Auriga, proveedor global de soluciones de software para la banca y los sistemas de pago, lidera esta evolución con plataformas que permiten administrar redes heterogéneas de cajeros de múltiples fabricantes desde una sola interfaz, optimizando la eficiencia y mejorando la experiencia del cliente. “El valor del multivendor no radica solo en conectar equipos de distintas marcas, sino en convertir esa infraestructura en una red inteligente, segura y sostenible”, afirma Martín Espinel, vicepresidente Comercial de Auriga para Latinoamérica. “En los últimos años, la región ha mostrado un avance consistente hacia modelos de software más abiertos y flexibles. Esta tendencia responde a la necesidad de modernizar las redes de autoservicio y prepararlas para un entorno bancario cada vez más digital, donde la interoperabilidad y la gestión centralizada se han vuelto elementos esenciales para la eficiencia operativa.” En el mismo periodo, se implementaron 13 nuevos proyectos de software multivendor en la región Latinoamericana, reflejando una clara tendencia hacia la interoperabilidad. La capacidad de ejecutar software independiente del fabricante es ahora un requisito estratégico para la modernización de redes de autoservicio. Los bancos también destacan la reducción de costos de mantenimiento y certificación como uno de los beneficios más inmediatos de esta arquitectura abierta. El modelo multivendor ha pasado de ser una solución tecnológica de nicho a una infraestructura madura y estratégica, con un papel clave en los planes de transformación digital del sector bancario. El especialista y representante de Auriga en la región, detalla que en Europa, por ejemplo, la evolución ha seguido un camino más diversificado. Allí, los cajeros se integran en ecosistemas donde conviven distintas tendencias: redes colaborativas que permiten el acceso universal a los servicios, terminales multifuncionales que combinan operaciones tradicionales y digitales, y una creciente adopción de soluciones de autoservicio asistido, que permiten atención remota o híbrida con asesores humanos. “Además, la digitalización bancaria y la reducción del uso de efectivo han impulsado estrategias más sostenibles, orientadas a optimizar la distribución y eficiencia de las redes”, explica Espinel. América Latina, y especialmente México, ingresan en una nueva etapa de madurez tecnológica. La interoperabilidad y la inteligencia operativa dejan de ser opciones para convertirse en requisitos esenciales de la banca moderna. Auriga continúa acompañando a las entidades financieras de la región en este proceso de transformación, ayudándolas a construir infraestructuras más resilientes, seguras y centradas en el cliente, preparadas para la próxima década digital. |
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