró menor crecimiento de sus activos, con riesgos acotados y sólida posición de capital y liquidez
Con información del Reporte de Estabilidad Financiera Diciembre 2025 del Banco de México (Banxico), al cierre del tercer trimestre de 2025, los activos del sistema financiero mexicano registraron una tasa de crecimiento real anual de 7.2%, inferior a la observada al cierre del primer trimestre de 2025. El crecimiento observado en septiembre esta asociado principalmente al desempeño de la banca comercial, las Siefores y los fondos de inversión. En septiembre, las Siefores crecieron a una tasa real anual de 14.1%, aportando 2.8 pp al dinamismo total de los activos del sistema, mientras que la banca comercial y los fondos de inversión aportaron 1.6 pb cada uno a dicho dinamismo. En particular, la banca comercial, que representa el 41.1% de los activos del sistema, registró una tasa de crecimiento real anual de 3.9%, inferior al 6.5% registrado al cierre del 1T25. Por su parte, los fondos de inversión, que representan el 13.0% de los activos del sistema, mostraron una desaceleración al registrar una tasa de crecimiento anual de 12.7%, inferior al 20.3% observado al cierre de marzo de 2025.
Respecto a marzo de 2025, fecha en la que se presentó el reporte previo, se destaca que el riesgo de crédito de la banca múltiple registró un incremento marginal asociado a un mayor riesgo de la cartera de consumo y la cartera empresarial. Por otro lado, el riesgo de mercado disminuyó ligeramente con respecto al nivel registrado en marzo de 2025, al pasar de 5.5 a 5.3% en septiembre. Tal comportamiento se atribuye a cambios en la composición de los portafolios de los bancos que reflejaron un menor riesgo en las posiciones de tipo de cambio. Por su parte, el riesgo de liquidez se mantiene estable.
El sector bancario mexicano continúa mostrando condiciones de solvencia y liquidez muy por encima de los mínimos regulatorios. En septiembre de 2025, el Índice de Capitalización (ICAP) registró una tasa de 20.38%, 48 pb por encima del registrado en marzo del mismo año. A su vez, el Índice de Capitalización neto de riesgo aumentó respecto al reporte previo producto del aumento del ICAP del sistema que compensó y superó el efecto del aumento de riesgo de crédito de la cartera.
El Coeficiente de Cobertura de Liquidez (CCL) agregado de la banca mantiene niveles cercanos al 190%, lo que indica que la banca cuenta con activos líquidos suficientes para hacer frente a las necesidades de liquidez por un evento de estrés durante 30 días. Ante un escenario de estrés asociado con salidas extremas de los depósitos del sistema, la mayoría de los bancos, cuyos activos representan el 94% de los activos totales del sistema, mantienen un CCL en riesgo superior al 100% regulatorio.
A noviembre de 2025, el sistema de fondos de inversión está compuesto por 247 fondos de renta fija y 384 de renta variable. El monto total de activos administrados asciende a 4.9 billones de pesos y representa un incremento del 5.4% con respecto al cierre del primer semestre del año. Tanto la liquidez como el riesgo de mercado al que están expuestos los fondos de inversión se mantienen en niveles similares a los observados desde el último reporte.
Finalmente, de manera similar a reportes anteriores, las pruebas de estrés realizadas por el instituto central destacan que, a nivel agregado, el sistema financiero es resiliente ante choques derivados de tres escenarios macroeconómicos (debilitamiento del consumo e inversión nacionales, desaceleración de la actividad económica global y ajuste de la calificación crediticia) y tres escenarios históricos (trayectorias de las principales variables macroeconómicas como en la crisis de 1995, la crisis financiera mundial de 2008 y el COVID-19). En todos los casos, en el agregado los niveles de solvencia (ICAP) y de apalancamiento se mantienen por encima del mínimo regulatorio mostrando la solvencia del sistema financiero mexicano.
La incertidumbre comercial y los cambios en el marco regulatorio moderaron la demanda crediticia por región en el 3T25.
Con información del Reporte sobre las economías regionales del Banco de México (Banxico), en el tercer trimestre de 2025, los servicios financieros en México mostraron dinámicas similares entre regiones, fuertemente influidas por la incertidumbre comercial con Estados Unidos y cambios en el marco legal.
En el norte, se observó una menor demanda de crédito bancario producto de la incertidumbre económica y la desaceleración de la actividad manufacturera, aunado a una evaluación más estricta de riesgos por parte de las instituciones financieras. En el centro norte, se experimentó un incremento en la demanda de préstamos personales, asociado con la debilidad del empleo formal, la cual también se refleja en el incremento observado por los bancos en la morosidad de dicho tipo de crédito. En el centro, la persistencia de la incertidumbre derivada de las tensiones comerciales con Estados Unidos moderó la contratación de créditos por parte de grandes empresas. En contraste, la demanda de crédito por parte de las PyMES sigue en aumento, misma que ha sido aprovechada particularmente por las Sofomes. Por último, en la región sur se observó una desaceleración en la colocación de crédito empresarial, atribuible tanto a la incertidumbre en la relación comercial con Estados Unidos como a la incertidumbre jurídica derivada de cambios en el marco legal. Estas condiciones han afectado principalmente a los sectores portuario, de transporte y de comercio.
En este contexto, el crédito vigente de la banca comercial a empresas privadas no financieras continuó creciendo en todas las regiones del país, aunque a un menor ritmo que el observado al cierre del 1T25 (de 12.03 a 4.42%).
La región centro (52% del total) continúa siendo la de mayor aportación al crecimiento del crédito vigente, registrando una tasa de crecimiento real anual de 4.3% en el 3T25; en segundo lugar se ubicó la región norte (23% del total) cuyo crecimiento se situó en 2.3% al cierre de septiembre, le siguió la región sur (8% del total) con un crecimiento de 18.0% y finalmente la región centro-norte (17% del total) que mostró un crecimiento más modesto de 2.0% en el 3T25.
Por sector de actividad, se observa una ralentización en la tasa de crecimiento de la cartera vigente del sector industrial en las regiones norte (de 9.1 a 3.8%), centro (de 11.7 a -0.2%) y sur (de 18.1 a 8.3%) al comparar respecto al 1T25. Por su parte, el sector servicios muestra menores tasas de crecimiento en todas las regiones: norte (de 6.6 a 2.0%), centro-norte (de 15.6 a 3.6%), centro (de 14.6 a 7.9%) y sur (de 30.1 a 24.3%). Finalmente, el sector agropecuario mostró un desempeño más débil, mostrando incluso contracciones en tres de las cuatro regiones analizadas (norte, centro norte y centro).
Mercados Financieros
¿Qué factores han apoyado la apreciación reciente del peso mexicano?
Durante el 2025 el peso mexicano ha registrado una tendencia apreciatoria de 13.5% que ubica al tipo de cambio por debajo de los 18 pesos por dólar por primera vez desde julio de 2024. Para encontrar una apreciación similar en un año calendario es necesario remontarse al 2023 cuando el contexto local se caracterizó por un crecimiento de más de 3.0% y un crecimiento de la inversión de doble dígito. Este hecho contrasta con el escenario de debilidad económica y amenazas arancelarias que distinguió a 2025, por lo cual vale la pena revisar brevemente algunos de los factores que apoyaron la apreciación cambiaria.
Primero, la depreciación generalizada del dólar. El elevado déficit fiscal norteamericano y las reducidas posibilidades de una reducción en futuro cercano, aunado a una política comercial con riesgos de incrementos en la inflación y un ciclo de recortes monetarios se conjugaron para catalizar un movimiento depreciatorio del dólar.
A esto hay que añadir la necesidad de cubrir la exposición a la divisa norteamericana por parte de fondos de pensiones y aseguradoras asiáticas y europeas, lo cual exacerbó el movimiento. Con todo, la depreciación del dólar ha sido de 9.3 frente a las divisas desarrolladas y de 7.9 respecto a las divisas de mercados emergentes (EM). Para denotar el carácter generalizado de esta depreciación cabe hacer notar que esta es la primera vez desde 2017 que 12 las divisas de EM registran una apreciación del dólar a 13 días de terminar el año.
Segundo. Una reducción de la volatilidad. Fuera de la volatilidad de los mercados accionarios, medida por el índice VIX, la volatilidad de los bonos y principalmente de las divisas ha registrado una caída. Mas allá de índices globales, la volatilidad implícita del tipo de cambio peso dólar se ha reducido de 12.6% al cierre de 2024 a 6.5% al 17 de diciembre de 2025.
Tras el incremento en abril derivado del “Liberation day”, los participantes de los mercados parecen haber incorporado un escenario arancelario que se mantiene alejado de las peores expectativas y sin efectos inflacionarios al momento, lo que ha redundado en una menor incertidumbre. A esto pareciera haber abonado una cierta caracterización del comportamiento del gobierno norteamericano (TACO trade) que ha permitido acotar lo que parecía una total impredecibilidad de las decisiones de la nueva administración norteamericana.
Tercero, un atractivo carry trade. Si bien Banxico continuó e incluso aceleró la reducción de la tasa de referencia durante 2025, el carry trade de México fue más elevado que el de naciones como Colombia y Chile. Esto se relaciona con la reducción de la volatilidad mencionada en el punto anterior. La significativa caída en la volatilidad implícita del tipo de cambio se tradujo en un alza del rendimiento por unidad de riesgo a niveles similares a los de hace un año cuando la tasa objetivo en México rondaba el 10.0%.
Resulta relevante recordar que, en términos relativos, las recientes expectativas de mercado sobre un relajamiento adicional por parte de la FED en 2026 en conjunto con expectativas de que Banxico pueda reducir el ritmo de incrementos e incluso pausar el próximo año, son favorables en términos de rendimiento ajustado por riesgo para el peso mexicano.
Adicionalmente a estos factores, el elevado nivel de liquidez que mantiene el peso mexicano. De acuerdo con la encuesta más reciente del BIS, el peso mexicano se ubica como la 14a divisa más comercializada a nivel global con un intercambio diario promedio de USD 153 mil millones. Esto representa un avance de alrededor de 35% respecto a la encuesta de 2022.
Algunos de los factores mencionados parecieran tener un carácter transitorio que podría revertirse o al menos atenuarse, con lo cual la tendencia apreciatoria del peso en 2026 podría verse comprometida. La revisión del TMEC a iniciarse formalmente en la segunda mitad del próximo año es el principal riesgo al alza para el tipo de cambio, pues al momento, parte del trato diferenciado para México en términos comerciales deriva totalmente de este tratado. Si bien el escenario más probable es que se ratifique el acuerdo, cualquier modificación o amenaza de cancelación podría verse reflejada en el mercado cambiario.
Adicionalmente, la posibilidad de que se materialicen los efectos de los aranceles sobre los precios en EE.UU. permanece latente. En caso de que esto ocurra, la FED podría tender a reducir o incluso pausar el ritmo de recortes, dada la resiliencia de la economía norteamericana, con lo cual las expectativas sobre la diferencia entre los rendimientos de México y EE.UU. podría tender a reducirse.
Finalmente, tras algunos episodios como los del mes de abril, el dólar ha recobrado en buena medida su comportamiento de safe haven ante eventos de incertidumbre global. De esta manera, si bien no se espera que haya una reversión de la debilidad del dólar en el corto plazo, no se pueden descartar episodios de fortalecimiento.
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